La avicultura es uno de los sectores más importantes de la agroindustria nacional y gran abastecedor de la mesa de los argentinos. Con un crecimiento exponencial en las últimas décadas, logró casi equiparar el consumo de carne de pollo con la vacuna, algo impensado diez años atrás, y situar a la Argentina en el top ten de los países que más huevo consumen.
Actualmente la Argentina es el noveno productor y exportador mundial de carne aviar, con 2,4 millones de toneladas de carne, de las cuales 250.000 se exportaron en 2020. Asimismo, es el quinto consumidor mundial de huevos, ya que, con producción en 18 provincias del país, se obtuvieron el año pasado 14.060 millones de unidades por 850.000 toneladas.
La suma del consumo de carne de pollo y de huevos ha convertido a la producción avícola en la proteína animal más consumida en nuestro país, con 68 kilogramos por habitante al año, compuesto por 48,5 kilogramos de pollo y 19,5 de huevos (equivalente a 306 unidades).
Pero, más allá de la expansión de estas actividades, no tuvieron un 2020 fácil, con caídas en las exportaciones de carne y con el precio del huevo virtualmente congelado. No obstante, el potencial de crecimiento que posee el sector todavía es considerable. Con un mercado interno totalmente abastecido, debe poner el foco en la exportación, como también incrementar sus capacidades a través de la infraestructura y en la incorporación de tecnología.
Ayer, en el discurso de apertura en la conmemoración del “Día Nacional de la Avicultura”, evento que se realizó de manera virtual, el presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Roberto Domenech, hizo hincapié en el compendio de actividades que moviliza el sector, aunque consideró que todavía puede ser mayor.
“Entre las dos producciones transformamos más de 5 millones de toneladas de maíz y 2 millones de toneladas de soja, damos trabajo a 100.000 personas. En un proyecto de 10 años podemos duplicar el consumo de maíz y soja y aumentar la creación de puestos de trabajo en un 30% junto a toda la cadena de producción”, destacó.
Para lograr este objetivo, Domenech puso de manifiesto la necesidad de realizar inversiones en cuestiones de infraestructura para la producción de pollos, como llevar a cabo una reconversión a túneles de las granjas existentes y la construcción de nuevos galpones de última generación. “Esto mejora sensiblemente los resultados productivos, que se transforman en menor costo, mejores valores para el mercado interno y mayor competitividad en el mercado internacional”, aseguró.
En este sentido, les subrayó al ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, y a su par de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, presentes en la apertura, que “para esto necesitamos la gestión de ustedes, señores ministros, para contar con las líneas de crédito imprescindibles, con plazos y tasas acordes a la inversión”, ya que “inversiones como las citadas, tienen que ir haciéndose gradualmente en toda la integración granjas de abuelas, reproductoras, acopios y fábricas de alimentos, frigoríficos”.
Asimismo, el dirigente empresario advirtió que “en Argentina hemos crecido en la incorporación de tecnología de punta, pero nos estamos atrasando”. “La búsqueda de la eficiencia, la incorporación de la tecnología, la inversión y la investigación son los ejes del presente y el futuro. En este terreno se disputa gran parte de la competitividad”, agregó.
Frente al reclamo de Domenech, el ministro Kulfas anunció que en las próximas semanas va a lanzar una línea de financiamiento por 2.000 millones de pesos, con el objetivo de potenciar las inversiones productivas en la cadena avícola.
“Esperamos que esta nueva línea sea un aliciente para todo el sector, para que la cadena avícola se modernice, y continúe este proceso de crecimiento. Esto va a generar más producción nacional, con bienes de capital fabricados en el país, con trabajo argentino, para exportar más, y así generar más divisas. Es un círculo virtuoso que permite fortalecer la producción, la inversión, tanto en la etapa primaria e industrial de la cadena alimenticia, como en la producción de los bienes de capital”, dijo el funcionario.
Por otro lado, el titular de la cartera de Desarrollo Productivo resaltó “la necesidad de la articulación entre el mercado interno y el mercado externo”. ”Los desafíos están relacionados con ampliar mercados, cuidando el mercado interno, para profundizar el crecimiento del sector. Hay que buscar los consensos que nos permitan, más allá de las diferencias, sacar al país adelante y poner a la Argentina de pie”, sostuvo.
Al momento de hacer uso de la palabra, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Basterra, destacó el compromiso de diálogo de la cadena avícola, recordando el trabajo conjunto para implementar los diferentes protocolos en medio de la emergencia por el coronavuris, para que la actividad que había sido declarada esencial, no se detenga. Y también el esfuerzo compartido para combatir la inflación y formar parte de la Mesa del Maíz, cuando a finales del año pasado se logró superar la instancia del cierre de exportaciones del cereal.
“El Gobierno tomó la decisión de parar la pelota y sentarnos a analizar la situación. Se constituyó la Mesa del Maíz y en tres días estaba resuelto”, dijo Basterra.
Y en referencia a la actual situación por la que se atraviesa, con las restricciones a la exportación de carne vacuna, la máxima autoridad de la cartera agropecuaria señaló: “El desafío que tenemos en uno de los componentes de la cadena de producción de proteína, fue lo que hizo el presidente Alberto Fernández, de parar la pelota y dijo analicemos y vayamos trabajando la salida a un problema que es la accesibilidad de proteína de calidad como de valor cultural”.
Exportaciones
El sector avícola ve en la exportación su gran medio para poder cumplir con sus objetivos de expansión, ya que en la actualidad el mercado interno se encuentra largamente abastecido, y un incremento en la producción tendría que ser colocado en el exterior. Según datos aportados por Roberto Domenech, en 2020 se exportaron 250.000 toneladas de carne, aunque los planes de la actividad apostaban a 300.000 toneladas.
En esta línea, el presidente de la cámara empresaria afirmó que para la avicultura, el “camino de la exportación es un camino sin retorno, que consolidarlo nos ha demandado un permanente esfuerzo de más de 20 años, sumado a tener las condiciones públicas, políticas y económicas adecuadas”.
“Es la dirección a cuidar para consolidar un crecimiento constante, que haga previsible al sector, y garantice una permanente y abundante oferta al mercado interno”, aseguró.
“Los aumentos de consumo de cada carne se compensarán con los que resignen las otras carnes en un contexto de suma cero. Esta es la base por la cual el desarrollo de nuestro sector y todas las carnes se apoyará en la exportación o nos mantendremos en crisis recurrentes”, expresó Domenech, en un contexto donde el Gobierno decidió limitar fuertemente los envíos al exterior de carne vacuna.
“En esta etapa la exportación es imprescindible para el crecimiento de todas las carnes”, remarcó en su discurso y resaltó la necesidad de fomentar las exportaciones de huevo procesado y subproductos ya sea en forma líquida o en polvo, para poder lograr generar valor agregado. En ese sentido, pidió al Gobierno “considerar flexibilizar los plazos de liquidación de divisas, lo que nos generaría un mejor flujo financiero”.
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