Bill Gates llama a EEUU a liderar la lucha contra una pandemia que podría matar a 33 millones de personas

Por Lena H. Sun

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Bill Gates dice que la Casa Blanca y el Congreso no han logrado liderar ni en la nación ni en el mundo un plan sobre los preparativos de "una probable gran pandemia letal".

En una entrevista reciente, el filántropo multimillonario dijo que había planteado la cuestión en tres reuniones con el presidente Donald Trump, desde las elecciones presidenciales de 2016. En cada uno de los encuentros, Gates señaló que expuso el creciente riesgo de un ataque de bioterrorismo y destacó la importancia del financiamiento de Estados Unidos para la investigación avanzada sobre nuevas terapias, incluida una vacuna universal contra la gripe, que protegería contra todas o la mayoría de las cepas de influenza.

Gates, que fundó Microsoft y ahora lidera un fundación de salud mental, explicó que le manifestó a Trump que él tiene la oportunidad de liderar en el tema de la seguridad sanitaria mundial. El presidente lo alentó a seguir la conversación con los altos funcionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos, los Institutos Nacionales de Salud (NIH por sus siglas en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos.

Gates también reveló que se reunió varias veces con H.R. McMaster, el ex asesor de seguridad nacional del presidente, y espera reunirse con el reemplazo de McMaster, John Bolton. El Consejo de Seguridad Nacional, dijo Gates, es una oficina apropiada para "mostrar liderazgo en este tema y decidir cómo coordinar los diversos grupos" dentro del gobierno.

"Pero, ya sabes, creo que tenemos que impulsar esto con la rama ejecutiva y un poco con el Congreso", dijo Gates. "No ha habido un gran esfuerzo en ese sentido", remarcó.

Su entrevista con The Washington Post fue el preludio de un discurso sobre los desafíos asociados con las epidemias modernas, cuya charla dio Gates en la Sociedad Médica de Massachusetts.

Gates y su esposa, Melinda, han advertido en repetidas ocasiones que una pandemia es la mayor amenaza inmediata para la humanidad. Los expertos dicen que el riesgo es alto porque constantemente surgen nuevos patógenos y el mundo está muy interconectado.

Muchos expertos coinciden en que Estados Unidos sigue sin estar preparado para una pandemia o una amenaza de bioterrorismo. La burocracia en expansión del gobierno, dicen, no es lo suficientemente ágil para lidiar con mutaciones que, repentinamente, convierten a un virus de influenza en una cepa particularmente virulenta, como la influenza de 1918 que causó la muerte de entre 50 y 100 millones de personas en todo el mundo.

Incluso la dura temporada de la gripe de este invierno fue suficiente para poner en una situación de crisis a algunos hospitales, lo que los obligó a instalar tiendas de campaña fuera de las salas de emergencia para hacer frente a la masiva llegada de pacientes.

Si un patógeno tan altamente contagioso y letal como la gripe de 1918 se produjera hoy, casi 33 millones de personas en todo el mundo morirían en solo 6 meses, según señaló Gates en sus comentarios, citando una simulación realizada por el Institute for Disease Modeling, que se desprende de una investigación realizada en Bellevue (Washington).

En esos comentarios, Gates destacó los avances científicos y técnicos en el desarrollo de mejores vacunas, medicamentos y diagnósticos que, según dijo, podrían revolucionar la forma en que nos preparamos y tratamos las enfermedades infecciosas en el futuro. Elogió la formación del año pasado de una nueva coalición mundial, conocida como CEPI, para crear nuevas vacunas contra las enfermedades infecciosas emergentes. También anunció un Grand Challenge de USD 12 millones en asociación con la familia del fundador de Google, Larry Page, para acelerar el desarrollo de una vacuna universal contra la gripe.

Pero las vacunas, señaló, toman tiempo para investigar, implementar y generar inmunidad protectora.

"Por lo tanto, necesitamos invertir en otros enfoques, como medicamentos antivirales y terapias de anticuerpos que pueden acumularse o fabricarse rápidamente para detener la propagación de enfermedades pandémicas o tratar a las personas que han estado expuestas", dijo en su discurso.

Entre los avances en estas áreas están un nuevo antiviral para la influenza aprobado recientemente en Japón que Gates dijo que "detiene el virus en seco" al inhibir una enzima que necesita multiplicarse. La investigación sobre anticuerpos podrían proteger contra una cepa pandémica de un virus. Además, una prueba de diagnóstico aprovecharía la poderosa tecnología de ingeniería genética, conocida como CRISPR, que podría encontrar patógenos en la sangre, la saliva o la orina. Esa prueba podría, por ejemplo, identificar si alguien está infectado con el Zika o el virus del dengue, que tienen síntomas similares.

Pero incluso las mejores herramientas del mundo no serán suficientes, advirtió Gates, si Estados Unidos no tiene una estrategia para aprovechar y coordinar los recursos en el hogar y ayudar a liderar un sistema de preparación y respuesta global eficaz.

Trump y altos funcionarios del gobierno han subrayado la importancia de controlar los brotes de enfermedades infecciosas. Pero los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) se enfrentan a una pérdida de fondos de emergencia tras la epidemia de Ébola de 2014 y han comenzado a reducir drásticamente sus actividades de prevención de epidemias en 39 de los 49 países donde los riesgos de enfermedades son mayores.

El Congreso proporcionó algunos fondos adicionales en el proyecto de ley de gastos del mes de abril. Pero también ordenó a la administración que elabore un plan integral para fortalecer la seguridad sanitaria mundial en el país y en el extranjero.

"Este podría ser un primer paso importante si la Casa Blanca y el Congreso aprovechan la oportunidad para articular y adoptar un rol de liderazgo para Estados Unidos", dijo Gates en el discurso.

Ningún otro país, señaló, tiene la profundidad de la experiencia cientñifica o técnica que posee Estados Unidos, aprovechando los recursos de instituciones como NIH, CDC y la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédica Avanzada, así como la Defensa de Investigación Avanzada del Departamento de Defensa.

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