Según la organización de derechos humanos Human Rights Watch, esta práctica es común porque sus familiares "no ven otra alternativa".
En Ghana algunos pacientes con enfermedades mentales aún son encadenados en sus casas, ya que sus familiares no saben como actuar o no encuentran otra alternativa, informó la organización Human Rights Watch.
En un comunicado firmado por la organización de derechos humanos, en conjunto con otras como Mind Freedom Ghan y la Sociedad de Salud Mental de Ghana, se asegura que es necesario que las autoridades de este país hagan algo al respecto.
Peter Yaro, director ejecutivo de BasicNeeds Ghana dijo que la gente en Ghana llega a encadenar a personas con discapacidades psicosociales "porque no ven alternativas".
"Han pasado cinco años desde la aprobación de la Ley de Salud Mental y es hora de que el gobierno invierta en servicios de salud mental para que las personas con discapacidades psicosociales puedan obtener el apoyo que desean, en vez de terminar con grilletes".
La Ley de Salud Mental del 2012 establece el marco legislativo para un impuesto, y dice que el Ministro de Finanzas debe establecer este recurso para solventar los servicios de salud mental a través del Parlamento. Sin embargo, dicho impuesto aún no se ha establecido.
De acuerdo con Human Rights Watch, Ghana ha tenido progresos en la salvaguarda de los derechos de personas con este tipo de discapacidades, pero aún falta mucho por hacer.
Apenas en julio de este año, las autoridades de Salud Mental supervisaron la liberación de más de una docena de personas con discapacidades que fueron encadenadas en el Campamento de Oración de Nyakumasi, en la Región Central del país.
Con la presión de grupos locales e internacionales se han tomado medidas para imponer una prohibición de encadenamiento.
"El gobierno de Ghana tiene una oportunidad real de liderar con el ejemplo, enviando un mensaje a otros países de la región, así como a todo el mundo, de que no tolerará el trato inhumano de las personas con discapacidades psicosociales", dijo Julian Eaton, asesor de Salud Mental.
"Ellos representan a algunas de las personas más marginadas e invisibles en la sociedad y merecen la misma dignidad y respeto que cualquier otro ser humano", aseguró.
Publicado originalmente en VICE.com