Los médicos están acumulando medicamentos promocionados como posibles tratamientos contra el coronavirus con recetas que expiden para sí mismos y para sus familiares, de acuerdo con los consejos de administración farmacéuticos en varios estados de todo Estados Unidos.
La acumulación se ha vuelto tan preocupante en Idaho, Kentucky, Ohio, Nevada, Oklahoma, Carolina del Norte y Texas que los consejos administrativos de esos estados han publicado restricciones o lineamientos de emergencia acerca de cómo pueden despacharse esos medicamentos en las farmacias. Se espera que más farmacias hagan lo mismo.
“Este es un problema real y no se trata de algo derivado de unas cuantas manzanas podridas”, comentó Jay Campbell, director ejecutivo del Consejo Farmacéutico de Carolina del Norte.
Los medicamentos que se recetan difieren ligeramente de un estado a otro, pero incluyen los que fueron elogiados por el presidente Donald Trump en sesiones informativas televisadas como posibles tratamientos exitosos contra el virus, el cual ha ocasionado la muerte de más de 675 personas en Estados Unidos y ha infectado a más de 52.000.
Ninguno de los medicamentos ha sido aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para ese uso. Algunos de ellos (incluyendo la cloroquina y la hidroxicloroquina) se usan por lo general para tratar el paludismo, el lupus, la artritis reumatoide y otras enfermedades.
Los farmacéuticos han estado publicando historias en redes sociales acerca del aumento en las recetas que los médicos expiden para sí mismos y para sus familias.
“He atendido a muchos médicos que están presentando recetas de Plaquenil para sí mismos y para miembros de su familia como medida precautoria. ¿Es ético?”, escribió una persona el domingo en un grupo de Facebook para farmacéuticos, refiriéndose a la marca de patente de la hidroxicloroquina. Otros opinaron (algunos mencionaron experiencias similares) y expresaron su indecisión respecto a surtir dichas recetas.
“Un médico me llamó ‘comunista’ cuando me negué a surtir su receta porque estaba tratando de quedarse el medicamento”, publicó una persona el viernes en otro grupo de Facebook para farmacéuticos.
Carmen Catizone, directora ejecutiva de la Asociación Estadounidense de Consejos Farmacéuticos, comentó que los consejos estatales estaban “tratando de detener la acumulación de medicamentos y la expedición inapropiada de recetas, pero teniendo en cuenta las necesidades de los pacientes”.
Campbell, del consejo de Carolina del Norte, aseguró que los consejos administrativos y las asociaciones médicas tenían que trabajar de la mano también para frenar la conducta de los médicos.
La Asociación Médica de Estados Unidos (AMA, por su sigla en inglés) denunció la práctica en una declaración de su presidenta, Patrice Harris.
“La AMA hace un llamado a detener la expedición y solicitud inapropiadas de medicamentos, incluyendo la cloroquina o la hidroxicloroquina, y conmina a los médicos y a todos los profesionales de la salud a apegarse a los más altos estándares de ética y profesionalismo”, dijo.
Harris también señaló que los profesionales de la salud del país “siguen demostrando un liderazgo notable a diario” y pueden recurrir al código deontológico médico de la organización para consulta.
La semana pasada, se impusieron las primeras restricciones en Idaho. El consejo del estado impuso una norma temporal que prohíbe a las farmacias despachar dos medicamentos (cloroquina e hidroxicloroquina) a menos que la receta incluya un diagnóstico por escrito de una enfermedad, cuyo tratamiento comprobado implique esos medicamentos. La norma también limita las recetas a un suministro de catorce días, a menos que un paciente haya tomado el medicamento con anterioridad.
“Queríamos tratar de adelantarnos a la situación lo antes posible”, comentó Nicki Chopski, directora ejecutiva del consejo de Idaho, donde los farmacéuticos comenzaron a informar de un aumento significativo en las recetas de esos medicamentos la semana pasada.
Los médicos, dijo, estaban expidiendo las recetas para sí mismos y para sus familiares, a menudo en grandes cantidades que incluían resurtido.
Texas adoptó una medida similar el viernes que incluía otro medicamento contra el paludismo, la mefloquina, así como el antibiótico azitromicina, conocido comúnmente por su nombre comercial, Zithromax Z-Pak. Ese medicamento ha sido mencionado por Trump como otro posible tratamiento para el coronavirus cuando se toma en conjunto con la hidroxicloroquina que combate el paludismo. La eficacia del tratamiento sigue sin comprobarse.
Allison Benz, directora ejecutiva del Consejo Farmacéutico del Estado de Texas, afirmó que los farmacéuticos estaban reportando un aumento inusual de las recetas de estos medicamentos escritas por los médicos para ellos mismos, sus familiares y el personal de sus consultorios. Al igual que en Idaho, los pacientes que de verdad necesiten los medicamentos como tratamiento comprobado para sus padecimientos no tendrán obstáculos para conseguirlos con la aplicación de la nueva norma, dijo Benz.
En una reunión de emergencia celebrada el domingo por la mañana, de la cual informó el diario The Columbus Dispatch, el Consejo Farmacéutico de Ohio prohibió a los farmacéuticos surtir los medicamentos para el tratamiento del coronavirus a menos que una persona haya dado positivo en la prueba del virus o que la solicitud haya sido aprobada directamente por el director ejecutivo del consejo farmacéutico.
En una declaración, la cadena de farmacias CVS aseguró que los farmacéuticos debían valerse de su “criterio profesional para determinar si era válido y apropiado surtir una receta”, señalando que los farmacéuticos cumplirían con cualquier reglamento aplicable del consejo estatal.
Una portavoz de la cadena de farmacias Walgreens afirmó que sus farmacéuticos se apegarían a los requisitos del estado donde ejercían su profesión, señalando también que la empresa había publicado directrices para surtir dos de los medicamentos de mayor demanda: la cloroquina y la hidroxicloroquina. Walgreens sólo permitirá un suministro de catorce días para las recetas nuevas con el fin de ayudar a garantizar que los medicamentos sigan estando disponibles para quienes los necesitan, dijo la portavoz.
En lugar de establecer reglas, algunos estados están ofreciendo lineamientos generales para los farmacéuticos que se enfrentan al dilema.
El Consejo Farmacéutico de Kentucky exhortó a los farmacéuticos a “basarse en un criterio profesional” para determinar si deben cumplir con las solicitudes de los médicos que están “expidiendo recetas en grandes cantidades para sí mismos y sus familiares”, de acuerdo con un memorando que detalla las Preguntas Frecuentes en el sitio web del consejo.
La información orientativa afirma que los farmacéuticos pueden determinar si existe una “relación válida entre el paciente y el médico”, y a la vez, insta a los farmacéuticos a que consideren si hay suficientes medicamentos en existencia para tratar a los pacientes con artritis reumatoide que los necesitan con regularidad.
c.2020 The New York Times Company