Doha 2024: la mejor versión de China emergió antes de París en el Mundial que entregó boletos olímpicos en todas sus disciplinas

Al cabo de 17 jornadas, escribió todas sus páginas un nuevo Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos. El vigesimocuarto desde su creación. El segundo en el lapso de siete meses, secuela de un mutado calendario post-covid ajustado a los tiempos olímpicos. Gobernado por la delegación china en abundancia y calidad, con 33 medallas y 23 doradas, Doha 2024 fue un puente hacia París para los atletas de los seis deportes que vieron acción en las tres sedes.

En consonancia con la tónica general, fue un deportista chino quien en la natación rompió los moldes de la prueba reina: Pan Zhanle, de 19 años, es el nuevo campeón y poseedor del récord del mundo en los 100 metros estilo libre (47.53 segundos). Sin embargo, los mejores fueron una estadounidense (Claire Curzan, con cuatro doradas) y un irlandés (Daniel Wiffan, dos títulos). En otro hito propulsado por brazadas jóvenes, Erika Fairweather, con 20 años y en los 400m libre, llevó la primera medalla para Nueva Zelanda en un Mundial. Sarah Sjostrom estampó su sexto triunfo mundialista seguido en los 50m mariposa. Luego de batallar contra su salud mental, Adam Peaty, récord del mundo en los 100m pecho, regresó con un bronce y afirmó sentirse un “poco decepcionado” por su desempeño.

En el Puerto viejo de Doha, las aguas abiertas fueron marcadas a fuego por el doble título de Sharon van Rouwendaal, la neerlandesa campeona en Río: ganó los 10 kilómetros, la especialidad, y luego repitió en los 5, prueba en la que, con 31 años, la brasileña Ana Cunha se colgó el bronce para erigirse en la nadadora de aguas abiertas más laureada de los Campeonatos del Mundo, con 16 medallas. Entre los hombres, Florian Wellbrock desembarcó como campeón olímpico y mundial y partió como la gran decepción en los 10 km.: concluyó 29º en la carrera liderada por el húngaro Kristof Rosovszky, plateado en Tokio 2020. Entre clasificaciones por ubicación general y plazas continentales, se instalaron en París 2024 17 atletas por género en la prueba de 10 kilómetros.

Como casi siempre desde la década del ‘80, China cerró la puerta a sorpresas en uno de sus deportes - política de estado, el que repartió 37 boletos a París. Salvo en la prueba de trampolín de 1m masculino, en la que Osmar Olvera conquistó la primera dorada en la historia de México en la disciplina, tuvo representantes en todos los podios de los clavados y saltos de gran altura. Fueron 13 medallas en igual número de eventos. A los 13 años y 256 días, Huang Jianjie se consagró como el campeón masculino más joven de la historia de los saltos. A la antítesis la encarnó el iraní Thagi Askari, quien a los 100 años fue invitado a saltar, llenarse de aplausos y condecorarse con una medalla dorada simbólica.

Cinco trofeos mundiales alzó la selección estadounidense femenina de waterpolo en las últimas seis ediciones. En la capital qatarí hicieron pesar el favoritismo en una reñido triunfo en la final ante Hungría por 10 a 9. El bronce también se definió por un gol: España superó a Grecia en el suspiro agónico. Los pasajes a París fueron para Hungría, Italia y Sudáfrica, el mejor africano. El certamen masculino se dirimió, por tercera edición consecutiva, en los penales y el festejo lo gestó Croacia, ante Italia. Los dos finalistas se dieron paso hacia París junto con Montenegro, Serbia, Australia y Sudáfrica, estos últimos dos por cupos continentales. Las zonas olímpicas ya quedaron definidas.

Al igual que en el bautismo en Fukuoka 2023, la piscina de la versátil Academia Aspire de Doha se pobló de performances masculinas en la natación artística en la antesala de la presentación olímpica. Kazajistán se hizo de su primer título mundial en una disciplina acuática gracias a la gesta de Nargiza Bolatova y Eduard Kim en la rutina técnica de dúo mixto. Grecia, de la mano de Evangelia Platanioti en la rutina técnica individual, atrapó la primera dorada en la natación artística.

El caso chino en la natación artística merece una distinción, por la conjunción de magnitud, oportunismo y evolución: sin los poderosos rusos como rivales, obtuvieron siete medallas doradas sobre 11 posibles, una menos que la suma de todas las ediciones anteriores y la mayor cosecha de una delegación en un solo Mundial, cifra que lo catapultó hacia el segundo lugar del medallero histórico, con 15 premios máximos.