Días después de que su video del Súper Tazón se volvió viral, el estilista británico Chris Appleton no estaba exactamente seguro de por qué había cautivado a tantas personas.
La publicación de 39 segundos de Instagram muestra a Jennifer López, clienta de Appleton, preparándose minutos antes de subir al escenario para el espectáculo de medio tiempo. Appleton pasa su cepillo por la cabellera sedosa y rubia para darle un último retoque antes de la gran actuación. Millones de personas han visto la escena íntima.
“Después de ese video, muchas personas —incluso algunos de mis compañeros, a quienes no les importa tanto el cabello— estaban hablando del cabello”, dijo Appleton. “Es como si de pronto entendieran mi perspectiva y vieran el cabello como yo lo hago, con su energía y sus posibilidades”.
Appleton ha acumulado una colección de estos momentos icónicos del cabello. Sus clientes son una mezcla de superestrellas y novatos. La escultural cola de caballo en tono platinado y raíces negras que Dua Lipa presumió en los premios Grammy fue su creación. Appleton se encargó del peinado medio recogido que López eligió cuando recorrió la pasarela de Versace con su distintivo vestido verde de jungla. La trenza que rozaba sus tobillos en el video de la canción “Te boté 2” también es creación suya.
Appleton también es el estilista de cabecera de Kim Kardashian West y fue el arquitecto de su cabello húmedo y glamuroso en la Gala del Met del año pasado.
A lo largo de los últimos años, Appleton, de 36 años, se ha convertido en uno de esos estilistas que trabajan con celebridades y que ahora tienen miles de fanáticos. Su cuenta de Instagram es una mezcla de videos tras bambalinas e imágenes suyas con sus clientes.
Las redes sociales han permitido que llegue al estrellato, pero esa no es la base. López ha comentado que su talento y su atención a los detalles recuerdan al aclamado estilista Oribe Canales, que murió en 2018.
“Nos entendimos de inmediato”, escribió López en un correo electrónico. “Esa química es muy importante”. Su estilo juvenil y moderno la “vuelven hermosa y actual”, agregó.
Para el Súper Tazón, él y López probaron tres estilos a lo largo de seis días de ensayos. Sin embargo, se toparon por accidente con el peinado elegido. Para un ensayo filmado, Appleton rizó su cabello con una plancha más pequeña de lo habitual con el fin de que se mantuviera más firme. Sin embargo, debido a la humedad de Miami, los rizos no se alisaban.
“Jamás había visto que pasara eso con el cabello”, dijo Appleton. Él y López estuvieron de acuerdo con que el cabello estaba demasiado rizado. “Sin embargo, después de la filmación, la gente seguía diciendo: ‘J.Lo, estuvo genial’ y ‘¡Ese cabello!’. Su coreógrafo. Su mánager. Me di cuenta de que a la gente le encantaba cómo se movía el cabello”.
Para el gran día, le hizo rizos de nuevo, pero después de cepillarlo, usó una plancha de rizado grande para crear ondas menos cerradas que le dieran movimiento a la cabellera. “Le dije a Jen: ‘Quiero que tu cabello baile contigo’, y así fue”.
No obstante, los éxitos de Appleton no evitan la autocrítica. “Cuando veo la actuación, pienso: ‘Ese mechón pudo haber regresado a su lugar. Ese momento pudo haber tenido más movimiento’”, dijo. “Siempre debo ser cuidadoso de no dejarme llevar por el TOC”.
Cuando Appleton trabaja, es como si cada peinado, sin importar el cliente, fuera una oportunidad para ser emocionalmente eficaz. No necesariamente mediante la transformación del cabello, pues la mayoría de los clientes no se tiñen con un tono platinado ni cortan su larga melena. Sin embargo, cuando una mujer se sienta en su silla, es inquisitivo y parlanchín. Y, a través de esa conexión, identifica qué tanto puede hacer para que, al final, no solo se sienta hermosa, sino también renovada.
“Aunque sea un detalle, como acomodar los cabellitos alrededor del rostro, o una cola de caballo interesante”, dijo. “La gente generalmente se muestra abierta a los cambios. Es solo que la mayor parte del tiempo nadie hace las preguntas adecuadas”.
Appleton creció en Leicester, a una hora en tren al norte de Londres. “Cuando estaba en la escuela, la gente se burlaba de mí por hacer peinados”, comentó. “Me molestaban, me decían homosexual y me hacían sentir mal por no ser un mecánico como mi papá o jugador de fútbol como mi hermano”.
Katie Katon es propietaria del salón de belleza en Leicester donde Appleton comenzó su carrera cuando era adolescente y donde trabajó durante una década. En ese periodo, tuvieron una relación romántica y dos hijos, un niño, ahora de 17 años, y una niña de 15 años. Sin embargo, a los 26, Appleton salió del clóset. Fue un periodo que él y Katon describen como “oscuro”.
“Ocultar tu identidad durante muchos años provoca mucho dolor en tu interior, ¿no?”, comentó. “La manera en que Chris lidiaba con ese dolor era tratar de ser el mejor en otros aspectos”.
Terminó por marcharse de Leicester y mudarse a Londres en 2016, el momento en que contactó a su primera clienta de renombre, Rita Ora.
“Ganaba competencias de peinados, o trabajaba en alguna portada importante de revista”, comentó. “Hay momentos en los que piensas: ‘Esto cambiará toda mi vida”. Pero jamás es así. Simplemente son trampolines que te llevan a la siguiente etapa. No creo haber vivido experiencias en las que haya pensado: ‘Caray, lo logré’”.
Appleton, que ahora vive en Los Ángeles, y Katon están en contacto con frecuencia para hablar de su trabajo e intercambiar ideas de estilismo. (Le dio su opinión sobre los peinados de J.Lo). Y ella aún lo calma cuando atraviesa inevitables periodos de pánico antes de un trabajo importante.
“En el Súper Tazón, no fue hasta que estuvo en un carrito de golf camino al escenario y pudo escuchar a la multitud que pudo entender lo grande que era”, dijo ella. “Cuando regresó al hotel esa noche, estaba estresado por el cabello. Le dije: ‘Chris, tómate un tiempo y entra a internet… todos están enloquecidos’”.
c.2020 The New York Times Company