Ahora sí, los días de calor que invitan a pasar tiempo al aire libre parecen haber llegado para quedarse. Luego de casi dos años de pandemia y restricciones, los parques, plazas, piletas y cuanto lugar abierto permita disfrutar del aire y el sol, son un gran opción.
Sin embargo, si bien la exposición solar es aconsejada para un buen estado integral de salud, los riesgos de hacerlo en exceso o en horarios de mucha radiación pueden acarrear males mayores.
En el marco de la campaña anual de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), Infobae habló con la médica dermatóloga Carla Minaudo (MN 101982) para saber cuál es la mejor manera de cuidarse de los efectos nocivos del sol este verano.
“Evitar la exposición directa al sol entre las 10 y las 16, utilizar ropa que cubra la mayor superficie posible, sombrero y lentes de sol con protección UV”, comenzó a aconsejar la especialista y vocera de la campaña, al tiempo que recomendó “mantenerse a la sombra lo más posible y en las zonas expuestas de la piel utilizar protección solar de amplio espectro con factor de protección de al menos 30, aplicarlo en forma generosa, 20 o 30 minutos antes de la exposición y no olvidar su aplicación en zonas como el cuello y orejas, así como reponerlo cada dos horas o antes en el caso de sudoración excesiva o inmersión en el agua”, dijo Minaudo, miembro de la SAD y difusora de esta campaña.
Y tras insistir en “intentar cambiar hábitos peligrosos como el de ir a la playa o pileta o practicar deportes al sol del mediodía”, la especialista de la SAD desalentó “la costumbre de ‘tomar sol’ como actividad en sí misma”. “Buscar estar bronceado es innecesario, acelera el envejecimiento de la piel y genera una acumulación de daño solar que es acumulable e irreversible e incrementa sustancialmente el riesgo de cáncer de piel -enfatizó-. De esta forma se puede disfrutar de hacer actividades al aire libre, y disminuir al mínimo los riesgos para la piel”.
- ¿Es posible lograr un equilibrio entre la necesaria y recomendada exposición y la sobreexposición al sol?
- El sol es fundamental para la síntesis de vitamina D y para esto se requiere de la radiación UVB, que es máxima al mediodía. Sabemos que al mismo tiempo ese tipo de radiación es riesgosa para el cáncer de piel. El equilibrio se logra teniendo una exposición controlada de 15 minutos, tres veces por semana.
Basta con dejar al descubierto las piernas, brazos y parte del tórax o espalda. No es necesario que el sol impacte en la cabeza y el cuello. Allí se puede utilizar gorro y anteojos y aplicar protección solar.
De todas formas, esta vitamina se puede suplementar si es necesario según indicación médica.
La exposición recomendada para estimular la síntesis de vitamina D, no debe utilizarse para justificar la falta de los cuidados recomendados.
Acerca de cómo saber cuándo una mancha o lunar requiere ser visto por un especialista, Minaudo señaló que “los signos de alarma principales se basan en la aparición de manchas o lunares nuevos que cumplan con la regla del ABCDE: asimetría, borde irregular, más de dos colores (rojo, blanco, azul, y distintas tonalidades de marrón y negro), diámetro mayor a 6 milímetros y evolución con crecimiento progresivo y cambios”.
En ese sentido, consultada sobre si una persona con antecedentes familiares o propios de cáncer de piel tiene prohibida la exposición al sol, la dermatóloga sostuvo que “cuando se trata de antecedentes familiares, depende del caso y la gravedad de la patología”.
“Las recomendaciones son variables -ahondó-. Por ejemplo, hay cuadros hereditarios de melanoma que son de extremo cuidado, sobre todo si el familiar tiene muchos lunares. Distinto es el caso de antecedente familiar de carcinoma basocelular. Quien no está afectado puede basarse en las recomendaciones generales de cuidado”.
Ahora bien, la situación cambia si la persona ya tuvo algún tipo de cáncer de piel. “Se sabe que esto es un marcador de otro posible cáncer de piel, sobre todo en los siguientes dos a cinco años del primero”, precisó Minaudo, quien en esos casos recomendó “extremar las medidas de prevención”. “Estos pacientes no deben tener una exposición deliberada al sol del tipo de ‘tomar sol’, sobre todo en situaciones de excesiva irradiación como cuando se está en la arena, agua o nieve, donde se recibe la radiación natural sumada a la del reflejo de estas superficies -especificó la experta-. No deben descuidar ninguna de las recomendaciones generales, y a su vez, hacerlas más intensivas”.
