Uno pensaría que dirigir un restaurante inglés inspirado en uno de los mejores políticos británicos del siglo XX sería una idea patriótica y rentable. Desafortunadamente, ese no es el caso de un café del norte de Londres llamado The Blighty UK ya que su propietario está viviendo uno de sus peores momentos.
En The Blighty (que también tiene un restaurante llamado The Blighty India), los comensales pueden tomar su té en las tazas de Churchill y disfrutar de un desayuno inglés completo (llamado "The Winston") bajo un mural gigante del ex primer ministro mientras contemplan los modelos de avión Spitfire y las banderas de Union Jack. Por desgracia, toda esta admiración por el gran poder colonial no ha sentado nada bien a algunos.
Hace unos días, la policía tuvo que hacer acto de presencia cuando nueve activistas irrumpieron en el café, gritando improperios en contra de la figura de Churchill, llamándolo "racista" y exigiendo que los clientes boicotearan el restaurante.
El mural con dibujos sobre el ex presidente que representaban al líder bélico mostrando su famoso letrero de "victoria" también fueron vandalizados (aunque no hay pruebas de que los manifestantes fueran los responsables). Además, los comentarios negativos en Internet acerca del restaurante, orquestadas por activistas, han sido mordaces.
La mayoría de los clientes, británicos, continuaron comiendo y bebiendo durante las protestas. Pero no es sorprendente que el propietario del café, Chris Evans, y su personal se asustaran. "Si no puedes celebrar a Gran Bretaña y a los grandes británicos, estás borrando la historia", dijo a Daily Mail. "Y si no puedes celebrar a Churchill, no puedes celebrar a nadie", apuntó en ese sentido.
Los ataques fueron supuestamente dirigidos por Halimo Hussein, un estudiante de 24 años de edad, autoproclamado anticolonialista y partidario del cambio institucional. Hussein ha exigido que Evans se disculpe con la comunidad local por la "marca mal pensada e insensible del café y cambie rápidamente la estética y la decoración del café". Los manifestantes creen que la cafetería "insensiblemente evoca la memoria del Imperio".
El debate sobre el tema del café se ha elevado incluso a los niveles más altos del Reino Unido, con el Secretario de Relaciones Exteriores Boris Johnson instando a los líderes de la oposición a denunciar a los manifestantes.