*Copyright: 2019 The New York Times Company
La semana pasada, en una fiesta para ver el debate en la Universidad del Sur de Texas se escucharon clamores cuando el exvicepresidente estadounidense Joe Biden respondió una pregunta sobre la esclavitud y el racismo hablando sobre Venezuela y los tocadiscos.
Pero en medio de la exasperación, algunos estudiantes canalizaron a sus agentes políticos interiores para comenzar una campaña focalizada de respuesta rápida.
Tyler Smith, de 19 años, envió un mensaje de texto a su abuela después del debate, con la esperanza de que la evasiva respuesta de Biden pudiera haberle hecho perder su apoyo.
Amaya St. Romain, de 19 años, montó una campaña relámpago de tres días dirigida a su madre y su bisabuela para asegurarse de que vieran las críticas del ex secretario de Vivienda, Julián Castro, a Biden en el escenario.
En el mundo de los memes, sus esfuerzos tomaron la forma de Killmonger, el villano de la película "La Pantera Negra", cuando desafía al pueblo de Wakanda: "¿Este es su rey?".
"Creo que en definitiva estoy teniendo influencia en ellas", dijo St. Romain sobre sus familiares. "Pero mi papá definitivamente sigue estando a favor de Biden. Y, en realidad, con él no discuto".
Si Biden, de 76 años, gana la candidatura demócrata, es probable que sea debido al apoyo de los electores negros de mayor edad, un electorado clave para el partido y uno que las encuestas muestran que apoya de manera abrumadora la candidatura del exvicepresidente estadounidense.
Pero para que alguno de sus rivales más progresistas lo supere, las herramientas más poderosas en su contra quizá no sean las investigaciones de la oposición ni los anuncios negativos. Más bien, puede que sea el esfuerzo orgánico de los electores negros jóvenes —a quienes les preocupan la edad de Biden y su ideología más moderada— para hacer cambiar de opinión a sus familiares de mayor edad.
Biden parece estar consciente de esta dinámica. En entrevistas, ha reconocido la brecha generacional con sus partidarios afroamericanos y minimizado su importancia, argumentando que el apoyo de los electores de color mayores y más moderados sería suficiente para darle una ventaja electoral.
A pesar de ello, Biden, como él mismo lo admite, sería imprudente en subestimar los esfuerzos de cabildeo de los jóvenes interesados en la política. En un encuentro con los Jóvenes Demócratas de New Hampshire en julio, Biden dijo que el mismo fenómeno —los jóvenes transformando a sus padres escépticos— había contribuido a impulsar su propia ascensión en la política hace casi 47 años, cuando fue electo al Senado siendo una cara nueva de 29 años de edad.
"El meollo del asunto es que ustedes tienen más influencia en cómo votan sus padres de la que ellos tienen sobre ustedes", dijo Biden en julio. "Pueden sentarse a la mesa del comedor, cenar con mamá y papá, y decirles: 'Yo la conocí y realmente me agrada', o 'Me reuní con él y me agradó bastante'". Y sus padres van a fingir que no les importa mucho. Pero se van a levantar de la mesa, no es broma, se van a ir a su cuarto y dirán: "Si a mi hijo le agradó esa persona y la conoció, debe ser por algo".
En la Universidad del Sur de Texas, una universidad históricamente afroamericana fundada en 1927 donde se llevó a cabo el debate demócrata de la semana pasada, decenas de estudiantes, de 19 a 23 años de edad, difirieron en cuanto a su candidato preferido. Los senadores Bernie Sanders, de Vermont, Elizabeth Warren, de Massachusetts, y Kamala Harris, de California, estaban entre los favoritos, al igual que uno de los dos tejanos en la contienda, el exrepresentante Beto O'Rourke.
Sin embargo, en el caso de Biden, los estudiantes tenían sentimientos encontrados. Respetan su mandato como vicepresidente de Barack Obama, pero rechazan implícitamente la premisa central de su campaña, que el objetivo principal de los demócratas en las elecciones de 2020 debe ser derrotar al presidente Donald Trump.
