Quizá has escuchado más sobre los peligros de la luz azul últimamente porque es más probable que estemos en casa y en línea. Nuestras computadoras portátiles, celulares, tabletas, televisores e incluso los focos de luz LED son fuentes de luz azul. Y ahora que estamos pegados a nuestros dispositivos, ¿nos estamos empapando de esa luz? ¿Deberíamos estar más preocupados por el daño que sufre nuestra piel?
Esto es lo que sabemos: en comparación con los peligros bien comprendidos de la luz ultravioleta (el envejecimiento de la piel y el cáncer), la ciencia no tiene claros los efectos en la piel que tienen las fuentes de luz azul en interiores. Puede provocar hiperpigmentación y envejecimiento prematuro, pero el resto —cuál es la dosis problemática, por ejemplo— ya se debatía desde antes de que quedáramos encerrados en casa.
Consultamos a expertos en luz azul y dermatología para ayudar a explicar los verdaderos riesgos.
¿Qué es la luz azul?
Cuando pensamos en los efectos nocivos de la luz, generalmente estamos pensando en la luz ultravioleta (UV), que es invisible. Pero podemos ver la luz azul. Quizá la percibas como una luz blanca con un tono frío (como la de los focos LED), o tal vez no veas el color azul para nada porque tus fuentes de luz en interiores están emitiendo longitudes de onda variables que se combinan para crear los colores que percibes.
Aunque los efectos en la piel de la luz azul aún no se entienden del todo, la luz es una preocupación importante de salud debido a sus otros riesgos. “La luz azul daña la retina y reduce la liberación de melatonina, así que interrumpe tu ciclo de sueño”, dijo Michelle Henry, dermatóloga neoyorquina.
Desde luego, la proximidad es un factor cuando hablamos de los daños. “Recibirás menos luz azul proveniente de tu televisión que de tu computadora porque está más lejos”, comentó Henry. “Y más luz azul de tu celular que de tu computadora porque tu celular está muy cerca de tu rostro”.
¿Cómo se daña mi piel debido a la luz azul?
Aunque la luz ultravioleta daña directamente el ADN de las células, la luz azul destruye el colágeno mediante el estrés oxidativo. Un químico en la piel llamado flavina absorbe la luz azul. La reacción que tiene lugar durante la absorción produce moléculas inestables de oxígeno (radicales libres) que dañan la piel.
“Entran y básicamente hacen agujeros en tu colágeno”, explicó Henry.
La exposición a la luz azul es más problemática para la tez oscura. En un estudio de 2010 publicado en The Journal of Investigative Dermatology, se mostró que causa hiperpigmentación en las pieles de tono medio a oscuro, mientras que deja la tez más clara relativamente intacta.
La comunidad médica clasifica el color de la piel con base en la manera en que reacciona a la luz UV. El tipo 1 es el color más claro con la mayor sensibilidad UV. “Sería una tez como la de Nicole Kidman y Conan O’Brien”, dijo Mathew M. Avram, director del Centro de Cosmética y Dermatología Láser del Hospital General de Massachusetts en Boston. La escala llega al tipo 6, que es la tez más oscura y con menos probabilidades de quemarse.
En el estudio de 2010, la piel tipo 2 fue expuesta a la luz azul pero no desarrolló pigmentación. La piel de color oscureció, y esa oscuridad continuó durante un par de semanas.
“Hay algo en la pigmentación de los tipos 4, 5 y 6 que reacciona de manera distinta que en pacientes con piel clara”, comentó Avram. “Debería haber más estudios a gran escala que analicen este problema porque la pigmentación es una de las preocupaciones más grandes que tienen los pacientes y el síntoma cuyo tratamiento genera menos satisfacción”.
¿Pero no se usa la luz azul para tratar el acné?
Sí, las lámparas de luz azul se usan como tratamiento para el acné y para las lesiones precancerosas. “Daña la piel, pero, por otro lado, puede ayudar a tratar el acné”, dijo Avram. “También puede mejorar tu estado de ánimo y tu memoria. Así que no es tan fácil como decir que es ‘buena’ o ‘mala’”.
¿Cómo puedo evitar el daño en la piel?
