Tuvieron un hijo cuatro años después de haber muerto en un accidente

Por Amy B Wang

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Los cuatro abuelos posando junto
Los cuatro abuelos posando junto al nieto recién nacido (Cortesía)

En marzo de 2013, Shen Jie y Liu Xi estaban a punto de formar una familia –un procedimiento programado de fertilización in vitro estaba a solo unos días de culminarse-, cuando el auto de la pareja china se estrelló contra un árbol en la provincia de Jiangsu.

Liu murió en el acto y Shen perdió la vida cinco días después, según apuntan los informes.

En el Nanjing Tower Hospital, los embriones fertilizados de Liu estaban en un tanque de nitrógeno líquido, preservado a -196 grados Celsius. Para las familias de Shen y Liu, los embriones congelados se convirtieron en su única esperanza para una nueva generación.

La tragedia desencadenó una batalla de varios años en la corte, ya que los padres de Shen y Liu lucharon para reclamar los embriones fertilizados como propios. El caso, reportado por primera vez por Beijing News, presentó innumerables obstáculos: lo más desalentador, tal vez, fue que no había ningún precedente legal en China para que los padres heredasen los embriones de sus hijos fallecidos.

Sin embargo, los padres de Shen y Liu intentaron un avance legal arriesgado, demandándose mutuamente, en un intento de conseguir que el hospital de Nanjing liberara los embriones a uno de ellos, de acuerdo a Beijing News.

Después de un año de procedimientos judiciales, el Tribunal Intermedio Popular de Wuxi falló a favor de los aspirantes a abuelos.

"Los embriones dejados por Shen Jie y Liu Xi se han convertido en los únicos portadores de las líneas de sangre de ambas familias", afirmó la sentencia, "y así soportan la carga de su dolor y su consuelo espiritual y emocional".

El Nanjing Durum Tower Hospital acordó liberar los embriones, pero solo a otro hospital, según el China Daily. Ding Lijun, un especialista en reproducción en el hospital de Nanjing, dijo al periódico que el hospital simpatizaba con las parejas de ancianos, pero que necesitaba navegar cuidadosamente por un territorio ético inexplorado.

"Hay límites que no podemos sobrepasar en el uso de la tecnología y debemos cumplir estrictamente, y sin eso, la tecnología corre el riesgo de ser abusada", apuntó Ding al periódico.

En ese momento, surgió un segundo obstáculo: la subrogación ha sido ilegal en China desde 2001, cuando el Ministerio de Salud lo prohibió por "principios éticos", y ningún otro hospital en el país estaba dispuesto a recibir los embriones.

Los padres de Shen y Liu finalmente encontraron una agencia de subrogación que aceptó los embriones y los llevó a Laos, un país del sudeste asiático donde se permite la subrogación.

Allí, los médicos implantaron dos de los embriones en una mujer de 27 años que sería la madre sustituta. Uno de los embriones trasplantados fue exitoso. Durante su embarazo, la madre sustituta viajó a Guangzhou (China) con una visa de turista.

El 9 de diciembre de 2017, cuatro años después de que sus padres biológicos murieran en un accidente de auto, un bebé nació por subrogación en Guangzhou.

Sus abuelos se maravillaron de sus pequeñas facciones: el bebé tenía los ojos de su difunta madre, pero en general, se parecía a su padre.

Los apodaron "Tiantian" ("pequeño dulce") por la alegría que trajo después de años de amargas batallas legales y una dura pérdida. Los cuatro abuelos presentaron muestras de ADN para demostrar que estaban relacionados biológicamente con el bebé y mantener la custodia, según cuenta el Beijing News.

Hace poco, el periódico publicó imágenes de la nueva familia: en una, los cuatro radiantes abuelos se reúnen alrededor de su improbable nieto.

En otra imagen, Tiantian aparece sonriendo y vistiendo un babero de dibujos animados con el mensaje de "FELIZ". Está a punto de celebrar sus primeros 100 días, un hito importante para los recién nacidos en China. Sin embargo, en lugar de un banquete grande y ostentoso, los abuelos de Tiantian harán una celebración menor, según cuenta el Beijing News.

El abuelo paterno de Tiantian dijo al periódico que no querían contarle al niño la verdad sobre sus padres hasta que fuera mayor. En cambio, le dirían que sus padres se habían ido al extranjero.

"Este niño vino al mundo con tristeza. Todos los demás tienen padres que los llaman", dijo el abuelo al periódico. "Se lo diremos en el futuro", declaró.

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