Uno de los sectores de la producción agropecuaria que presentó números positivos en 2018 fue la exportación de carne vacuna, a partir de la consolidación de la política del Gobierno de volver a instalar al país en el plano internacional y también con la reapertura de mercados, como Estados Unidos, que genera expectativa en el mundo de la cadena de ganados y carnes.
Durante 2019, el incremento esperado en la exportación de carne vacuna no debe traducirse en una suba de los valores internos en las carnicerías o supermercados. Así lo entiende Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina, quién estimó que el sector ganadero aguarda "señales y precios concretos para hacer el novillo pesado que necesita la exportación".
Según Pelegrina, en el segmento ganadero y cárnico "tenemos una buena perspectiva, ya que hay demanda y el mundo quiere seguir comprando nuestra carne, aunque nos falta en la parte interna obtener la competitividad que se necesita para generar esa producción". Por ello, el directivo de la SRA, estimó que "los incentivos no se están dando, con precios de la hacienda que quedaron retrasados y costos de producción que subieron mucho más durante el 2018″.
El mundo quiere seguir comprando nuestra carne, aunque nos falta competitividad para generar esa producción
Consultado por Infobae respecto del impacto que tuvo en el productor la reimplantación de retenciones a la exportación, con un contexto de alta inflación y más que elevadas tasas de interés para financiar la actividad agropecuaria, el presidente de la Sociedad Rural consideró que la decisión oficial de impulsar "viejas recetas" en materia impositiva "fue un golpe anímico muy fuerte para el productor. Es un pasito para atrás".
"En las economías regionales, se veía una buena expectativa de la mano del tipo de cambio, pero las retenciones le quitaron parte de la competitividad generada. Por ello hay que seguir trabajando durante el 2019 en la competitividad de fondo que es lo que le va a dar al sector esa capacidad exportadora. Es un proceso de mediano plazo y mientras tanto hay que evolucionar", dijo.
En materia económica y de cara a lo que será la actividad durante el 2019, para Pelegrina "hay complicaciones que persisten, como las tasas de interés que se han hecho impagables y que se prolongan en el tiempo e impactan negativamente en la actividad agropecuaria. Pese a ello el ánimo del productor es apostar para adelante. Se ha hecho una buena campaña agrícola, aunque alguno haya pensado en retocar la tecnología empleada, quizás por falta de financiación".
FALTAN INCENTIVOS EN LECHERÍA
Para Pelegrina, el actual esquema de retenciones que pesa sobre la exportación de lácteos "limita la capacidad exportadora y es un escollo para el desarrollo de la lechería. Lo mismo sucede con muchas economías regionales", dijo.
El titular de La Rural agregó que "las circunstancias macroeconómicas exigen el déficit cero y todos los recursos necesarios. Entendemos esas circunstancias pero nuestro trabajo es manifestar que los escollos están y que las retenciones nos limitan en nuestra capacidad competitiva respecto del mundo. Vemos que el camino es el correcto pero no llegamos fácil a la otra orilla".
"La lechería argentina está estancada desde hace muchísimos años. En el sur de Brasil, sin intervenir en precios y dando oportunidades para su desarrollo, la producción de leche pasó en 15 años de 4.000 millones a 12.000 millones de litros; y en la Argentina hace 20 años estamos en 10.000 millones", consideró el directivo.
El sector ganadero aguarda señales y precios concretos para hacer el novillo pesado que necesita la exportación
A su vez, agregó: "La lechería del sur de Brasil nos ha pasado y esta es una decisión política de dar condiciones para que el productor pueda avanzar. Hay que ir por una 'Lechera Grande' y eso necesita el componente de la exportación. Allí hay un reclamo puntual, no limitar las exportaciones y eso quiere decir que la actividad no puede soportar las retenciones. Tenemos que rever esto y ver cómo podemos generar mejor capacidad de pago para toda la cadena, y donde los productores puedan capturar lo que les corresponde".
"Si logramos agrandar la torta, va a ser más fácil que se pueda recuperar la lechería. Eso va de la mano de políticas que corrijan desfasajes de muchísimos años. El estancamiento de la lechería tiene que ver con la logística, los sobrecostos que tiene la industria y especialmente de la mano de la parte sindical, pero también con los impuestos, las tasas de interés y la transparencia, que es en lo que se trabaja en el marco de la Mesa de Competitividad Lechera", cerró Pelegrina.
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