Cuando tu peor pesadilla pasa delante de tus ojos.
El escenario: Tu mejor amigo se acaba de convertir en papá, y tus amigos y tú se reúnen para conocer al pequeño bulto de alegría por primera vez. Los bebés nunca te entusiasmaron tanto, así que no estás preparado para conocerlo y saludarlo. Pero es posible que tus instintos humanos se hayan apoderado de ti al ver a ese recién nacido de cabeza enorme y quieras cargarlo en tus brazos. "¡No lo vayas a tirar!" te dice en broma tu amigo idiota cuando tienes al bebé en tus brazos. Quedas petrificado. Tu peor pesadilla pasa delante de tus ojos. Tu amigo se ríe, pero a ti no te parece tan gracioso. ¿Tienes razón de estar aterrorizado de dejar caer a este bebé?
Los hechos: En caso de que no te hayas dado cuenta, los bebés tienen cabezas inmensas. Su cabezota es a la vez la parte más importante y la más vulnerable de su cuerpo. "El cerebro se desarrolla con rapidez durante el primer año de vida, es increíblemente activo en su metabolismo, y también está relativamente desprotegido", señala Christopher Moir, un cirujano pediatra especializado en traumas. El cráneo de un adulto es una estructura sólida, pero al nacer está formado por 22 huesos separados que se fusionan durante los dos primeros años de vida. Ese cráneo flexible permite que el bebé salga por el canal de parto —es por eso que las cabezas de algunos recién nacidos parecen deformes justo después del nacimiento— y le da al cerebro espacio para crecer.
"Las caídas son la causa número uno de lesiones graves en niños menores de un año, y la cabeza es, por mucho, la parte que más lesiones sufre", dice Moir. Cuando los bebés se lesionan la cabeza por una caída, a menudo hay una fractura del cráneo o daño en sus tejidos blandos, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Pensilvania. Las lesiones en la cabeza disminuyen con la edad, en parte porque el cráneo se fortalece y porque la cabeza del bebé se vuelve proporcionalmente más pequeña en comparación con el resto de su cuerpo. Desde una perspectiva física, eso significa que el bebé será menos propenso a aventarse de cabeza.
Tu cadera —asumiendo que es donde estás sosteniendo al bebé— no es una distancia tan peligrosa desde el suelo. "Hay muy pocas lesiones graves desde esa altura", dice Robert Sege, pediatra general y de niños que sufrieron abusos, y portavoz de la Academia Americana de Pediatría. Investigadores ingleses examinaron los tipos de caídas, la edad y las lesiones, y encontraron que para los bebés, la caída de los brazos del cuidador tenía la tasa más alta de fracturas de cráneo: 9 por ciento. Sin embargo, tras someterse a una tomografía, el 84 por ciento de los bebés no mostró complicaciones después de las fracturas, que normalmente cicatrizan por sí mismas, dice Sege.
También es importante recordar que tu cuerpo no es lo único que puede levantar a un bebé del suelo: un estudio publicado este año en Pediatrics encontró que los productos para bebé —como mesas, sillas altas y cunas— causan más de 66,000 lesiones anuales a niños menores de tres años en Estados Unidos.
Lo peor que puede ocurrir: El bebé podría desarrollar una hemorragia cerebral, pero sólo podría ocurrir si cayera directamente de los brazos de la persona a un piso duro sin ninguna interrupción en la caída. Ese tipo de caída sin protección es bastante rara, afirma Moir, porque la mayoría de los adultos tratan de agarrar al bebé o de disminuir el impacto de la caída con su brazo o pierna antes de que llegue al suelo.
Si el bebé pierde la conciencia, empieza a vomitar, se niega a comer, no llora ni abre los ojos después de la caída, llévalo directo a la sala de emergencias.
Los investigadores ingleses señalaron que si tienes miedo de soltar al bebé, aléjate de las escaleras: la fuerza del impulso y los múltiples impactos significan que hay una mayor probabilidad de fractura de cráneo y lesión intracraneal en comparación con la caída al suelo. En general, las lesiones en la cabeza que causan discapacidad permanente o la muerte son tan infrecuentes por caídas cortas y accidentales que cuando un bebé llega a la sala de emergencias con lesiones graves en el cerebro, "nos preocupamos más por el trauma no accidental: el abuso infantil", dice Moir .
Lo que probablemente ocurra: El bebé probablemente se haga un moretón en la parte del cuerpo que haya golpeado el suelo, especialmente si se trata de una superficie dura como azulejo o madera. Si el bebé se golpea la cabeza, podría tener una fractura del cráneo, pero las fracturas lineales, las más comunes, se curan por sí solas y no tienen efectos a largo plazo. "Se necesita mucha fuerza no sólo para dañar la piel y hacerse un moretón, sino para romperse el cráneo, y aún más fuerza para que se dañe lo que está adentro", dice Sege. "Un cráneo normal protegerá a un bebé casi siempre de una caída a corta altura". El bebé podría romperse un hueso, lo que sería evidente si empieza a gatear de manera diferente o si deja de usar una de sus extremidades.
Lo que debes hacer: Por lo menos, llama al pediatra inmediatamente. Los momentos posteriores al impacto son reveladores: ¿El bebé está llorando? ¿Puedes consolarlo? ¿Sigue interactuando, comiendo y moviéndose como de costumbre? Entonces es probable que el bebé esté bien, pero tu pediatra te hará preguntas específicas y te dará consejos sobre cuáles deben ser tus próximos pasos, aclara Sege.
Si el bebé pierde la conciencia, empieza a vomitar, se niega a comer, no llora ni abre los ojos después de la caída, llévalo directo a la sala de emergencias, dice Sege. Esos síntomas podrían ser parte de una lesión más grave, como una hemorragia cerebral.
Al final, eres tú quien sufre más que el bebé. "El resultado general es que los padres están dañados de por vida por la preocupación, y los bebés están bien", dice Sege. Pero estamos hablando de un ser humano vivo, así que si tienes dudas sobre el bienestar del bebé, siempre es mejor ir a la sala de emergencias que esperar que todo esté bien.
Publicado originalmente en VICE.com