La Asociación de Frigoríficos de Colombia (Asofricol) advirtió hace unos días que el alza del precio de la carne está cerca de generar una crisis de seguridad alimentaria en Colombia.
De acuerdo con el presidente del gremio, Álvaro Urrea, el alto costo del ganado, el aumento de las exportaciones de ganado vivo y la reducción de las exportaciones de carne bovina hacen cada vez más inviable la operación de los frigoríficos del país.
“El alto precio de la carne en el mercado nacional es un reflejo de varios factores, en especial del auge de la exportación del ganado en pie que, además de sustituir la exportación de carne con valor agregado a mercados como Asia y África, tiene un efecto especulativo en el precio de los animales, lo que afecta el ciclo ganadero e impacta el suministro y el precio de la carne para los colombianos”, explicó el dirigente gremial.
De igual manera, indicó que desde la última década los colombianos redujeron el consumo de esta proteína y hoy dejaron de consumir tres kilogramos por habitante al año, lo que representa que más de USD750 millones dejaron de ingresar a la economía del país y se perdió el empleo de 9.760 familias que viven de esta actividad.
No obstante, la Federación de Ganaderos de Colombia (Fedegán) se pronunció al respecto por medio de director de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos del gremio, Óscar Cubillos, quien respondió que Asofricol está “buscando el ahogado río arriba”.
Cubillos expuso cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), sobre las exportaciones de carne, despojos y animales vivos y dio cuenta que estas en 2023 son menores que en 2022, sobre todo, las de animales vivos que son las que Asofricol cuestiona, incluso, con apoyo a reconocidos enemigos de los ganaderos colombianos.
Por ejemplo, en enero de 2022 se llevaron al exterior 52.114 semovientes (USD35 millones) mientras que en el mismo periodo de 2023 esa cifra cayó a 28.689 animales (USD22,9 millones). En febrero, la disminución fue aún más grande: solo 4.554 bovinos (USD3,2 millones) frente a 40.602 toretes el año pasado.
Además, según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el país tiene un hato de 30 millones de bovinos (29′541.913) y bufalinos (485.983). El año pasado exportó 392.965 toretes a Egipto, Arabia Saudita, Jordania y Líbano. Ese volumen representa solo el 1,3% del total de cabezas de ganado que hay en el territorio nacional.
Narrativa falsa
Cubillos manifestó a la agencia APN que, a pesar de que hay múltiples factores que explican el incremento en el precio interno de la carne de res, el presidente de Asofricol solo menciona uno: la exportación de ganado en pie, lo que según Fedegán es muy conveniente a la narrativa que construyeron los frigoríficos para desprestigiar este comercio que es legal y beneficia a miles de pequeños ganaderos.
“La hipótesis de ellos [Asofricol] es que se exportó mucho en los últimos dos años y por eso se incrementó el precio del novillo y, en consecuencia, de la carne de res. Eso es carreta. Si bien hay incidencia de las exportaciones, no es la única variable que se puede determinar como la responsable de que el precio interno de la carne haya subido”, explicó Óscar Cubillos.
Según él, el asunto no se puede suscribir a las exportaciones, ya que el ingreso per cápita disminuyó por la pandemia del covid-19 y la inflación y en tanto viene en caída desde 2013.
Clandestinidad
Así las cosas, señaló al medio que lo que más afecta a los frigoríficos -y de paso a los ganaderos- es la clandestinidad.
“Este flagelo terminó siendo la más beneficiada con el cierre de plantas de sacrificio que no cumplían los requisitos para funcionar. Una buena parte de la carne que se consume en Colombia es sacrificada de manera ilegal. En 2013 fueron faenados 4′100.000 animales y el año pasado fueron 3′200.000 en números redondos”, indicó.
En tanto, apuntó que no es que se beneficie menos, sino que la clandestinidad se fortaleció y en ese mercado negro caben los abigeos que ahora no solo sustraen los animales de las fincas, sino que los sacrifican en los predios, dejan los semovientes descuartizados y se llevan la carne para vender en famas y comercios que no cumplen con la cadena de frío.
Importaciones de carne son mínimas
Óscar Cubillos también agregó que las condiciones de competencia de hoy en relación con la carne de res no son las mismas de hace diez años. Recordó que hay un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos que permite la entrada de carne de res y aun así no llegan grandes cantidades de esta proteína al país.
“En Colombia se producen unas 850.000 toneladas de carne de res al año y se importan solo 12.000. En otros sectores como el porcicultor las comprar externas son más grandes: la producción de cerdo en el país es de 520.000 toneladas y las importaciones alcanzan 130.000 (cifras de 2022), eso equivale al 25 %. En pollo se trajeron del exterior 70.000 toneladas”, precisó el director de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán.