¿Por qué hablamos en conjunto del cansancio y la anemia? Porque muchas personas sufren cansancio, decaimiento, lo que llamamos adinamia. Incluso, no pocas veces, tristeza, casi melancolía, una sensación similar a la depresión. Se siente como algo que se mantiene a través de los días o que se evidencia un cansancio que, cada día por la tarde ya no soporta. Y uno dice “bueno, qué será”, y se preocupa mucho. Y el médico cuando estudia a ese paciente se encuentra, no pocas veces, con un cuadro de anemia.
¿Qué es la anemia? Es la disminución de glóbulos rojos. Más específico, con mayor propiedad, la disminución de hemoglobina, que es el pigmento rojo que tienen los glóbulos rojos y que sirve para transferir, para transmitir, para transportar el oxígeno.
Si los resultados de un análisis de laboratorio muestran que usted tiene menos de 13 gramos por decilitro, es probable que tenga anemia. Y uno de los síntomas que produce esa anemia es justamente cansancio.
Y es frecuente, ¿sobre todo en quienes? En las mujeres. ¿Y en quiénes particularmente? En las mujeres en edad reproductiva, cuando tienen su ciclo mestrual. Porque la menstruación hace que la mujer pierda todos los meses una cantidad de sangre que tiene que recuperar en la fabricación. ¿Por qué? Porque la está perdiendo y no es poco. Son 60, 70 mililitros de sangre todos los meses que tiene que recuperar y fabricar el cuerpo, incorporando hierro, vitamina B12, ácido fólico, para fabricar glóbulos rojos.
Entonces, no pocas veces, frente al cansancio recurrente, el médico solicita un análisis de sangre, y al observar que hay anemia, se administra medicación por vía oral o se aconsejan cambios en la dieta. Se agrega ciertos alimentos para enriquecer la dieta, que tenga más hierro, carnes rojas, las carnes blancas menos pero también se recomiendan, como los pescados y los mariscos.
El hierro es un elemento esencial con funciones importantes, como el transporte de oxígeno, la síntesis del ADN y el metabolismo muscular, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). La carencia de hierro es la principal causa de la anemia, la deficiencia nutricional más prevalente en todo el mundo: afecta al 33% de las mujeres no embarazadas, al 40% de las embarazadas y al 42% de los niños, según estimaciones de la agencia sanitaria de las Naciones Unidas.
En los adultos, la carencia de hierro también puede conllevar efectos negativos, como fatiga, menor rendimiento físico y descenso de la productividad laboral, además de afectar a las actividades sociales.
Por eso, otro elemento que se aconseja incorporar a la alimentación son las legumbres: las lentejas, los porotos, los garbanzos. Además, cabe destacar que las legumbres son ricas, nutritivas, están disponibles todo el año, son fáciles de preparar y económicas. Además, es conveniente sumar vegetales de hojas verdes, sobre todo la espinaca, que contienen buenos niveles de hierro.
¿Y sabe qué? Con estos cambios a la persona se le va el decaimiento. Por eso, ante el cansancio recurrente, es conveniente realizar una consulta médica para descartar si se trata o no de un cuadro de anemia. Sobre todo si es mujer y en edad reproductiva, cuando aparece con más frecuencia.
* El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.
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