No hay mejor historia que la del deportista tapado, lo que en inglés se llama underdog, aquel que no está entre los favoritos de nadie y termina logrando la victoria. El deporte ha tenido muchos ejemplos de esto, pero en los grandes maratones de los últimos años, con un muy alto nivel en cada competencia, no hay demasiado espacio para la sorpresa.
Por eso, un corredor como Yuki Kawauchi genera un gran interés y su recorrido llama la atención de todo el mundo. Un perfecto aficionado, alguien que trabaja en otra cosa, se terminó coronando en el maratón más importante del planeta, nada menos que Boston.
Yuki Kawauchi nació en Setagaya, Japón, el 5 de marzo de 1987. Desde muy joven disfrutó correr, pero por diferentes motivos dejó de lado este deporte, a pesar de su talento. En la universidad corría, pero al graduarse no recibió la invitación para sumarse a algún equipo de running de las corporaciones, lo que suele ser el camino directo a convertirse en profesional. Comenzó a competir en serio en medio maratones en el año 2007 y luego de algunos buenos resultados se pasó al maratón. Alternó, desde entonces diferentes distancias, obteniendo asombrosos resultados en todas.
A Kawauchi lo distingue dos características inusuales que llaman la atención sobre él. En primer lugar se trata de un corredor que aun siendo aficionado, logró victorias contundentes y diferentes podios en su país y fuera de él. Trabajando a tiempo completo como portero en un centro educativo de la ciudad de Saitama, entrenándose en su tiempo libre y pagando de su bolsillo sus carreras.
Pero la otra cosa que lo vuelve un verdadero fenómeno es la cantidad de carreras en las que compite y los tiempos que realiza en ellas. Su promedio anual de carreras de 42 Km 195 mts, es decir maratones, es de nueve. Sí, nueve maratones por año, la casi totalidad por debajo de las dos horas y veinte minutos.
La carrera que lo cambió todo fue Boston 2018. Ya había ganado maratones pero ninguno de esa importancia. Su marca no fue ni por asomo la mejor de su carrera, pero el tiempo de 02:15:58 fue una proeza de otro tipo. El clima de ese año fue imposible. Mucho frío, mucho viento y mucha lluvia.
Los corredores no aficionados no estaban preparados para enfrentarse a ese temporal, porque los profesionales tampoco disfrutan de un cambio tan rotundo de planes. Kawauchi participó en musculosa, con guantes y unas manguitas para cubrir sus antebrazos. El dijo que era un clima ideal para él. A juzgar por el resultado, no hay duda de eso.
Claro que Kawauchi no llegó a Boston siendo un perfecto desconocido. Largó con la elite, pero simplemente ni una sola persona creyó que podía subirse al podio, mucho menos quedarse con el primer puesto.
Así son las carreras atípicas, alguien tapado puede llevarse la victoria. Es importante recordar que ese año corrió otros once maratones y que ganó en cinco de ellos, sumando seis primeros puestos en doce meses. Su mejor marca la logró en el año 2019, en el Lake Biwa Marathon, donde logró un tiempo de 02:07:27, lo que en esa ocasión no le alcanzó para obtener la victoria ni estar en el podio.
Kawauchi no tiene marcas para ser récord del mundo y la cantidad de competencias que realiza son demasiado agotadoras como para saber si no está dispersando su energía, pero no hay dos corredores como él y en su país el público lo considera como el hombre común que gana carreras.
Luego de Boston dio el salto y se pasó al profesionalismo, dejando su trabajo y dedicándose de lleno a correr. Tiene un récord Guinness indiscutible: en la carrera en la cual hizo su mejor marca, también se convirtió en la primera persona en correr más de 100 maratones en menos de 2 horas y 20 minutos. Con la cantidad de competencias realizadas, tiene media docena más de récords difíciles de superar, porque además de correr muy rápido lo hace muy seguido, algo que casi ningún atleta del planeta intenta realizar.
En el año 2019 ganó el maratón de Vancouver, Canadá y dos semanas después se casó con su novia Yuko Mizuguchi, quien en esa misma carrera ganó la categoría femenina. Yuki Kawauchi tiene su propio manual y las historias que le gustan a todos. Rompe reglas y parece ir en dirección contraria a todo sentido común.
Es único, diferente a todos, pero los resultados están a la vista. No solo es un corredor extraordinario, también es una persona enamorada del running y apasionado por correr, dejando el corazón en cada competencia.
*Santiago García es maratonista, autor del libro “Correr para vivir, vivir para correr” y “Volver a correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre.
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