En los últimos días, se volvió a hacer viral un video que muestra cuáles son los planes de la marca de autos de lujo, Rolls Royce, para sus vehículos del futuro. Durante la presentación del proyecto 103EX, que se estipula sea lanzado en 2035, se puede ver que la perspectiva de la empresa es hacer que sus coches sean completamente autónomos y estén optimizados hacia lo lujoso o excéntrico en todas sus facetas.
Su aparición en el escenario automotriz rompe todas las expectativas, proyectando hacia una nueva forma de viajar, donde el lujo, la tecnología y la sostenibilidad se entrelazan en perfecta armonía. Con su aspecto futurista, no se trata de un simple auto, sino de un salón rodante, un espacio que, más que transportar, transforma el concepto mismo de movilidad.
Lanzado en 2016 como parte de la celebración del centenario de la casa matriz BMW (pertenece a Rolls-Royce Motor Cars desde 1998), este vehículo autónomo y eléctrico fue el primer paso hacia una revolución tecnológica dentro del mundo automotor. El propio CEO de la marca, Torsten Müller-Ötvös, reconoció que aún hay un largo camino por recorrer, pero la visión ya está clara: ofrecer a un selecto grupo de usuarios una experiencia que desafía lo conocido hasta ahora.
Es un vehículo de proporciones épicas: casi 6 metros de largo y 1,6 metros de alto, su diseño imponente es el reflejo de una ingeniería meticulosa. Dos ruedas de 28 pulgadas de diámetro, hechas a mano con radios de aluminio, dan soporte a esta máquina, integrándose en una carrocería que favorece la aerodinámica. El frente parece más el de un crucero de lujo que el de un auto, con sus faros majestuosos y la estatuilla que distingue a Rolls Royce con su simbología de elegancia clásica.
Una de las características más comentadas es el compartimiento para las maletas. Al pulsar un botón, una bandeja extrae las valijas, evitando que el pasajero tenga que realizar el más mínimo esfuerzo. Se trata de una pieza de diseño, emulando las ruedas del auto, y como si fuera poco, en un gesto de refinamiento extremo, desde las puertas emerge un par de paraguas de lujo, calefaccionados para secarse rápidamente después de un día lluvioso.
“Nunca había visto algo así”, exclamó Alex, la famosa youtuber de Supercar Blondie, mientras presentaba el coche en su canal el año pasado. Su video, visto por más de 10 millones de personas, capturó la esencia de esta obra maestra del automovilismo. Eleanor, la inteligencia artificial que gobierna el vehículo, se roba el protagonismo: un robot no solo encargado de conducir, sino también de gestionar cada detalle del itinerario del pasajero, ofreciendo información sobre rutas, horarios e incluso recordando citas.
“Imagínense un viaje en el que no tengan que hacer absolutamente nada”, continuó Alex, quien agregó: “Todo está a cargo de Eleanor. Ustedes solo disfrutan”.
El Rolls Royce 103EX redefine el concepto de interior en un coche. Al abrirse las puertas, el techo se desliza hacia atrás, permitiendo al dueño ingresar de pie, como quien entra en una gala. La alfombra de seda trenzada a mano, el sofá de marfil en lugar de asientos tradicionales, y una pantalla OLED gigante que sustituye al tablero de control, todo está dispuesto para que el ocupante olvide que se encuentra en un auto.
El regreso del prototipo a Goodwood, su hogar en Inglaterra, en 2019, fue un momento de orgullo para la marca. Tras cuatro años viajando por diversas exhibiciones, el director ejecutivo no pudo evitar el tono nostálgico al recibir de vuelta a esta joya.
“Estamos encantados de darle la bienvenida a casa”, declaró. “Este vehículo es una declaración clara de lo que será el futuro para nosotros: autónomo, eléctrico, sin emisiones y absolutamente personalizado”, puntualizó.
En un mundo que avanza hacia la movilidad sostenible, el 103EX no usa combustible fósil, eliminando así las emisiones de gases que hacen daño al medio ambiente. Sus baterías tienen la capacidad de una carga masiva, lo que asegura que los largos trayectos no sean un problema. Cada detalle está pensado para asegurar que este sea, sin dudas, el auto más perfecto imaginable.
La visión de Rolls Royce es ambiciosa: cambiar el paradigma del transporte y elevarlo a una experiencia sin igual. Pero este sueño no será accesible para todos. Cuando finalmente tenga un precio, solo unos pocos podrán permitirse adquirir una pieza de ingeniería que parece más salida de un relato de ciencia ficción que de las líneas de ensamblaje de una fábrica.