Invima exige retirar del mercado los productos de Sascha Fitness y su propietaria se defiende: “Soy una persona recta, con mucha ética y respeto por los demás”

Como ‘fraudulentos’ fueron calificados, por parte del Invima (Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos), algunos de los productos que se ofrecen en el portal Sascha Fitness Col, compañía de la empresaria venezolana Sascha Barboza. Tras la advertencia, esa misma entidad ordenó retirarlos del mercado. Se trata de suplementos dietarios que, de acuerdo con el organismo, no tienen su respectivo registro sanitario, por lo que su comercialización es ilegal ¿Qué hay detrás de la investigación?

Lo que promete Sascha con sus suplementos dietarios es mejorar el funcionamiento del sistema inmune y aumentar los niveles de energía en el cuerpo. Así mismo, dentro de los objetivos de consumirlos está mejorar la digestión.

En junio, sin embargo, el Invima alertó de la falta de veracidad en estos productos. De acuerdo con lo que conoció la revista Semana, gracias al testimonio de una fuente de la Dirección de Medicamentos, fue la llegada de una denuncia anónima la que hizo que la entidad pusiera a Barboza bajo la lupa. En la mañana del domingo 11 de junio, Barboza hizo público un hilo de trinos en el que explicó lo que siente que hay detrás de las investigaciones en su contra.

“Esa denuncia fue radicada por la página de internet del instituto, donde informaron sobre la comercialización y promoción, a través del sitio web de Sascha Fitness Colombia, de suplementos dietarios sin registros sanitarios y con declaraciones no aprobadas”, comentó la persona que habló con el medio de comunicación citado.

“Una vez se recibe la denuncia, se verifica y analiza. Según el tipo de producto y las características de la denuncia, se evalúa siguiendo la normatividad sanitaria vigente que le corresponda. En la evaluación, se constata si el producto cuenta con registro o si el establecimiento que se relaciona como fabricante tiene autorización, y se revisan las páginas y sitios web donde se estén promocionando y comercializando. Del resultado de estas revisiones se emiten las alertas sanitarias para proteger la salud de la población, en el marco de la Ley 9 de 1979″, añadió el especialista a la revista.

El producto, dice el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, no es un alimento, sino que tendría que figurar como un medicamento. Los productos, al ser considerados dentro de la segunda categoría mencionada, deberían tener un registro diferente.

Lo que también le cuestiona el Invima a Sascha es que las etiquetas de sus productos vienen en inglés, lo que estaría en contra de la norma que ha establecido el Ministerio de Salud colombiano. Lo que explica esa cartera gubernamental es que estas especificaciones deben estar en español para que el consumidor sepa, de manera exacta, lo que está ingiriendo.

Los reparos del Invima, sin embargo, no son válidos para Barboza quien, a través de sus redes sociales, ha asegurado que sus productos tienen al día todos los requerimientos para ser vendidos en el país. En su cuenta de Twitter redactó: “Nosotros contamos con todos los permisos y registros de Invima de hecho desde octubre 2019 con una vigencia de 5 años, tengo todos los soportes de dicha documentación y registros sanitarios”.

“Creo que deberían redactar mejor las cosas, ni siquiera la fotografía del producto que tienen en este tuit es el producto en cuestión del que hablan. Las irregularidades pueden venir del mercado negro, o del plagio de productos, pero la importación legal de mis productos con mi distribuidor oficial tiene todo en orden y como debe ser”, escribió en su perfil.

En la publicación que hizo en la mañana del domingo 11 de junio destacó que lleva trabajando en su marca, fuertemente, desde hace 12 años y que está siendo víctima de difamaciones. “Soy una persona recta, con mucha ética y respeto por los demás. Me tomo muy en serio mi trabajo y soy súper responsable, en casi 8 años que tiene la empresa solo he sacado 5 productos, he podido sacar muchos más, pero solo trabajo en lo que creo, en productos de calidad”, mencionó.

“He tenido que leer cosas horrorosas, absurdas, difamatorias, totalmente falsas, y ha sido más difícil para mí quedarme callada que hablar porque no le quiero dar atención a algo que no tiene ni pies ni cabeza, generado por el odio”, sentenció Barboza, personal fitness trainer, certificada por la ISSA (International Sports Sciences Association). Según su historial, tiene estudios en nutrición deportiva de la Federación Española de Culturismo y una maestría en Nutrición Fitness.