La proliferación de incendios forestales en el oeste de Estados Unidos ha abierto un nuevo campo de batalla en la competencia crítica entre el presidente Donald Trump y Joe Biden por los votantes de los suburbios, con una evidencia creciente de que el cambio climático es un tema de gran preocupación para muchos estadounidenses, en particular mujeres, que siguen viendo las imágenes nocturnas de destrucción y densas capas de humo.
Trump ha buscado revertir su brusco descenso entre los votantes suburbanos al afirmar que un control demócrata de la Casa Blanca sería una amenaza para la seguridad de los suburbios, ya que incrementaría el espectro del crimen, los disturbios y la “invasión” de viviendas para personas de bajos recursos. Muchos consideran que esta táctica es una manera de atizar temores racistas.
Pero Biden, el candidato presidencial demócrata, está buscando redefinir el significado de “seguridad” para un electorado que ha sido azotado por el miedo en medio de una pandemia, disturbios sociales en las calles y ahora letales incendios forestales. Biden está describiendo al cambio climático como una amenaza más real e inmediata para los suburbios que la violencia mostrada en los anuncios e intervenciones de Trump, y aprovecha un discurso del 14 de septiembre sobre los devastadores incendios que han arrasado bosques, destruido casas y cobrado vidas.
“Es un tema en particular tangible para las personas en este momento”, afirmó Kate Bedingfield, subdirectora de la campaña de Biden.
El discurso de Biden llegó en el momento en el que Trump realizó un viaje de último minuto a California para reunirse con algunos funcionarios que están lidiando con la catástrofe y cuestionó la afirmación de que había alguna conexión entre los incendios que azotan el estado y el cambio climático.
Los acontecimientos sugieren que un tema que siempre ha estado al margen de las campañas presidenciales nacionales —y que en esta oportunidad parecía estar eclipsado por la pandemia y la agitación social— podría estar pasando a primer plano a solo siete semanas de las elecciones.
Para al menos algunos votantes suburbanos, en particular aquellos que viven en el oeste, la amenaza de perder sus hogares por los incendios o los riesgos de salud para sus familias por los cielos repletos de humo parecen ser más inmediatos que el malestar social señalado por Trump en sus discursos y anuncios.
“No estamos percibiendo cambios en el crimen”, afirmó la legisladora Katie Porter de California, una demócrata que representa un distrito que solía ser firmemente republicano en el condado de Orange. “La gente está tratando de quedarse en casa y de mantenerse a salvo”.
A nivel más general, los incendios en el oeste —y el menosprecio de Trump por la ciencia climática evidenciado en su “va a empezar a refrescar, ya lo verás” durante su visita a California— han reforzado la percepción de que el presidente es anticiencia, en particular luego de su abierto escepticismo hacia los expertos que le aconsejaron actuar de manera más agresiva contra la pandemia del COVID-19.
“Esos incendios en el oeste están ocurriendo evidentemente en estados demócratas y la mayoría del país no los está experimentando”, afirmó Anna Greenberg, una encuestadora demócrata. “Sin embargo, para muchas personas —en especial para los votantes de los suburbios mejor educados, los cuales Trump pensó que reaccionarían con lo de la ley y el orden— es un recordatorio de la postura del presidente contra la ciencia”.
Los incendios forestales han ayudado a ilustrar una diferencia crítica entre la Casa Blanca de Trump y una potencial presidencia de Biden. Además, Biden señaló lo que está surgiendo como una competencia crucial —definir las mayores amenazas inminentes para la nación, y en particular para las personas que viven en los suburbios— mientras los candidatos se preparan para tres debates.
“Donald Trump advierte que la integración está amenazando a nuestros suburbios. Eso es ridículo”, dijo Biden el 14 de septiembre. “¿Saben qué está realmente amenazando nuestros suburbios? Hay incendios forestales reduciendo a cenizas los suburbios del oeste del país. Las inundaciones están arrasando con los vecindarios suburbanos del Medio Oeste. Los huracanes están poniendo en peligro la vida suburbana a lo largo de nuestras costas”.
En una elección en el que la brecha de género ya era un problema grave para el presidente —las encuestas muestran a las mujeres apoyando a Biden en un número mucho mayor que los hombres— un enfoque renovado en el clima podría ser políticamente problemático para los esfuerzos de Trump de ganar el bloque votante al que de manera memorable ha etiquetado como el de “la ‘ama de casa de los suburbios’”.
“Las mujeres están mucho más preocupadas que los hombres”, afirmó Edward Maibach, director del Centro de Comunicación sobre el Cambio Climático de la Universidad George Mason. “El único grupo que se resiste en Estados Unidos y que no se preocupa por el cambio climático son los hombres blancos conservadores”.
En una encuesta realizada hace algunos meses, el Centro de Investigaciones Pew descubrió que las mujeres republicanas apoyaban más enfrentar el cambio climático que sus contrapartes masculinas. Por ejemplo, el 47 por ciento de las mujeres republicanas afirmaron que el gobierno estaba haciendo muy poco para proteger la calidad del aire, en comparación con solo el 32 por ciento de los hombres republicanos. Se encontraron diferencias similares en temas como la calidad del agua, las restricciones de emisiones en plantas de energía y los estándares más estrictos de la eficiencia del combustible.
“Si llega a haber un voto decisivo en estas elecciones, será el de muchas mujeres de tendencia republicana, muchas de las cuales están en los suburbios”, dijo John Podesta, un consultor importante del ex presidente Barack Obama sobre el cambio climático quien también fungió como director de campaña de Hillary Clinton. “Y este es un tema que les importa”.
Otra encuesta de Pew publicada el mes pasado reveló que el 69 por ciento de la población en los suburbios dijo que el cambio climático sería al menos algo importante a la hora de determinar su voto en 2020, mientras que 41 por ciento afirmó que sería muy importante.
Biden ha enmarcado de manera notable al cambio climático como una de las cuatro crisis simultáneas que enfrenta el país, junto con la pandemia, la recesión económica y el conflicto racial con la policía.
Podesta alegó que si bien Trump ha buscado convertir el cambio climático en un “asunto de guerra cultural entre la élite y la gente común” —al vincular a Biden con propuestas políticas agresivas como el “nuevo pacto verde”— esa estrategia le ha resultado contraproducente con la presencia de los agresivos incendios forestales.
“Adivina qué”, dijo Podesta, “la gente común está huyendo por sus vidas en Oregon”.
c.2020 The New York Times Company
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