Los cuidados en cada etapa de la vida
“Los bebés antes de los seis meses no deben ser expuestos deliberadamente al sol. Si por alguna razón se los expone, se debe proteger la mayor parte del cuerpo con ropa clara y utilizar la sombrilla en el cochecito por ejemplo”, comenzó a explicar Minaudo sobre los cuidados en este grupo etario de piel muy sensible en los que no se recomienda la aplicación de protector solar.
Luego, los niños pequeños hasta los dos o tres años, continúan siendo más susceptibles tanto a las quemaduras como a la deshidratación y golpe de calor. “Se deben mantener a la sombra, con ropa clara y sombrero. Utilizar protector solar adecuado a la edad y mantener una hidratación abundante -continuó la dermatóloga-. Estos cuidados deben mantenerse durante toda la infancia y adolescencia”.
“Las quemaduras solares en la infancia y adolescencia son uno de los factores que aumentan el peligro de cáncer de piel”, enfatizó la experta, quien destacó que “los adultos deben cuidarse de la acumulación de daño solar con las medidas mencionadas y modificar hábitos malos como el de broncearse para verse más saludables. Es momento de cambiar esa concepción. El bronceado es signo de daño solar”.
Para ella, “tanto la exposición aislada en vacaciones que puede llevar a quemaduras agudas, como la exposición prolongada y acumulada, que se observa en los trabajadores al aire libre, se relacionan en forma inequívoca con el cáncer de piel”. Y ni hablar de las camas solares, que “emiten radiaciones cancerígenas y deben evitarse”, en apreciación de la especialista.
El cáncer más común
El cáncer de piel es el tipo de cáncer más frecuente del ser humano y, si bien existen varios tipos, el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma son los más diagnosticados por los especialistas. “Si bien el carcinoma basocelular es el más común, el melanoma es el más riesgoso por su capacidad de diseminarse a otras partes del cuerpo, lo que se asocia a una mayor mortalidad”, explicó la médica dermatóloga Clara de Diego (MN 129.147 / MP 58.235), profesora de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y miembro del Centro de Cáncer Cutáneo del Hospital Universitario Austral.
Los factores de riesgo para el desarrollo del cáncer de piel son varios, entre ellos, la piel clara, el pelo rubio o pelirrojo, los ojos claros y la presencia de muchos lunares, al igual que tener antecedentes familiares de este tipo de cáncer. Sin embargo, esto no implica que quienes no presentan estos rasgos no tengan posibilidades de desarrollar un cáncer de piel: “La radiación ultravioleta, sea por la exposición solar o por el uso de camas solares, es uno de los factores de riesgo más importantes”, agregó en tanto la médica dermatóloga Ana de Pablo (MN 75.814 / MP 446.468), subjefa Servicio Dermatología del Hospital Universitario Austral.
El cáncer de piel puede desarrollarse en cualquier parte del cuerpo, incluso en el cuero cabelludo, pero es más frecuente en zonas que tienen exposición al sol frecuente, como son la espalda, el pecho, la nariz, las orejas, el dorso de las manos y las piernas, entre otros.
“Los carcinomas basocelulares y espinocelulares se ven como lastimaduras que no curan, manchas de color rosado fuerte, o sobreelevaciones de la piel de aspecto perlado con tendencia a persistir y crecer en el tiempo, o duras con aspecto de cráter. Los melanomas, en general, se ven como manchas en diferentes tonos de marrón y negro, forma irregular, que pueden salir sobre piel previamente sana o manifestarse como cambios en lunares ya conocidos”, detalló De Pablo.
La SAD realiza desde hace 28 años la Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel durante la tercera semana de noviembre de cada año, la cual aborda la prevención primaria, para evitar el desarrollo de cáncer de piel, a través de la fotoeducación.
Además de la realización de actividades para difundir el conocimiento sobre la prevención en los medios de comunicación y redes sociales, la iniciativa interviene en distintas actividades escolares, deportivas y recreativas.
Además, la mayoría de los hospitales y otros centros de salud de todo el país brindan controles de piel para los pacientes, para la detección precoz del cáncer de piel.
“En años anteriores, estos controles presenciales eran convocados sin turno en la semana de la campaña, en forma gratuita. La pandemia en el 2020 y la salida gradual del aislamiento en 2021 modificaron transitoriamente esta actividad. Actualmente, sólo algunos centros están en condiciones de brindar ese servicio. Estamos a la espera de la normalización para el 2022″, destacó Minaudo.
Y concluyó: “Desde la SAD sugerimos un control anual de lunares de rutina en el momento que pueda realizarse. Y el control dermatológico lo más cercano posible en los casos en que los pacientes se detecten cualquier tipo de mancha o lunar sospechoso”.
“Es importante saber que, detectados precozmente, todos los tipos de cáncer de piel ofrecen un buen pronóstico”, coincidieron las especialistas.
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