En un mundo donde los fabricantes de automóviles compiten por sorprender con sus diseños futuristas y tecnología de vanguardia, Bentley ha decidido mirar al pasado para traer al presente una pieza clave de su legado: el Speed Six de 1930. Este vehículo icónico, que dominó las pistas de Le Mans en los años 20, ha sido meticulosamente recreado por la marca británica, utilizando los mismos dibujos de diseño originales, materiales auténticos y técnicas de fabricación tradicionales. A diferencia de una réplica común, este proyecto, conocido como una “continuación”, busca revivir fielmente el coche que una vez fue símbolo de velocidad y lujo en las carreteras europeas.
Para lograrlo, Bentley no escatimó esfuerzos. El proceso de recreación comenzó con un extenso trabajo de investigación, durante el cual se consultaron los planos originales de la época, proporcionados por la WO Bentley Memorial Foundation. La atención al detalle fue primordial: desde la selección de materiales históricos hasta la reproducción de técnicas artesanales utilizadas hace casi un siglo, cada aspecto fue cuidadosamente replicado para garantizar la autenticidad del coche. El resultado es una versión contemporánea del Speed Six que honra su rica historia mientras incorpora la precisión y el arte del pasado.
La legendaria carrera del Speed Six contra el Blue Train
El Bentley Speed Six no solo es famoso por su rendimiento en las carreras, sino también por haber protagonizado uno de los desafíos más célebres de la historia automovilística. En 1930, Woolf Barnato, entonces presidente de Bentley y tres veces ganador de las 24 horas de Le Mans, lanzó una atrevida apuesta que pondría a prueba la velocidad y resistencia de su Speed Six. Barnato apostó que su coche sería capaz de vencer al famoso Tren Azul, un lujoso tren que conectaba Cannes con Calais, en un recorrido de más de 900 kilómetros.
El reto comenzó en la Riviera francesa, con Barnato al volante y su copiloto Dale Bourne a su lado. El objetivo era claro: llegar a Calais antes que el tren. A pesar de los desafíos que enfrentaron durante el trayecto, lograron no solo superar al Tren Azul, sino también cruzar el Canal de la Mancha hasta Londres, llegando cuatro minutos antes de que el tren llegara a su destino en Calais. La policía francesa multó a Barnato por su temeraria conducción en vías públicas, ya que había alcanzado una velocidad media de 69 kilómetros por hora, una cifra notable para la época.
Este triunfo no solo consolidó la reputación de Bentley como una marca de autos veloces y resistentes, sino que también agregó un toque mítico al Speed Six, convirtiéndolo en un símbolo de la determinación y el espíritu competitivo de la marca.
Un motor legendario: las especificaciones del Speed Six
Este auto, tanto en su versión original como en la recreada, es un verdadero testimonio de la ingeniería avanzada para su época. En el corazón de este vehículo icónico se encuentra un motor de seis cilindros en línea de 6,5 litros, diseñado por el propio WO Bentley en la década de 1920. Este motor, que en su tiempo representaba un nivel de rendimiento propio de un superdeportivo, ha sido recreado fielmente según las especificaciones originales, tal como lo explica Mike Sayer, director de comunicaciones de productos de Bentley. Aunque la potencia de 205 caballos de fuerza puede parecer modesta para los estándares modernos, en su época era una cifra impresionante que ofrecía una confiabilidad excepcional, especialmente en las exigentes carreras de resistencia como las 24 horas de Le Mans.
La recreación de este coche no fue solo un ejercicio de nostalgia, sino también una prueba rigurosa de ingeniería moderna aplicada a una máquina histórica. El Car Zero, el prototipo que sirvió como base para la producción de los 12 modelos que se llevarán a cabo, incluyó más de 8000 kilómetros de pruebas, incluidas simulaciones de carreras de seis horas y una prueba de velocidad máxima, alcanzando los 185 kilómetros por hora, tal como lo había hecho el coche original en la década de 1930. Este minucioso proceso de desarrollo asegura que el coche no solo mantiene la autenticidad de su diseño, sino también el rendimiento y la confiabilidad que hicieron del Speed Six una leyenda en su tiempo.
La construcción del nuevo Speed Six también implicó un largo y detallado proceso de investigación y desarrollo. Solo para el diseño del chasis y los travesaños se dedicaron seis meses, lo que demuestra el nivel de precisión y cuidado que Bentley aplicó para garantizar que cada aspecto del coche recreado fuera fiel al modelo original.
Proceso de construcción y personalización: un viaje a través del tiempo
La carrocería del Speed Six fue construida con madera de fresno, siguiendo la técnica tradicional de la época, y cubierta con una tela histórica que recorre el marco del coche. Los detalles mecánicos y estéticos fueron elaborados por maestros artesanos, como el equipo de Lomax Coachbuilders, que se encargó de la carrocería. La empresa Vintage Headlamp Restoration International, un equipo de padre e hijo, recreó los faros redondos, mientras que la Vintage Car Radiator Company fabricó el radiador y el tanque de gasolina, piezas esenciales del coche.
Cada Speed Six será personalizado según las especificaciones de sus propietarios. Desde el color de la pintura hasta los acabados interiores, los clientes pueden elegir entre una gama de opciones históricamente precisas. Un ejemplo de ello es el Parsons Napier Green, un acabado exterior que Bentley rescató de las paletas de colores originales utilizadas en la década de 1930.
Los detalles internos del coche también fueron recreados con la misma atención al detalle. Los diales del tablero fueron pintados a mano y los asientos de cuero están rellenos de crin de caballo, exactamente como en el modelo original de 1930. Esta precisión artesanal, combinada con la autenticidad de los materiales, asegura que cada Speed Six no sea simplemente una Réplica, sino una verdadera continuación del legado de Bentley.
Un lujo exclusivo: el valor del Bentley Speed Six
Este auto es una obra de arte en movimiento, y su exclusividad está reservada para un pequeño grupo de coleccionistas. Con un precio de 2 millones de dólares, esta máquina artesanal es una de las recreaciones más costosas y meticulosamente fabricadas de la historia reciente del automovilismo. A pesar de su elevado costo, los 12 modelos que se producirán ya han sido adquiridos por compradores privados, lo que subraya el alto nivel de demanda y la exclusividad del proyecto.
El Car Zero, el prototipo que Bentley construyó para las pruebas de ingeniería y desarrollo, no será vendido. En cambio, será conservado por la marca para sus archivos, como una pieza histórica que documenta el proceso de recreación. Cada uno de los 12 modelos será hecho a mano y tomará aproximadamente 10 meses en completarse, un reflejo del cuidado y detalle involucrados en la fabricación de cada vehículo.