Señalaron problemas sistémicos que consideran que el país debe afrontar, tales como la desigualdad, el cambio climático y la violencia con armas de fuego. El candidato demócrata, dijeron, debería tener propuestas progresistas como la cancelación de la deuda por préstamos estudiantiles, el Nuevo Pacto Verde y los programas de devolución de armas de fuego a cambio de dinero.
"Mi papá y yo debatimos todo el tiempo", dijo Samantha Williams, de 19 años, estudiante universitaria de segundo año. "Queremos un candidato que refleje lo que somos y cómo será el mundo cuando los demócratas dirijamos el país. Pero él dice que lo que nosotros llamamos 'woke' (consciencia de las cuestiones políticas, culturales o de raza) en realidad solo es nuestra sensibilidad".
Jaylan Jones, de 20 años, afirma que "las personas mayores tienen una perspectiva conservadora de las cosas", incluidos los demócratas negros de mayor edad.
"Los jóvenes no queremos a Biden. Queremos a Beto. Queremos a Bernie", afirmó Jones, quien estudia el tercer año universitario. "Creo que podemos convencerlos", agregó.
La diferencia de opinión entre generaciones habla de la evolución de la política en las comunidades negras, explica Rashad Robinson, presidente de Color of Change, una organización de justicia racial. Y el ámbito demócrata, históricamente diverso, les ha dado a los electores abundantes opciones para elegir: varios candidatos de color, progresistas blancos que respaldan abiertamente ideas antes consideradas radicales, como las reparaciones, y Biden, quien se desempeñó como vicepresidente del primer presidente afroamericano.
Los electores negros son, en su mayoría, miembros del Partido Demócrata, y las encuestas muestran que durante mucho tiempo han considerado a Trump como un individuo y presidente racista, a quien están desesperados por sustituir. Una reciente encuesta nacional entre los posibles votantes de las elecciones primarias demócratas realizada por NBC y The Wall Street Journal mostró que Biden cuenta con el respaldo de casi un 50 por ciento de los encuestados afroamericanos, aunque otras encuestas han demostrado una ventaja menos avasalladora.
"La comunidad afroamericana es un electorado estratégico, en particular los votantes de mayor edad", dijo Robinson. "Ellos están pensando en la reducción de daños. Están analizando a profundidad lo que creen que la gente blanca aceptará y lo que no".
Señaló que, en las últimas elecciones primarias demócratas, mientras que los electores jóvenes de color se inclinaron más hacia Sanders, los afroamericanos de mayor edad respaldaron casi en su totalidad a Hillary Clinton. En 2008, los votantes jóvenes de color apoyaron a Barack Obama en números mucho mayores que el electorado en general hasta que su victoria en el Caucus de Iowa provocó una oleada de apoyo.
"Los jóvenes están constantemente señalando hacia lo que viene y lo que es posible", manifestó Robinson. "Y aunque a Biden sí se le quiere, suele pasar que a veces uno se queda en una relación porque se siente cómodo y prefiere lo que conoce".
Esto también nos lleva a Obama y la enorme influencia que ha tenido sobre la política demócrata nacional, en especial en las comunidades negras. Los votantes negros de mayor edad hablan de él con respeto y mencionan su asociación con Biden como algo que le ayudó a ganarse la confianza de los electores blancos escépticos en 2008.
Para las generaciones más jóvenes, quienes en su mayoría estaban en la secundaria o eran aún más pequeños en aquella época, los logros de Obama existen por mérito propio. Sus primeros recuerdos de Biden son de sus años como vicepresidente, que motivaron una gran cantidad de memes. También es más probable que le reprochen su extenso y a veces controvertido historial (en materia de justicia penal, segregación escolar y en las audiencias de Clarence Thomas, entre otras cosas).
Jayla Lee, de 19 años, opinó que a los votantes negros de mayor edad "les agrada Biden porque estaba con Obama y sienten que, dado que podían confiar en Obama, pueden confiar en él".
"Pero las cosas que estamos padeciendo ahora no son las cosas que ellos vivieron", agregó Lee. "Y estoy buscando a alguien que pueda cambiar las cosas que me afectan", concluyó.