El precio de la carne vacuna argentina con destino a China, nuestro principal comprador a nivel mundial, cayó en junio un 30% interanual y mostró una merma de 1.000 dólares en el valor pagado por el gigante asiático con respecto a mayo pasado.
A este contexto de baja de precios, se le sumó un rebrote de coronavirus en el principal puerto de Beijing, que podría causar una reprogramación en los embarques de carne hacia ese destino ante mayores controles sanitarios y convertirse en un fundamento bajista a la hora de la renegociación de los contratos, destacó un informe del Mercado Ganadero de Rosario (Rosgan).
La caída de los precios de la carne vacuna argentina pagados por China es contundente y se viene arrastrando desde noviembre del año pasado cuando tocó el récord de 7.700 dólares por tonelada.
En junio, el gigante asiático, que absorbió en 2019 cerca del 75% de las exportaciones totales de carne de nuestro país, pagó por tonelada 4.400 dólares, cifra que se ubicó un 30% por debajo de lo registrado en junio de 2019 y 1.000 dólares menos que lo pagado hace tan solo un mes.
“A pesar de haber mostrado una reaparición comercial mucho más rápida de la que el mundo aguardaba, la lenta reactivación del consumo doméstico sumado a los elevados stocks acumulados tras la disrupción en la cadena de distribución interna y a los altos volúmenes de importación registrados, llevaron a una caída de los precios internos que se trasladaron rápidamente a una menor paridad de compra para la importación”, explicaron desde el Rosgan.
Rebrote de coronavirus
Sin embargo, desde el mercado ganadero alertaron que este precio podría seguir bajando producto del rebrote de coronavirus en el puerto de Tianjin, principal terminal de Beijing, y ante los mayores controles sanitarios que producirán una ralentización en la logística china.
“Claramente, las medidas de control que están siendo adoptadas al arribo de la mercadería, generará demoras en los despachos hacia los distintos canales de distribución interna. Esto no tardará en repercutir sobre el ritmo de embarques a fin de evitar nuevas congestiones logísticas en destino”, al mismo tiempo que alertaron que “más allá de la reprogramación de embarques que puede llegar a suscitar, representa un nuevo factor de negociación de precios que China sin dudas hará valer”.
En base a esto, desde el Rosgan advirtieron que el futuro de los precios que pagará China es “un terreno incierto” y que la repentina reaparición del virus en Beijing “enciende una importante luz de alerta ante la posibilidad de una segunda ola de infecciones con la consecuente reaparición de medidas de bloqueo y contención que tan fuertemente han impactado sobre el comercio mundial”.
Ventaja argentina
Sin embargo, estos mayores controles estarían más centrados hacia aquellos proveedores que posean una situación epidemiológica severa y que su sector frigorífico haya sido fuertemente afectado, como Estados Unidos y Brasil, y podría representar para nuestro país un “fortalecimiento en términos de volumen”.
“La industria local prácticamente no ha sufrido interrupciones en la actividad, y los pocos casos positivos detectados en plantas de faena, fueron rápidamente aislados sin llegar a generar la tan temida circulación dentro del sector, por lo que estas medidas adoptadas en destino, no deberían representar riesgo alguno para los embarques argentinos”, señaló el informe.
Y destacó: “Por el contrario, en caso de endurecerse las barreras de ingreso sobre aquellos orígenes con mayor circulación del virus dentro de la industria cárnica, las exportaciones argentinas podrían verse fortalecidas en términos de volumen”.
Cabe recordar que de las 172.000 toneladas de carne bovina exportadas entre enero y abril, China absorbió nada menos que 124.729 toneladas.
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