El informe mensual elaborado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) reflejó que las exportaciones de carne vacuna en los primeros siete meses del año significaron el 26,5% del total de la producción, y sigue en los niveles de participación más altos de los últimos 25 años. Sin embargo, hay preocupación en la industria frigorífica por menores precios internacionales, y la baja del consumo interno, lo que está afectando a la cadena de pagos.
En lo que va de la pandemia del coronavirus es notorio el esfuerzo que está realizando toda la cadena de ganados y carnes, con el objetivo de abastecer el mercado interno y externo, siendo parte de las actividades esenciales que fueron declaradas por el gobierno nacional en marzo pasado. Todo eso derivó en una faena total, en los primeros siete meses del año, que alcanzó las 7.978.000 cabezas de hacienda vacuna, lo que significó un aumento del 3,1% en relación a igual período del año pasado.
El informe también resaltó que “continuó retrayéndose la importancia de las hembras en la faena total, que llegó a uno de los niveles más bajos de los últimos dos años”. La participación de las hembras en la faena total fue de 45,9% y resultó casi un 3% inferior a la de julio de 2019, apenas por encima del límite superior del intervalo consistente con el sostenimiento del stock de hacienda vacuna.
A partir de una faena en muy buenos niveles se llegó a una producción entre enero y julio pasado de 1.792.000 toneladas res con hueso de carne vacuna, un 3,1% más que en igual período de 2019. Del total producido, se exportaron 475.700 toneladas res con hueso, registrándose un crecimiento de 15,5% anual. De esta manera las exportaciones tuvieron una participación de 26,5% en el total producido, continuando en el porcentaje más alto de los últimos 25 años.
China siguió posicionado como el mayor comprador de carne vacuna nacional, más allá que entre mayo y junio de 2020 los envíos hacia ese mercado cayeron un 25,2%, y su importancia relativa pasó de 89% a 76,9%.
El contexto negativo del récord de las exportaciones, son los menores precios que pagó el mercado internacional, especialmente China, lo que coloca al sector en un nivel de producción adecuado, pero con márgenes escasos, y casi en el límite de la producción rentable. En junio pasado, el precio que pagó China fue de 3.673 dólares por tonelada, una merma del 9,1% intermensual y de 23,6% interanual.
Esta problemática llevó a la industria nacional a buscar mercados alternativos. Y en ese sentido, se destacó el volumen exportado a Estados Unidos durante junio pasado, llegando a 4.145 toneladas, un 641,5% más que en mayo pasado.
Mercado interno
En lo que respecta a la industria frigorífica que se dedica al mercado interno, se atraviesa un momento complejo por los efectos de la merma del consumo de carne vacuna. “Hay grandes dificultades para mantener los volúmenes comercializados, lo que genera que los márgenes también se encuentren al límite de una operatoria rentable”, señaló el informe.
Del total de la producción de carne vacuna, el mercado interno representó el 73,5% y se envió en los primeros siete meses del año 1.317.000 toneladas res con hueso, reflejando una caída de casi el 1% al realizar la comparación interanual. El consumo (aparente) de carne vacuna por habitante se ubicó en 50,4 kilos por año en el séptimo mes de 2020 (considerando el promedio móvil de los últimos doce meses). En relación a julio del año pasado se observó una contracción de 3,8% (2 kg/hab/año).
“La caída del consumo interno, que ya genera problemas de cobro, comienza a provocar alarma en la cadena comercial, frente a la posibilidad de que la misma se corte trasladándose al productor”, advirtieron desde la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).
Seguí leyendo: