La industria frigorífica promovió señales de alarma y alerta, a la vez que planteó sus preocupaciones, por el cierre de exportaciones al mercado europeo como consecuencia de la pandemia, y China también se muestra hermética tras paralizar envíos cárnicos por la detección de presencia de Covid19 en los empaques. Esto le da argumentos a los chinos para planchar los precios en la compra de carne vacuna argentina. Al mismo tiempo, cae la faena local y también la demanda interna por la crisis.
Daniel Urcía, presidente de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), indicó ante Infobae que “el primer mes de 2021 marcó una caída profunda en la faena local, afectada por la caída de la demanda interna y también en la exportación. Allí las dos puntas, sufrieron una merma importante. Cuando eso ocurre, salen a relucir los problemas de costos de la industria frigorífica, que es una industria que gana con el volumen y cuando cae la producción el impacto es doble”.
Sin créditos baratos ni estímulo interno, el sector debe reinvertir a través de fondos propios. Lo que hace que todo crecimiento de producción sea muy lento (Urcía)
“El 2020 fue bueno, aunque disfrazado por lo que aporta la escala, ya que el consumo interno se mantuvo y se logró exportar más, así los costos que generó el Covid19 fueron disminuidos por este mayor volumen de actividad. Ahora si la situación cambia en el 2021, se va a transformar la actividad y el impacto será diferente”, explicó Urcía, que consideró necesario atender este tipo de cuestiones en el futuro diálogo que se abra con los gremios y las autoridades nacionales, para tratar temas impositivos pendientes.
Tal como manifestó el último informe del Rosgan, las exportaciones de carne durante el 2020 aportaron a la Argentina divisas por 2.700 millones de dólares, un mercado que, pese a la baja de precios internacionales registrada durante el año, logró triplicar el nivel de divisas ingresado 5 años atrás. Sin considerar lo proveniente de la exportación de cueros y menudencias que, aun con sus vaivenes, son rubros que en conjunto aportan aproximadamente otros 700 a 800 millones de dólares anuales.
El estudio –que acompaña la firma de la analista cárnica María Julia Aiassa– expresó además que lo interesante de las mencionadas cifras resulta precisamente en el componente nacional que integran estos productos y, por ende, en el efecto multiplicador que genera en otras actividades cada punto de crecimiento en materia de exportaciones. “En este sentido, la industria de alimentos balanceados, la industria de productos veterinarios, la producción de semillas forrajeras, así como los servicios de transporte, laboratorios, profesionales veterinarios, consignatarios, y otros sectores, ven movilizada su actividad cada vez que la ganadería expande su mercado a través de la exportación”, señaló la especialista.
Producción
Consultado de cuál es el mejor camino para aumentar la producción atento a la crisis local y también la creciente demanda externa, Daniel Urcía, titular de FIFRA, explicó que “la cadena cárnica en la Argentina viene creciendo a puro pulmón, tras la liquidación del stock vacuno, registrado entre el 2018-2019. Sin créditos baratos ni estímulo interno, el sector debe reinvertir a través de fondos propios. Lo que hace que todo crecimiento de producción sea muy lento”.
Las industrias de alimentos balanceados, productos veterinarios, semillas forrajeras, así como los servicios de transporte, laboratorios, veterinarios, consignatarios y otros, ven movilizada su actividad cada vez que la ganadería se expande con exportación (Aiassa)
Además, estimó que “hay demanda internacional y tenemos una producción nacional hoy que hace posible que podamos sostener el volumen de exportaciones del 2020 y también la demanda del mercado interno. Esto gracias a la recuperación registrada en el precio de la hacienda al cierre del año pasado, esto generó un estímulo para que el productor ganadero siga apostando. Sin esa recuperación en el precio de la hacienda, no tendríamos la producción necesaria para cubrir los pedidos del 2022 y 2023”.
“Hoy tenemos asegurado el 2021, y ojalá que los precios internacionales se recuperen. Actualmente Europa está dando señales mientras que China tiene una posición indescifrable: ya que genera cuestionamiento por razones de Covid19 (en los embarques realizados) sobre un dudoso fundamento científico. Esto complica el comercio”, explicó. También comentó que aún hay una indefinición china para habilitar plantas exportadoras de carne que hicieron una gran inversión durante el 2020: “Allí los chinos piden disculpas pero se demoran con su habilitación definitiva”, señaló.
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