La ruta de la papa: quiénes la producen y por qué se exporta a tan pocos mercados

La llegada de multinacionales llevó a cierto apogeo y el año pasado se sembraron 4.500 hectáreas más que hace 4 años atrás. Brasil es el principal comprador, para cadenas de fast food. Hay mercados nuevos.

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Infobae realizó un recorrido por la producción de papa en la Argentina
Infobae realizó un recorrido por la producción de papa en la Argentina

En los últimos cuatro años, Argentina pasó a cultivar un 17% más de toneladas de papa, las cuales son destinadas tanto al mercado interno como externo. Pero hay un destino que juega un rol fundamental en el crecimiento de esa industria que busca afianzarse dentro del sector agropecuario: Brasil. Hasta ahí llega la papa argentina que termina en el menú de los restaurantes de comida rápida de ese país.

Se estima que el año pasado la Argentina produjo alrededor de 2,8 millones de toneladas de papa en una superficie de 80 mil hectáreas a lo largo y ancho del país. Unas 4.500 hectáreas más que hace cuatro años, que permitieron aumentar la cosecha en unas 480.000 toneladas. Las zonas más propicias para el cultivo son el sudeste de Buenos Aires y las provincias de Mendoza, Córdoba, Tucumán y Río Negro.

El principal comprador externo es Brasil, seguido de lejos por Uruguay, Chile y Paraguay. Estos mercados adquieren los productos refrigerados prefritos para las cadenas de comida rápida, pero también son compradores de la semilla para su propia producción.

“Argentina reúne condiciones de suelo y clima que no tienen Europa ni otros países de la región. Por eso, la papa se exporta procesada, en corte de bastón congelada, pero también queda una gran parte para el consumo nacional”, aseguran desde el sector de la producción. De la producción enfocada en la industria, entre 20 y 30% se destina a papa congelada prefrita que termina en las cadenas brasileñas de Fast food, el resto se va a los mercados de los países vecinos y otros destinos incipientes.

Por otro lado, se resalta que hay mercados novedosos y atractivos como Centroamérica, Tailandia y Vietnam, adonde se envía parte de la producción industrial. Pero hacerlo requiere de las empresas todo tipo de cuidados para que la mercadería llegue en buen estado de conservación.

Formas de comercialización

En el negocio intervienen actores que posibilitan el envío de la papa en bastones, que tienen un periodo de conservación no mayor a los 10 días. Las hay prefritas, en chips, paquetes que sirven para copetín, en puré, almidón y en tubérculos.

Se estima que la Argentina produjo alrededor de 2,8 millones de toneladas de papa en una superficie de 80 mil hectáreas a lo largo y ancho del país el año pasado
Se estima que la Argentina produjo alrededor de 2,8 millones de toneladas de papa en una superficie de 80 mil hectáreas a lo largo y ancho del país el año pasado

Otra de las formas que tiene la Argentina de posicionarse en el mercado externo es a través de la semilla que se envía a los países vecinos para su posterior plantación. “Somos uno de los principales países en producción y exportación de semilla por la sanidad, cuyo potencial es importante en el sudeste de Buenos Aires (Tres arroyos y San Cayetano), ahí solamente se hace semilla de papa”, resaltaron los productores consultados por este medio.

De los 2,8 millones de toneladas que se produjeron en el 2020, según un estudio de la Facultad de Ciencias Agrarias de Balcarce (FCA), el 74% fue a parar al consumo fresco y el 26% restante terminó en la industria.

Los actores de la cadena

En los últimos 30 años se instalaron en el país industrias importantes que han permitido el desarrollo del sector, como la multinacional Pepsico, la canadiense McCain, la holandesa Farm Frites y las estadounidenses Lamb Weston y Simplot. Esta última se asoció a San Fili, una empresa de Fabio Calcaterra, primo del expresidente Mauricio Macri, que recientemente se instaló en Mendoza con la ambición de producir 120.000 toneladas de papas al año.

En el sector también intervienen fábricas de menor envergadura que no trascienden más allá de la región donde producen. Según comentaron a Infobae representantes de la producción, el sector está segmentado en productores chicos que son aquellos que siembran entre 50 y 100 hectáreas; medianos, de entre 100 y 200 hectáreas; y grandes, de 500 y 1.000 hectáreas. Pero las multinacionales que dominan el sector siembran arriba de 3.000 hectáreas.

“Allá por los 90, cuando las industrias se instalaron en la Argentina, lo hicieron por el potencial del sudeste de la provincia de Buenos Aires, para generar volumen y calidad de papa. Este fue el puntapié inicial para exportar productos de calidad que le han dado una estabilidad a la industria nacional”, dijo Gastón Viani, presidente de la Mesa Provincial de la Papa e integrante de la Federación Nacional de Productores de la Papa (Fenapp).

Viani señaló que la Argentina podría exportar a Brasil papa fresca para consumo doméstico, pero solo se hace en casos excepcionales, cuando en el país vecino merma la producción y demandan papa hasta regularizar la situación. Pero el mercado brasileño sigue demandando básicamente productos industrializados.

La Argentina está posibilitada a exportar la papa fresca para el consumo doméstico, el país que mayor la demanda es Brasil, pero solo se hace en casos excepcionales
La Argentina está posibilitada a exportar la papa fresca para el consumo doméstico, el país que mayor la demanda es Brasil, pero solo se hace en casos excepcionales

Los datos más recientes del Indec señalan que en 2019 la Argentina exportó unos 25 millones de kilos (25.000 toneladas) de papas pre-fritas, y se esperaba que en 2020 hubiese un crecimiento del 21%, con lo que se podrían haber superado los 30 millones de kilos.

“En estos años hubo un cambio radical en el sector, que nos permitió estar a la altura de cualquier país avanzado. Se incorporaron nuevas tecnologías y variedades, pero aún no podemos tipificar y clasificar el producto al consumidor”, resaltó Viani, quien aseguró que la sociedad muchas veces no identifica entre la papa negra y la papa lavada.

“No se conocen las variedades. La gente no sabe que hay características específicas para hacer papa frita, snacks, puré, al horno y eso es lo que falta trabajar”, asegura. Esto genera que, por un lado, haya productores industriales, alineados con la calidad de los productos procesados. Del otro lado están los productores de papa fresca y los que trabajan con el sistema maleta-bolsa, que envían a las verdulerías de todo el país el tubérculo sin clasificar.

“Hoy la papa que llega a Brasil desde Argentina es la papa procesada, pre-frita y congelada que termina en las cadenas rápidas. Tiene que ver con las industrias que permitieron mejorar la producción, siembra, cosecha y cultivos. Pero también incorporar nuevas variedades para mejorar en términos de calidad”, concluyó Viani.

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