Lecciones sobre aplicación de pruebas de coronavirus en la industria del cine para adultos

Por Michele C. Hollow

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Una fotografía proporcionada por Maitland
Una fotografía proporcionada por Maitland Ward la muestra en Las Vegas el 23 de enero de 2020. (Maitland Ward vía The New York Times)

A medida que los estados se reactivan y las personas regresan a sus trabajos, las compañías están buscando orientación sobre cómo mantener a los trabajadores a salvo de la infección. Algunos expertos sugieren observar lo que podría parecer un modelo improbable a seguir: la industria del cine para adultos. Después de todo sobrevivió a una pandemia diferente, una epidemia de contagios de VIH a finales de los años noventa que casi acabó con la industria multimillonaria.

“De hecho, podemos aprender mucho sobre normas de seguridad escuchando a los productores de pornografía”, afirmó Perry N. Halkitis, decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Rutgers. “Viendo en retrospectiva la crisis del VIH/sida, la industria del cine para adultos tuvo que aprender a mantener a salvo a sus trabajadores”.

Halkitis recomienda seguir su ejemplo utilizando cuatro pasos esenciales: localizar, examinar, tratar y rastrear. La industria del cine para adultos utiliza un programa nacional llamado PASS (sigla en inglés de Servicios de Diagnóstico de Disponibilidad de Actores Eróticos), el cual le exige a sus actores y actrices someterse a pruebas de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual cada 14 días, a fin de obtener autorización para trabajar. Si un trabajador da positivo, se inicia su tratamiento y se rastrean las personas con las que tuvo contacto.

“Tenemos que superar el hecho de que esta información venga de la industria de la pornografía”, afirmó Ashish Jha, director del Instituto de Salud Global de Harvard. “Si vamos a intentar recuperar nuestra economía, un componente fundamental es fomentar la confianza al momento de participar en actividades regulares como ir a un restaurante, subir a un avión, o regresar al trabajo”.

La sugerencia de utilizar la industria del cine para adultos como modelo fue reportada en mayo por Stat News. Por supuesto, el periodo de incubación del coronavirus significa que es posible que las personas den negativo a una prueba y piensen que es seguro viajar, pero pueden ser contagiosas para el momento en que se montan a un avión.

“No es infalible”, afirmó Jha, pero “vamos a tener más pruebas diagnósticas para tomar decisiones en nuestras vidas”.

La industria del cine para adultos, que se ha frenado en gran parte desde el 15 de marzo, acaba de publicar lineamientos sobre cómo regresar al trabajo. Mike Stabile, director de comunicaciones de Free Speech Coalition, la asociación comercial del entretenimiento para adultos, se ha estado reuniendo con otras figuras de la industria por Zoom dos veces por semana para hablar sobre los pasos a seguir una vez que obtengan autorización para reiniciar actividades. Con regularidad, consultan a profesionales médicos.

“Hemos examinado el proceso de aplicación de pruebas de coronavirus, las revisiones de temperatura, utilizar cubrebocas en el plató cuando no se esté rodando, y establecer que las parejas que viven juntas trabajen juntas”, dijo.

La coalición creó un sitio web para recursos del COVID-19 destinados a la industria del cine para adultos.

Para las pruebas del VIH, afirmó Stabile, “usamos una prueba altamente sensible de ARN-PCR, la cual puede detectar el virus entre 7 y 10 días después de la infección”. Afirmó que la aplicación frecuente de pruebas “y otros controles utilizados por los actores, como no tener sexo fuera del grupo de actores ya examinados o ponerse condones al hacerlo, minimiza mucho más el riesgo de contraer VIH”.

Pero debido a que el COVID-19 no se transmite sexualmente sino por microgotas esparcidas por la tos o incluso la respiración, afirmó que “hay muchísimas más posibilidades de exposición al virus, desde la persona con la que trabajaste en el plató hasta aquellas con las que entraste en contacto antes de dar positivo. Todos están muy dispuestos a hacerse pruebas porque nadie quiere trabajar en un plató donde puedan infectarse”.

Si llegara a ocurrir una infección, la producción se cancelaría. Todos en el plató —tanto los infectados como los que dieron negativo— se quedarían sin trabajo. La mayoría de las personas en la industria del cine para adultos son contratistas independientes. Si no trabajan no reciben dinero, por lo que el incentivo para seguir trabajando es alto.

Jha está convencido de que a la mayoría de las personas les gustaría saber que su área de trabajo, el restaurante al que van o el avión que utilizan es seguro.

“Si Delta o American Airlines dijeran: ‘Tienes que realizarte esta prueba para demostrarnos que no tienes COVID-19’, te sentirías más seguro de viajar con esa aerolínea”, afirmó Jha. “Las aerolíneas podrían adquirir miles de pruebas y cobrarle 5 o 10 dólares a sus clientes para tomarlas. Saber que todos en ese avión, en ese restaurante y todos tus compañeros de trabajo no están contagiados, fomenta la confianza”.

Si bien reconoce que puede haber falsos negativos y que el COVID-19 tiene un periodo de incubación de cinco a siete días, aunque también puede manifestarse en apenas dos, Jha dijo que cree que la mayoría de las personas responderían de manera favorable.

Como posibles modelos a seguir, Jha señaló a la compañía de vuelos chárter Set Jet y a la aerolínea Emirates, que han experimentado con pruebas rápidas que generan resultados en 10 minutos.

Robert Gallo, uno de los codescubridores del VIH en los años ochenta y cofundador y director del Instituto de Virología Humana de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, señaló que “el VIH y el coronavirus son virus muy diferentes. Es como comparar un conejo con una ardilla”.

Sin embargo, cuando se trata de combatir el coronavirus, dijo que “seguir el modelo de aplicación de pruebas de la industria del cine para adultos es una estrategia inteligente”.

A pesar del estigma asociado con las películas para adultos, Halkitis dijo que “necesitamos aprovechar cualquier herramienta que tengamos, incluso las que provengan de la industria del cine para adultos, y aplicar lo que haya funcionado con el fin de limitar la propagación del coronavirus”.

*Copyright: 2020 The New York Times Company

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