El burnout o agotamiento es un síndrome resultado del estrés crónico que se refiere específicamente a fenómenos en el contexto ocupacional. Se caracteriza por tres dimensiones: sentimientos de agotamiento o falta de energía, sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el trabajo y, por último, eficacia profesional reducida.
El síndrome de burnout, fue reconocido en 2019 como un trastorno mental en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo lo asocia a la sección “problemas asociados al empleo y desempleo” y lo describe como “un síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito”.
De acuerdo con un reciente estudio realizado por el portal de empleos, Bumeran, la ocurrencia del síndrome de burnout en Argentina es del 80,2%, al igual que en Chile. En Perú es del 72,9% y en Panamá el 53,6%. A nivel regional, los usuarios han experimentado en su mayoría estrés, falta de motivación y un agotamiento fuera de lo normal a causa de la carga excesiva de trabajo.
La pandemia de COVID-19 ha tenido grandes efectos en el estrés laboral, ya sea al trabajar desde los hogares o al asistir al trabajo. Luego de un año y medio de pandemia, el 86% de usuarios de la región asegura que se encuentra más “quemado” que el año pasado. Además, para aquellos que trabajan de manera remota, un 45% asegura que le genera ansiedad la vuelta a la oficina. En el caso de Argentina, la cifra de usuarios que admiten estar más agotados que el año pasado alcanza el 90%.
A su vez, un 53% de los usuarios argentinos admite que trabaja más horas de lo que dura la jornada laboral. La pandemia pone sobre la mesa la organización de los horarios de trabajo, puesto que con ella se han acelerado fenómenos que podrían alimentar esta tendencia que aumenta los períodos de empleo.
Entre los argentinos, el 50% dijo haber podido balancear la vida personal y carga laboral. En cuanto a las actividades que realizan para organizarse y lograr el balance, un 32% dijo que pudo establecer una planificación de horarios semanal; el 27% organiza las tareas del hogar junto a su pareja; el 16% tiene su propio espacio para trabajar; el 6% organiza las tareas del hogar con familiares y amigos/as y el 5% contrató a una persona que ayuda con las tareas del hogar. Además, un 2% cuenta con actividades extra escolares de los hijos que les permite organizarse mejor y un 1% contrató a una persona que ayuda con las personas que tienen a cargo. El 6 % utiliza todas estas opciones para organizarse y el 5% restante opta por otras alternativas.
Por otro lado, un 70% de los argentinos dijo realizar actividades para sentirse mejor frente al síndrome de burnout. Un 26% practica yoga o gimnasia, entre otras actividades físicas, para relajarse; un 25% aprovecha su tiempo libre para leer, mirar series y hacer actividades para desconectar de la rutina; un 9% intenta mantenerse en contacto con sus seres queridos y hablar de lo que les pasa para mitigar el impacto. Un 4% intenta mantener una rutina diaria ya que ayuda a disminuir la incertidumbre y genera menos estrés, un 3% desconecta sus dispositivos al terminar la jornada laboral y el 3% restante realiza otras actividades. Un 30% de los argentinos no realiza actividades para disminuir los impactos del burnout.
A la hora de organizar la carga laboral y la vida personal, los datos de Latinoamérica en general, el 51,4% asegura no haberlo logrado porque les resulta difícil establecer una planificación de horarios semanales, coordinar las tareas del hogar junto a la pareja o familiares, no cuentan con un espacio personal para trabajar o la falta de actividades extra escolares de los hijos no les permite poder hacerlo.
Entre ese 51,4% que no logró balancear su vida laboral y personal, el 31,2% dijo que no había podido establecer una planificación semanal de las tareas; el 10,5% no cuenta con un espacio personal para trabajar; el 7,6% no contrató a una personas que se encargue de las tareas del hogar; el 5,1% no pudo organizar las tareas del hogar junto a su pareja; el 3,8% no consiguió hacerlo junto a familiares; el 3,3% no pudo organizarse porque sus hijos no tienen tareas en los horarios extra escolares; el 2,6% no pudo contratar a una personas que ayude a quienes tiene a su cargo y el 16,5% de los consultados tuvo problemas con varios de los ítems anteriores.
En busca de una solución al síndrome del burnout el 72% de las personas dijo que intenta realizar actividades que alivien el estrés y ayuden a desconectar del trabajo. Entre las principales actividades, se encuentran practicar yoga, gimnasia y otros ejercicios de relajación, también leer o mirar series. Además, algunos optan por mantenerse en contacto con sus seres queridos y hablar de los problemas enfrentados para mitigar el impacto del malestar.
Por el contrario, el 48,6% garantiza que ha podido organizar lo laboral y lo personal a través de planificaciones semanales, con la ayuda de su pareja o familiares y teniendo a disposición un espacio propio para trabajar. Sin embargo, a la hora de contabilizar la cantidad de horas dedicadas a las tareas domésticas, la mayoría de los usuarios en Argentina, Perú y Chile admite que le dedica dos horas o menos. Panamá es el único que difiere de esta línea, ya que los usuarios destinan entre dos y cuatro horas al orden del hogar.
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