La intervención más sencilla es limitar la cantidad de luz azul que emiten tus dispositivos. Los productos de Apple tienen un “modo nocturno” que genera un tono más cálido en las pantallas. Cambia tus focos LED estándar por versiones que emitan menos luz azul.
Los protectores solares minerales con óxido de hierro son el estándar de oro en la protección de luz azul. Se ha demostrado que el óxido de hierro protege más de la luz visible que el óxido de zinc y el dióxido de titanio.
“Un buen truco es comprar bloqueadores solares con color, que generalmente tienen óxido de hierro”, dijo Henry. El bloqueador compacto Sunbetter Tone Smart SPF 68, con un precio de 55 dólares, de Skinbetter Science, es uno de esos filtros solares minerales. La fórmula incluye óxido de zinc, dióxido de titanio y óxido de hierro, y se absorbe de manera uniforme, incluso en la piel morena.
Los antioxidantes tópicos ayudan a controlar los radicales libres que genera la luz azul, pero, como dijimos, aún no hay un consenso científico.
“No puedo recomendar los antioxidantes desde un punto de vista exclusivamente científico”, dijo Alexander Wolf, profesor adjunto sénior de la Universidad de Medicina de Tokio y experto en la manera en que la luz y el estrés oxidativo pueden provocar envejecimiento prematuro. “Pero en efecto hay muchos experimentos que muestran que los antioxidantes funcionan bien en las células cultivadas. La vitamina C entra directamente a las células, y si provocas daño oxidativo en las células, la vitamina C, o algún antioxidante definitivamente ayuda”.
“Pero una placa de Petri con células no es lo mismo que la piel”, agregó Wolf.
Siempre y cuando tengas claro que no se ha demostrado que los antioxidantes protegen de la luz azul, pero quizá lo hagan, son un buen sustituto para el bloqueador solar si te parece extraño estar en casa con la cara llena de minerales. Es probable que los antioxidantes también minimicen el daño de la luz LED azul utilizada en casa para tratar el acné. (Un bloqueador solar mineral bloquearía la luz azul y frenaría su acción eliminadora de bacterias).
En cuanto a los antioxidantes, la vitamina C es una buena alternativa porque la molécula en realidad es tan pequeña que puede penetrar la piel. El suero Hyper Skin Hyper Clear Brightening Clearing Vitamin C, de 36 dólares, contiene un quince por ciento de vitamina C combinada con vitamina E, y ambos ingredientes aumentan el potencial del otro para combatir los radicales libres.
El debate en torno a la luz azul ha dado origen a nuevas líneas de productos como Goodhabit. Su suero Rescue Me Glow Potion Oil, de 80 dólares, combina proteínas marinas con exopolisacáridos, es decir, polímeros secretados por microorganismos que generan una barrera protectora en la piel. Los polímeros actúan como un bloqueador solar que bloquea la luz azul (en vez de neutralizar los radicales libres como un antioxidante).
Aunque el ácido alfa lipoico no se anuncia por su cualidad de protección de la luz azul, Wolf ha estudiado su efecto en el estrés oxidativo (en la piel de ratones) y cree que su uso es prometedor en la piel humana.
“Funciona de manera distinta a un antioxidante”, comentó. “Activa las defensas naturales de las células de la piel haciendo que la célula perciba el estrés oxidativo. La célula activa sus propios mecanismos de defensa. Creo que esa es una manera mucho más elegante de defenderse”.
La crema humectante Perricone MD High Potency Classics: Face Finishing & Firming, de 69 dólares, contiene vitamina C y ácido alfa lipoico.
Un dato importante a menudo se excluye del debate en torno a la luz azul: el sol es por mucho nuestra fuente más abundante de luz azul.
“El brillo no es algo que perciba muy bien la vista humana porque la pupila se ajusta”, dijo Wolf. “Quizá creas que tu tableta o tu celular son brillantes, pero, la cantidad de luz que llega a tu piel es muy débil, especialmente en comparación con la luz solar”.
En conclusión, tu exposición a la luz azul quizá sea mucho menor en comparación con tu vida antes de la pandemia por la sencilla razón de que pasas más tiempo en interiores.
c.2020 The New York Times Company