Tu próximo celular tal vez se abra para mostrar su pantalla y se pliegue cuando estés listo para guardarlo —así como lo hacían los teléfonos móviles de la vieja escuela en la década de los noventa—.
La pregunta es la siguiente: ¿es eso algo que todavía queremos?
Las compañías tecnológicas como Samsung, Motorola y Huawei seguro tienen la esperanza de que así sea. Hace algunos años muchos de nosotros nos dimos cuenta de que los teléfonos que teníamos eran ya bastante buenos —y que sus sucesores eran solo ligeramente mejores—, así que hemos conservado los mismos celulares durante más y más tiempo antes de actualizarlos. Eso afecta las ganancias de esas compañías.
Así que, en un esfuerzo por crear algo nuevo y emocionante que haga que gastemos nuestro dinero, los fabricantes de celulares nos bombardean con los llamados plegables. Entre ellos se incluyen los modelos Galaxy Z Flip de Samsung de 1380 dólares, que fue presentado el 11 de febrero, y el Motorola Razr de Lenovo de 1500 dólares, el cual fue lanzado la semana pasada.
Hay algo extraño sobre todo esto. Durante años, las compañías tecnológicas experimentaron con nuevos diseños de teléfonos inspirados en parte por encuestas a consumidores, que nos dieron dispositivos con pantallas más grandes, mayor duración de la batería y cámaras más nítidas —cosas que realmente queríamos—. Sin embargo, los celulares plegables no es algo que la mayoría de nosotros hayamos pedido.
Además, a diferencia de las innovaciones del pasado, los pocos plegables presentados hasta el momento han tenido problemas graves. El primer móvil plegable de Samsung, el Galaxy Fold, que fue lanzado el año pasado, se rompía después de tan solo unos días de uso por analistas tecnológicos. Según las primeras reseñas, el nuevo Motorola Razr tiene una batería que dura poco y una bisagra frágil.
“Es una solución que busca un problema”, dijo Paolo Pescatore, un analista de tecnología para PP Foresight. “Eso es lo que me preocupa sobre muchas de estas tecnologías que son lanzadas con premura. No hay demanda, ¿así que por qué apresurarse?”.
Así que, ¿los plegables son una moda pasajera o llegaron para quedarse?
La tecnología de pantallas plegables ciertamente es fascinante y vale la pena echarle un vistazo. Sin embargo, el consenso entre los expertos de la tecnología de consumo con los que hablé era que tú y yo probablemente deberíamos esperar a que los dispositivos maduren antes de incluso considerar comprarnos uno. A continuación, las razones.
¿Cómo funcionan los plegables?
Los nuevos plegables tienen muchas formas diferentes.
Algunos dispositivos, como el Galaxy Fold y el Mate X de Huawei, tienen dos pantallas. Cuando los abres, cuentas con una tableta de pantalla amplia. Cuando la pliegas, tienes una segunda pantalla táctil exterior en la que puedes escribir.
Otros dispositivos, como el Z Flip de Samsung y el Motorola Razr de Lenovo, se abren para revelar una pantalla táctil de tamaño estándar. Cuando el teléfono está plegado, una pantalla miniatura en la cubierta exterior muestra notificaciones o previos de aplicaciones.
También están por llegar dispositivos plegables más grandes, como la ThinkPad X1 Fold de Lenovo cuyo lanzamiento está programado para este año. Cuenta con una pantalla más grande para que pueda funcionar como una computadora o tableta que se dobla como un libro. El dispositivo de Lenovo mide 33,8 centímetros cuando está abierto.
Todos estos dispositivos dependen de una bisagra, lo que agrega una parte movible al celular. Es otro componente, además de la pantalla, que podría romperse.
Las ventajas
El beneficio principal de un teléfono plegable es que puedes disfrutar de una gran pantalla que ocupa menos espacio en tu bolsillo.
Hum, eso es todo.
La mayoría son desventajas
Los plegables tienen muchas desventajas.
Los dispositivos plegables dependen de una OLED flexible, una tecnología de pantallas que es mucho más delgada que los paneles tradicionales de pantallas. Los fabricantes de aparatos han usado OLED flexible durante años para hacer nuestros celulares y relojes inteligentes más delgados. Por ejemplo, el Apple Watch usa una pantalla flexible, pero no se dobla porque está cubierta por un sólido cristal de zafiro.
Para hacer que los aparatos se doblen, tienes que sacrificar algo de la dureza. Las pantallas flexibles de los plegables generalmente están cubiertas por una capa de plástico, que se puede rayar o ser perforada con mayor facilidad que el resistente vidrio que protege a las pantallas de los móviles tradicionales. (Samsung dijo que su Z Flip usa un vidrio ultradelgado y plegable que te permitiría doblar y desdoblar tu teléfono unas 200.000 veces).
“Si tomas un bolígrafo y presionas con mucha fuerza en la pantalla del iPhone, resistirá”, dijo Kyle Wiens, director ejecutivo de iFixit, una compañía que brinda instrucciones y partes para reparar aparatos. “Si haces lo mismo con las pantallas plegables, la arruinarás”.
En teoría, el diseño plegable del Z Flip y el Razr ofrece una solución parcial al problema de la durabilidad. Eso se debe a que las pantallas principales no están expuestas cuando está cerrado. Sin embargo, si se te cae el teléfono mientras lo usas —digamos, cuando estás caminando y escribiendo un mensaje y te tropiezas con algo— tendrás un problema.
"No hay manera de proteger la pantalla plegable en el mundo real debido a la forma en la que los consumidores tratan a sus teléfonos”, dijo Raymond Soneira, fundador de DisplayMate, que aconseja a las compañías tecnológicas sobre la tecnología de pantallas.
Los plegables también tienen un defecto de diseño. En general, cuando están abiertos, la pantalla tiene un doblez visible —algo molesto para la vista en comparación con las pantallas lisas en nuestros celulares y tabletas—.
Por último, pero no menos importante, todavía falta ver si las bisagras mecánicas de los teléfonos plegables sobrevivirán a la prueba del tiempo.
Es posible que la mayor desventaja de los plegables no tenga nada que ver con la tecnología. El precio de los dispositivos varía desde los 1400 dólares hasta más de 2400.
Para la mayoría de las personas, esa es una razón suficiente para no comprarlos: puedes conseguir un buen teléfono inteligente con una gran cámara, como el Pixel 3A de Google, por alrededor de 400 dólares.
Entonces, ¿cuál es el veredicto?
Es demasiado pronto para decidir si los teléfonos plegables tendrán éxito. En algunos años, la tecnología probablemente se volverá más barata y más sólida.
Así las cosas, ¿quieres tener uno?
©2020 The New York Times Company