El caso del barco pesquero que demuestra que los anticuerpos bloquean el coronavirus

Un buque que zarpó de Seattle en mayo regresó con una captura inesperada: la primera prueba directa en humanos de que los anticuerpos del SARS-CoV-2 pueden frenar el contagio

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El buque American Dynasty (marinetraffic.com)
El buque American Dynasty (marinetraffic.com)

Más de 100 miembros de la tripulación a bordo del American Dynasty se contagiaron a lo largo de 18 días en alta mar. Sin embargo, solo tres marineros que portaban anticuerpos desde antes lograron evadir el virus, de acuerdo con un nuevo informe.

Aunque el estudio es pequeño, resuelve una de las dudas más importantes de la pandemia: si la respuesta inmunitaria a un brote del virus te protege de volver a infectarte.

“Saber la respuesta a esta pregunta es crucial para el diseño de vacunas y para la epidemiología”, afirmó en un tuit Jesse Bloom, biólogo evolutivo del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle y uno de los autores del estudio.

El estudio se dio a conocer en línea la semana pasada y aún no se ha publicado en una revista arbitrada. No obstante, el hallazgo suscitó un debate optimista entre los científicos, quienes han estado valiéndose de estudios en monos para mostrar evidencia de la potencia de los anticuerpos.

“Me pareció muy emocionante, fue una noticia tan buena que se la platiqué a mi familia”, dijo Michal Tal, inmunóloga en la Universidad Stanford que no participó en el estudio.

Varios equipos de investigación han informado que el contacto con el virus detona una respuesta inmunitaria sólida en la mayoría de las personas, incluso en aquellas que no desarrollan casos graves. Además, las candidatas a vacunas que se están poniendo a prueba en este momento parecen producir anticuerpos neutralizadores fuertes, del tipo que puede bloquear el virus.

El barco MS Roald Amundsen,
El barco MS Roald Amundsen, operado por la línea noruega Hurtigruten, sale de un puerto en Tromso después de que sus tripulantes fueran diagnosticados con COVID-19 en Tromso, Noruega, el 2 de agosto de 2020. (Terje Pedersen/NTB Scanpix/ vía REUTERS)

Sin embargo, aún no está clara la cantidad de estos anticuerpos que se necesita para impedir que el virus regrese. Los científicos miden los anticuerpos neutralizadores en títulos, un indicio de su concentración en la sangre.

Los tres navegantes que estuvieron protegidos del virus tenían títulos de anticuerpos muy distintos; dos de ellos tenían cantidades moderadas, un hallazgo que los científicos calificaron como reconfortante.

“La gente ha estado muy preocupada por los títulos de anticuerpos y estos están descendiendo”, afirmó Alexander Greninger, virólogo de la Universidad de Washington en Seattle. Los resultados indican que incluso los títulos moderados impidieron que las personas volvieran a contagiarse en una situación de alta exposición al virus. “Estos son títulos alcanzables, ¿no? Con suerte, será útil de ver y me hace ser optimista respecto a las vacunas”.

El American Dynasty llevaba a bordo 113 hombres y 9 mujeres. Todos los miembros de la tripulación se hicieron la prueba tanto del coronavirus como de anticuerpos como parte de una evaluación de rutina antes de zarpar. (Los investigadores no tuvieron acceso a los resultados de dos de los tripulantes).

El barco regresó a tierra firme tras 18 días en alta mar cuando un miembro de la tripulación se enfermó gravemente y requería que lo hospitalizaran. Los marineros volvieron a hacerse la prueba para detectar la presencia del virus y anticuerpos en su organismo hasta 50 días después de su regreso.

Los tres navegantes en quienes se confirmó la presencia de anticuerpos neutralizadores no dieron positivo a la prueba del virus en el transcurso del estudio; 103 de los 117 miembros restantes lo contrajeron.

El barco SeaDream, en el
El barco SeaDream, en el muelle después de atracar debido a una sospecha de infección de coronavirus a bordo, en Bodo, Noruega, el 5 de agosto de 2020 (Sondre Skjelvik/NTB Scanpix vía REUTERS)

Estas cifras tal vez son pequeñas, pero son muy significativas, afirmó Greninger.

“Mucha gente, cuando ve esto, piensa: ‘Ay, por favor, podría ser pura casualidad’”, comentó. De hecho, las probabilidades de que los resultados sean pura casualidad son sumamente bajas, agregó.

Otros expertos estuvieron de acuerdo. “Solo con ver las cifras, está claro que es muy poco probable que estas tres personas estuvieran protegidas contra el virus por casualidad”, dijo Florian Krammer, inmunólogo en la Escuela Icahn de Medicina de Monte Sinaí en Nueva York.

Krammer y sus colegas están rastreando los niveles de anticuerpos en las personas que alguna vez se recuperaron del coronavirus para ver en qué contexto podrían estar vulnerables a volver a infectarse. El equipo comenzó con personas en Nueva York, pero ahora el virus está circulando a niveles tan bajos en la ciudad que Krammer y sus colegas han tenido que expandir el estudio a otras zonas.

Los datos de los ensayos de las vacunas también identificarán los títulos de anticuerpos necesarios para desarmar al virus. Pero mientras tanto, “esta es la primera evidencia en humanos”, afirmó Krammer. “Me hizo el fin de semana”.

Una vista aérea muestra el
Una vista aérea muestra el crucero italiano Costa Atlantica, que tuvo miembros de la tripulación confirmados con casos de COVID-19 en Nagasaki, Japón, el 26 de abril de 2020 (Kyodo a través de REUTERS)

El estudio suscitó otras preguntas. Según el análisis de Abbott Architect, 6 de las 120 personas que se hicieron la prueba antes de que zarpara el barco tenían anticuerpos del virus, lo cual indicaba una exposición previa.

Sin embargo, cuando los investigadores volvieron a analizar esas muestras con pruebas más sofisticadas, se confirmó que solo tres de los seis tripulantes tenían anticuerpos, lo cual sugiere que tres resultados fueron falsos positivos.

La prueba de Abbott se jacta de producir menos de un falso positivo por cada 100 muestras. “Es preocupante ver que la prueba de Abbott podría ser menos específica de lo que pensábamos”, dijo Tal.

Los investigadores también analizaron los anticuerpos en la sangre, tal como lo hace la mayoría de los equipos. Pero esos niveles quizá no son los mismos que hay en la nariz y en la saliva, los dos principales puntos de entrada para la infección, agregó Tal.

“Estamos revisando el lugar equivocado”, afirmó. “Si queremos analizar la protección contra una infección repetida, tenemos que revisar la nariz”.

c.2020 The New York Times Company

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