“Médicos integrales comunitarios” graduados en Venezuela trabajarían en Colombia, alertó el Colegio Médico Colombiano

El Colegio Médico Colombiano emitió una alerta sobre la posibilidad de que el Ministerio de Educación convalide su título como profesional en medicina

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En la práctica su nivel
En la práctica su nivel de estudio sería técnico, según estimaciones / Imagen de referencia

A través de un comunicado de prensa, el Colegio médico colombiano (CMC) alertó a la sociedad sobre un creciente rumor, según el cual los Médicos comunitarios integrales, formados en Venezuela, podrían lograr la titulación de médicos en Colombia.

“Una potencial amenaza que se cierne sobre la salud de los colombianos, y obedece a la preocupación legítima que nos asiste debido al hecho cierto de que en el Congreso de la República se vienen realizado varias mesas de trabajo orientadas a lograr que los denominados Médicos Integrales Comunitarios (MIC), titulados en la República Bolivariana de Venezuela, puedan convalidar sus títulos y ejercer en nuestro país”, expone la corporación.

Mesas como la anunciada por el senador campesino, Roberto Daza, el martes 11 de julio en su cuenta de Twitter: “el MinEducación, el MinSalud, la Embajada de Venezuela y las universidades venezolanas. Este momento donde el país se debe pensar para las comunidades, la experiencia de estos médicos es indispensable”.

Sin embargo, desde el Colegio médico colombiano, consideran que convalidar los títulos de médicos integrales comunitarios (MIC) –de nivel técnico, según estimaciones– como profesionales de la medicina puede representar una amenaza para los pacientes. Y es que su formación teórico-práctica “es muy deficiente y precaria”, comparada con la de un médico que ha estudiado 7 u 8 años antes de ejercer.

De acuerdo con lo expuesto por el presidente del Colegio médico colombiano (CMC), el doctor Stevenson Marulanda, en entrevista para Blu Radio, coincide “en los fines –de los promotores de esta incitativa– pero no en los medios ¿Por qué? Porque estos médicos integrales comunitarios, no son médicos y no tienen la formación, el currículum, el pénsum que se requiere para ser médico”.

Se guía por la carta que envió la Academia Nacional de Medicina de Venezuela al MinEducación, en la que se analiza a fondo el proyecto Misión Barrio Adentro, para el que fue creada la figura de los MIC. Sostienen que es un programa experimental y que no cumple con la formación que se exige en los sistemas educativos universitarios venezolanos.

“Esas facultades tradicionales venezolanas no están de acuerdo tampoco, ni las sociedades científicas venezolanas, ni la Federación Médica Venezolana”, equivalente al CMC en Colombia.

Muchos de ellos son jóvenes colombianos que vieron la oportunidad de formarse en el país vecino, pero al llegar la realidad es otra: “Les alquilan unas casas allá grandes, los meten ahí y les pasan unos videos de fisiología, de anatomía y de biología. Pero no son profesores venezolanos. Son unas tutorías online, que les hacen lejos de toda capacitación”, sin práctica clínica.

En su carta, la Academia Nacional de Medicina indica que “los especialistas consultados –en Venezuela– han opinado que, para el momento de su ingreso al internado rotatorio de posgrado, los médicos integrales comunitarios no contaban con competencias profesionales consideradas indispensables para el ejercicio profesional. Por ejemplo: no sabían realizar un examen físico completo, formular satisfactoriamente un diagnóstico clínico”.

Sus programas de estudio fueron pensados para un contexto sanitario distinto al de Colombia; de ahí que en países como Perú decidieran no homologar su título, que, en la praxis, certifica a un auxiliar capaz de realizar labores de prevención y atención primaria de baja complejidad.

Y su proceso formativo “estuvo marcado por la carencia de docentes calificados y de espacios adecuados para la docencia. Con un plan de estudios incompleto, sin un pénsum sin contenido curricular y ofertando un título, para ese momento, inexistente en la ley del ejercicio de la medicina: todo consistente con procedimientos ilegales y fraudulentos”.

Desde el Congreso, Daza proponen evaluar a los 1.000 colombianos certificados como MIC, para que obtengan un reconocimiento por sus estudios. Pero su nivel de formación es incierto y requiere una evaluación minuciosa en la que no se ponga en riesgo la vida de los colombianos. Algo en lo que intentarán trabajar desde el CMC en la próxima mesa técnica, para debatir como sociedad científica la manera en la que debe abordarse la falta de talento humano en el país.

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