Primero, memoria es tomar conocimiento de algo, a través del proceso de atención, guardarlo o almacenarlo, y después, cuando lo deseo, lo necesito o quiero, traerlo al presente, evocarlo.
Además, existen memorias que son inconscientes. Usted sabe andar en bicicleta y no tiene que acordarse cómo se anda en bicicleta. Se sube y anda. No tiene que decir agarro así, agarro de este otro modo, no. Maneja un auto y es lo mismo. Esa memoria inconsciente, se llama memoria implícita.
Pero hay otras memorias, más conocidas, que son las memorias explícitas. ¿Cuáles son? De dos tipos, la semántica y la episódica.
La memoria semántica es la que nos permite aprender y recordar conceptos concretos o abstractos, por ejemplo, me acuerdo que París es la capital de Francia, recuerdo que la manzana es una fruta roja o verde. Eso es semántica.
¿Qué es la memoria episódica? Es mi historia vital. ¿Qué hice hoy a la mañana? ¿Qué desayuné hoy a la mañana? ¿Con quién fui al cine ayer a la tarde? ¿Qué hice la semana pasada? Es fácil, la palabra lo dice, son los episodios de mi vida.
Todos los tipos de memoria son importantes. Pero, por ejemplo, en algunas enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, una de las primeras memorias que se va perdiendo es la episódica. Usted no se acordaría, entonces, al perder la memoria episódica, qué es lo que hizo ayer u hoy a la mañana.
Pero a no alarmarse ni asustarse demasiado, la mayoría de las personas se olvidan donde pusieron las llaves, me pasa a mí. ¿Por qué nos olvidamos con frecuencia? Porque no hemos prestado atención. La memoria se evalúa cuando uno presta atención.
Porque uno ve un paciente que se olvida las cosas, pero cuando quiere acordarse porque presta atención, entonces se acuerda. Recuerde que la memoria es prestar atención, almacenar y evocar la información.
Ahora, si usted de todos modos se va dando cuenta que está teniendo episodios de pérdida de memoria, sobre todo episódica, qué hice hoy a la mañana, ayer a la tarde, con quién fui al cine, bueno, probablemente no sea gran cosa pero es conveniente que haga la consulta médica.
El olvido según la Universidad de Harvard
Olvidar es parte de la función cerebral normal debido a la capacidad limitada del cerebro. Algunas personas que han experimentado un evento traumático parecen no poder olvidar, mientras que otras solo parecen olvidar todo y demasiado rápido.
Dilemas como estos han llevado a los neurocientíficos a preguntarse cómo funciona realmente el olvido en el cerebro y si se puede acelerar o ralentizar. Todavía están lejos de comprender el proceso lo suficientemente bien como para proporcionar respuestas. Por eso, un grupo de investigadores dirigidos por Harvard se están acercando un poco más.
En un nuevo estudio, los científicos que utilizaron gusanos C. elegans, un organismo modelo para la investigación del cerebro, descubrieron que olvidar no revierte los cambios en el cerebro que resultan del aprendizaje ni los borra, como sugieren algunas teorías.
En cambio, el olvido genera un nuevo estado cerebral que es diferente del que existía antes de que ocurriera el aprendizaje o del que existe mientras aún se recuerda el comportamiento aprendido. En otras palabras, lo que se olvida no desaparece por completo y puede reactivarse con una especie de salto inicial.
* El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.
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