¿Qué comemos cuándo comemos? Ante esta pregunta, uno puede decir tranquilamente “estoy comiendo una milanesa o estoy comiendo una ensalada de rúcula y tomate”. Lo que en primer lugar uno consume, desde el punto de vista nutritivo, son proteínas, vitaminas, minerales, hidratos de carbono, fitoquímicos y otra gran cantidad de nutrientes que tienen los alimentos.
Cuando uno dice “voy a comer carne”, no está comiendo solamente carne, uno lo que hace es comer un plato preparado con carne. Sin embargo la experiencia no termina ahí, uno come ese plato en determinada situación o contexto, a eso se le llama comensalidad.
Ese escenario puntual donde consumo un alimento u otro, es clave para la comensalidad.
Con un 70% de la población que tiene sobrepeso, muchas personas se ayudan con el registro de comidas. Son muchos los pacientes que registran lo que comen para ver dónde puede estar lo que hay que cambiar y puede ser corregido para lograr regular el piso.
En ese registro no sólo hay que poner qué alimentos se comen, en qué horario, sino también hay que detallar la situación en la que uno comió.
La situación y el contexto intervienen muchísimo en eso que uno come. No es lo mismo almorzar en el trabajo, comer con la familia o en una reunión con amigos el fin de semana o en un asado el sábado a la noche.
Le voy a dar un ejemplo, muchos de ustedes estarán casados o viviendo en pareja, cada persona tenía un hábito alimentario en solitario antes de la convivencia. Cada uno viene de comer comidas distintas, entonces al principio se produce una convergencia en la forma de comer. Pero luego suele darse una divergencia, cada uno vuelve a su hábito original. Y también por momentos hay preeminencia de una y otra parte en los platos que se comen en la casa.
Cada uno de nosotros tienen formas de darse placer, pero hay una cosa en la que uno debe estar pensando, “¿estoy dándome placer en la medida que puedo?”. Esto es de enorme importancia. Hay muchos problemas, la vida está llena de cactus, pero nada te dice que te tenés que sentar en todos ellos.
Con el ejemplo de la dieta hay que decir que vivir a dieta es insostenible. No hay cuerpo ni mente que pueda perpetuar un estado de restricción permanente. No es saludable, y tampoco es el objetivo que persigue un plan de adelgazamiento.
La dieta no debe ser un estilo de vida, sino que la meta es aprender a alimentarse, cambiar hábitos y lograr un peso saludable.
¿Para qué sirve pensar en la comensalidad? Si uno quiere mantener un peso saludable, tiene que saber que el problema no es sólo los alimentos que comemos. Cómo, cuándo y con quién comemos, en definitiva, la situación de cada comida, también son fundamentales para los hábitos alimentarios
El tener el registro no sólo de cada alimento y sus calorías o grasas, sino también tomar conciencia de la experiencia que vivimos al comer sirve para saber en qué momentos uno debe cuidarse más para poder controlar el peso.
Uno no come lo que le gusta, sino que uno le gusta lo que come.
*El doctor Alberto Cormillot es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.
Realización: Sam Cejas / Edición de video: Facundo Madero / Producción: Macarena Sánchez.
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