Durante muchos años pensamos que el insomnio era solo un problema de la noche. Sin embargo, hoy sabemos que lo que hacemos en el día se asocia directamente con el modo en que dormimos y viceversa.
Nuestro sueño no podemos separarlo del resto de nuestros hábitos diarios. Es por ello por lo que hay ciertas cuestiones que debemos tener en cuenta durante nuestro tiempo de vigilia para poder lograr un sueño saludable. En exclusiva para Infobae, Ineco ideó una serie de ejercicios para el bienestar. En el último capítulo del sueño: las acciones diurnas que pueden cambiarnos nuestro descanso nocturno.
Tiene una asociación directa con nuestro ánimo, nuestra salud y nuestro bienestar. Cuando se habla de ejercicio físico regular, si bien hay diferencias individuales, se hace referencia a, por lo menos, realizar una caminata de 30 minutos en un ritmo ligero por día. La continuidad del ejercicio físico, más que la intensidad, es lo que colabora con la posibilidad de poder dormir mejor.
Es importante tener en cuenta que en caso de realizar ejercicio físico intenso, el mismo debe estar alejado de la hora de acostarnos porque, si bien podemos sentirnos cansados, la activación que tiene nuestro organismo es incompatible con el sueño.
No olvidemos también la importancia de evitar comer de forma abundante durante la cena, dado que el proceso de digestión de una cena de ese tipo puede interferir en la calidad de nuestro sueño.
Cuanto más marcado sea el contraste entre disponibilidad y ausencia de luz, nuestro organismo estará más predispuesto a dormir bien.
El respeto de lo que llamamos período de ventana, es decir, el momento entre que abandonamos la actividad y nos disponemos a dormir, es clave para lograr una buena conciliación del sueño. Sumado a lo anterior, es necesario evitar realizar actividades laborales en la cama por la activación que genera.
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