La Mesa de las Carnes, integrada por más de 30 entidades de productores, ganaderos, feedlot, frigoríficos y exportadores, volvió a plantear la necesidad de eliminar las retenciones, facilitar el acceso al crédito, erradicar la informalidad, frenar la presión tributaria y contar con herramientas que estimulen la producción de un novillo más pesado. Todas estos pedidos tienen el fin de posibilitar el desarrollo del sector cárnico local como generador de empleo y el ingreso de divisas por unos 10.000 millones de dólares anuales.
Estos conceptos surgen de un informe difundido por la Mesa de las Carnes, donde se comentó que “la producción de carnes en su conjunto puede aumentar más de un 40% al 2025, donde el conjunto de las cadenas pecuarias pasaría de producir 6 millones de toneladas a más de 8,5 millones de toneladas”.
Según los cálculos realizados por los integrantes de la Mesa, la Argentina aplicando las medidas que se necesitan podría remitir al mercado interno cerca de 5,8 millones de toneladas de carne vacuna, aviar y porcina anualmente, para posibilitar un consumo anual de 118 kilos por habitante. Al mismo tiempo, también se podría contar con más de 2,8 millones de toneladas disponibles para ser exportadas, que aportaría un ingreso en divisas por unos 10.000 millones de dólares cada año.
“El crecimiento proyectado implica mantener el nivel de consumo de carnes de nuestro país entre los más altos a nivel mundial”, aconsejaron las entidades en su conjunto del sector cárnico a través del documento.
Se indicó, además, que este tipo de acciones posibilitaría generar un crecimiento económico en el país que “permitiría crear más de 200.000 nuevos empleos de calidad y agregar valor a la producción agrícola y forrajera, a través de la transformación en carnes de estos productos. Todo esto se puede dar con un adecuado marco de políticas públicas y el compromiso de todos los eslabones de la cadena de invertir y motorizar el crecimiento de sus negocios”.
Al cumplirse los objetivos propuestos, la Mesa de las Carnes ponderó, en línea con lo referido por un trabajo de Juan José Llach, ex viceministro de Economía, que los niveles de producción previstos de 4,5 millones de toneladas de carne vacuna permitirían crear 150 mil nuevos puestos de trabajo de calidad, solo para el sector cárnico bovino tanto para la producción como en la industrialización de un modo directo e indirecto. También para el caso de la actividad aviar, estas condiciones de desarrollo también promovería un aporte de otros 15.000 puestos de trabajo.
Propuestas
Para ello, la Mesa propone la implementación de varias “herramientas”, que resultarían “necesarias” para sostener una política que sostenga el crecimiento y desarrollo del sector cárnico en su conjunto. Ellas son:
-Eliminar las retenciones.
-Disponer de créditos accesibles y orientados al sector, con seguros incluidos, plazos y tasas compatibles con la actividad.
-Proceso de amortización acelerada de inversiones.
-Erradicar definitivamente la informalidad en todas las etapas de la cadena: comercial, fiscal, sanitario y laboral.
-Consolidar el mantenimiento, la apertura y la negociación de aranceles y cuotas en los actuales y futuros mercados internacionales.
-Nueva Ley Federal de Carnes con Estándar Sanitario básico para todo el territorio de la Nación, con eje en el cuidado de la salud pública y que tenga a la vista las nuevas demandas ambientales y de bienestar animal.
-Estímulos al novillo pesado y al aumento del peso promedio de faena, sin restricciones a la faena de animales livianos.
-Evitar mayor presión impositiva que se traduciría en menores inversiones tanto en industria como en la producción primaria, lo que afectaría el potencial de crecimiento.
Entre otros pedidos formulados en orden general, realizado por las entidades que integran la Mesa de las Carnes, figuran la “necesidad de crear herramientas financieras a través de créditos orientados con tasas adecuadas al negocio y seguros de las inversiones realizadas que aseguren un crecimiento de la cantidad de pasto, del stock, mejoras en la infraestructura, trayendo aparejado mejoras en los índices de destete y más kilos por animal”.
También se pide a las autoridades nacionales y hasta provinciales, recrear las condiciones que se requieren para estimular “las inversiones necesarias para incrementar la capacidad instalada en las plantas frigoríficas tanto de exportación como de consumo, que se estiman en una cifra cercana a los 2.000 millones de dólares”.