Desde hace décadas, los científicos han debatido si los tintes para el cabello que con frecuencia usan las mujeres podrían contribuir al desarrollo del cáncer. Los resultados de las investigaciones al respecto han sido ambiguos y no concluyentes, pero ahora investigadores del gobierno han descubierto una nueva posibilidad preocupante.
Las mujeres de ascendencia africana que normalmente usaban tintes permanentes para pintarse el cabello tenían un 60 por ciento más de probabilidades de desarrollar cáncer de seno, en comparación con las mujeres de raza negra que no los usaban, según un análisis publicado esta semana en la revista The International Journal of Cancer.
Las mujeres blancas que también usaban tintes para el cabello no presentaron un riesgo mayor, al menos no uno notorio. La razón de esto no es muy clara: quizá se deba a que se diseñan productos diferentes para las mujeres de contextos étnicos y raciales distintos, o a que las variaciones en la textura del cabello alteran la cantidad de tinte que se aplica o que la piel absorbe.
El estudio también tomó en cuenta los alisadores químicos y se encontró un incremento del 30 por ciento en la probabilidad de desarrollar cáncer de seno para las mujeres de todas las razas que afirmaron usar esos productos con cotidianeidad. Pero los investigadores mencionaron que era más probable que las mujeres afroestadounidenses usaran alisadores para el cabello que las blancas.
El análisis no demuestra que los tratamientos capilares causen cáncer de seno, dijeron los expertos, y es difícil saber cuánto riesgo corren las mujeres afroestadounidenses en general. Menos del 10 por ciento de las participantes del estudio eran mujeres de ascendencia africana, su uso de productos para el cabello fue evaluado solo una vez y en promedio solo se les dio seguimiento durante ocho años.
En general, los científicos se preocupan cuando una exposición ambiental duplica o triplica el riesgo de cáncer, es decir, que el riesgo relativo incrementa al 100 por ciento o más. Las cifras publicadas en el nuevo estudio no se acercan en absoluto a ese umbral.
“Con base en estos datos no se puede afirmar que los tintes y alisadores para el cabello causen cáncer de seno”, dijo Larry Norton, director médico del Centro de Cáncer de Seno Evelyn H. Lauder en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York. “Estos efectos fueron pequeños”.
No obstante, algunos científicos afirmaron que los hallazgos son preocupantes debido a la popularidad de los productos para el cabello. En el estudio, más de la mitad dijo que había usado algún tinte, y casi tres cuartas partes de las mujeres afroestadounidenses dijeron usar alisadores.
“Nuestro consejo es que, si quieres ser precavida, limites el uso de este tipo de productos”, dijo Robin Dodson, investigadora científica que trabaja en el Instituto Silent Spring en Newton, Massachusetts, y que estudia los riesgos ambientales para la salud de las mujeres.
Dodson ha identificado varios químicos que imitan el estrógeno en los alisadores que usan las afroestadounidenses, entre ellos los parabenos (que suelen usarse como conservadores) y otros que están prohibidos en la Unión Europea. El estrógeno puede contribuir al desarrollo de algunos tipos de cáncer de seno.
“No se realizan suficientes pruebas para demostrar si son seguros la mayoría de los productos que están en el mercado hoy en día o si contienen químicos que provocan alteraciones endócrinas”, explicó Dodson, refiriéndose a los aditivos que interfieren con las hormonas del cuerpo.
“A la mayoría de la gente le sorprende mucho que no haya nadie encargado de supervisar la fabricación de estos productos”.
El nuevo estudio, realizado por científicos del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental (NIEHS, por su sigla en inglés), que forma parte del Instituto Nacional de Salud, se basó en datos de 46.709 mujeres que participaron en un estudio grande de factores de riesgo para el cáncer de seno llamado Sister Study.
Las participantes estaban entre las edades de 35 y 74 años y estuvieron viviendo en Estados Unidos de 2003 a 2009. Al inicio del estudio, ninguna tenía cáncer de seno, pero todas tenían al menos una hermana que sí lo había padecido, lo cual significaba que ellas también corrían un riesgo elevado de desarrollarlo.
Cuando se inscribieron para formar parte del estudio, se les preguntó a las mujeres sobre su uso de tratamientos capilares. Se les dio seguimiento a lo largo de ocho años, en promedio, durante los cuales se diagnosticaron 2794 casos de cáncer de seno.
“La lección es que estos riesgos quizá sean importantes, pero sabemos que hay muchísimos factores que contribuyen al riesgo de contraer cáncer de mama si eres mujer”, dijo Alexandra White, jefa del grupo de epidemiología del ambiente y el cáncer en el NIEHS y una de las autoras del nuevo informe.
“Queremos que las mujeres tengan esta información y que la consideren al tomar decisiones sobre su estilo de vida, pero que también recuerden que los riesgos asociados con esta práctica son muy pequeños”, añadió.
Solo 4087 participantes eran mujeres de ascendencia africana, aproximadamente el 9 por ciento, recalcó, un número que tal vez sea demasiado bajo para saber si los riesgos son reales.
“Sin duda estos hallazgos son más preocupantes para las afroestadounidenses por lo que se descubrió respecto de los tintes permanentes y por su uso más frecuente de alisadores químicos”, comentó White. Muchos alisadores contienen formaldehído, un agente cancerígeno conocido.
White sugirió que las mujeres cambiaran de tintes permanentes a semipermanentes, puesto que no se encontró que estos últimos implicaran un mayor riesgo de padecer cáncer.
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