En agosto pasado el consumidor pagó por los alimentos que llevó a sus hogares casi cinco veces el valor que recibió el productor agropecuario en su campo al comercializar la materia prima. Hubo caídas profundas en las brechas del ajo, el zapallito, la cebolla y el tomate. En el caso de la cebolla y el zapallito, recuperaron sus brechas tras las fuertes subas de julio.
Este detalle fue consignado en el último informe mensual de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), sobre los valores finales que presentan los “Productos del agro”, que en la medición correspondiente al pasado mes se registró una caída del 15% en la brecha de precios que existe entre los valores de góndola y los abonados a la producción.
Este es el resultado que obtuvo el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), elaborado por el sector de Economías Regionales de la CAME, y que tiene por objeto medir distorsiones que suelen multiplicar por varias veces el precio de origen de la totalidad de los productos agropecuarios en su recorrido desde el campo hasta el consumidor.
Allí pesa, tal como lo admiten desde la entidad mercantil y productiva, los costos adicionales que suelen recargar el precio que pagan los consumidores, como son cuestiones relacionadas a la estacionalidad, almacenamiento, cadenas de frío, y también el transporte y presentación de la mercadería.
En agosto pasado, la mayor brecha se detectó en el caso de la zanahoria, donde el precio se multiplicó por 8,35 veces desde que salió del campo, seguida por la manzana (7,2 veces), la calabaza (6,36 veces), y la pera (6,33 veces). Además, los productos con menores brechas fueron: la frutilla (1,6 veces), la acelga (1,9 veces), el pollo (2,16 veces) y la papa (2,51).
Por su parte, la participación del productor en el precio final de los alimentos saltó a 28,9%, mejorando un 14,1% en relación a julio. “Si bien el dato es alentador, deben considerarse variables tales como el crecimiento de los casos de coronavirus en el interior del país; el efecto de la época del año (invierno) sobre la producción; y el aumento de costos. Además, se suman las producciones provinciales que están por ingresar próximamente al mercado y aquellos productos que se encuentran en cola de producción” señalaron desde Came.
Brecha de precios
El relevamiento de CAME, de los 24 principales productos agropecuarios que participan de la mesa familiar, constató que la brecha entre lo que pagó el consumidor y lo recibido por el productor en el campo cayó un 15% durante agosto. En promedio, los consumidores pagaron 4,14 veces más de lo que cobró el productor por los productos en la tranquera de sus campos, cuando en julio dicha diferencia fue de 4,87 veces. Se trata de la menor brecha desde que se comenzó a realizar la medición en agosto de 2015.
Para obtener todos los datos, el área de Economías Regionales de CAME cumple diariamente con el seguimiento de más de quinientos precios de verdulerías y mercados para cada producto, y sobre el cual trabaja un equipo de 35 encuestadores. Allí se detectó que en agosto, el IPOD frutihortícola cayó 16,9%. La brecha para esos productos promedió en 4,3 veces, ubicándose 28,6% abajo del mismo mes del año pasado. Para el caso del IPOD ganadero, este ítem se redujo 2,3% (a 3,4 veces) y se ubicó 7,1% abajo del mismo mes de 2019.
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