La expresión viento en contra deja de ser solo una forma de hablar y se convierte en una realidad cuando se trata del mundo del running. Una verdadera molestia cuando aparece y un cierto alivio cuando deja de estar o, mejor aún, se vuelve a favor.
Su gravedad es diferente si hablamos de entrenamientos o si nos referimos a las carreras. Comencemos con los entrenamientos. Lo bueno es que en las sesiones el viento es un problema pero también puede ser utilizado.
Correr así supone un esfuerzo mayor para los corredores. Un viento muy fuerte nos obliga a bajar más de veinte segundos nuestro ritmo, esta clase de vientos no es lo más común en la mayoría de las ciudades pero es moneda corriente en otras.
Si uno corre siempre con viento por el lugar donde vive, cuando esté en lugares sin viento se sentirá hasta qué punto correr con viento en contra en los entrenamientos fortalece a un corredor.
Cuando el viento aparece en las pasadas o series, aquellas que toquen con viento a favor serán mucho más rápidas que las que tienen viento en contra. Esa es la mejor forma de comprobar en cuanto nos afecta el viento.
Y si por algún motivo, al hacer series cortas no queremos correr contra el viento, entonces se puede cambiar la dirección de estas y listo. No es lo más común, pero se puede hacer.
El viento en contra también ayuda a entrenar la cabeza. Un corredor que se puede enfrentar al viento es un corredor más fuerte mentalmente. En los fondos los corredores a veces podrán elegir si van primero con viento en contra o con viento a favor.
Dejar lo más difícil para el final nos permite terminar fuerte y firme, por lo que lo más aconsejable es aprovechar, dentro de lo posible, la posibilidad de dejar el viento a favor para el final.
Por otro lado, el viento en contra en temperatura templada o alta nos ayuda a disipar el calor del cuerpo. Prueben la diferencia entre el viento a favor y en contra en días de calor. En invierno el viento en contra puede traer un enfriamiento mayor al acostumbrado. Nos puede hacer olvidar de tomar líquido, ojo, porque la deshidratación ocurre igual aunque uno no se sienta sofocado.
Si entrenamos con viento en contra, conoceremos las sensaciones cuando llegue el día de la carrera. Pero si el viento es muy fuerte, no habrá manera de mejorar nuestro tiempo. Habrá que resignar ritmo de carrera, nos guste o no.
Es muy raro que en un maratón nos toque un recorrido completo con viento en contra o viento a favor, pero puede ocurrir en algunos circuitos puntuales. En los momentos en los que el viento baja, hay que subir la velocidad para recuperar el ritmo.
Lamentablemente, el viento a favor no beneficia tanto como lo que el viento en contra perjudica. Es decir: Con viento a favor no se aumentan veinte segundos el ritmo si eso fue lo que perdíamos con el mismo viento en contra. Un viento suave en algunas partes de la carrera no produce un efecto notable salvo que uno esté demasiado al límite. Se puede averiguar con antelación cómo será el viento y planificar, pero gran parte de lo que pase en el día de la carrera se deberá decidir en el momento.
Los pasos cortos son un buen método de enfrentar al viento, cuanto más tiempo estemos en el aire, más nos empujará el viento. Los pasos cortos permitirán resistir mejor el embate del viento. Inclinar el cuerpo hacia adelante un poco más de lo habitual también es un buen modo de optimizar nuestro ritmo en tales circunstancias.
En carreras de trail, un fuerte viento en contra en una bajada permite descender con más seguridad, porque no será fácil caer hacia adelante con esa resistencia. Todo eso se entrena y se aprende. Otro método efectivo es correr en grupo, cambiando quién va a adelante a medida que pasan los kilómetros, el turnarse adelante y dejarse cubrir por otros al ir atrás es una estrategia posible. No siempre se puede, pero en muchos casos puede ser una buena táctica.
Si al correr con viento en contra mantenemos la misma velocidad que cuando no hay viento, el esfuerzo será mayor y eso se sentirá con el correr de los kilómetros. Mucho cuidado, un fuerte viento en contra es como correr cuesta arriba y la energía se terminará en algún momento. Las carreras requieren estrategia y administración de la energía, nunca hay que olvidarlo.
Finalmente, y como último consejo, es mejor usar ropa ceñida al cuerpo. La ropa holgada genera una resistencia al viento mucho mayor y eso hará más complicado nuestro entrenamiento o carrera. No hay que negar o ignorar la presencia del viento, así como tampoco usarlo como excusa para desanimarse. Carreras son carreras y siempre habrá jornadas con viento a favor y otras en contra, como en todos los órdenes de la vida.
*Santiago García es maratonista, autor del libro “Correr para vivir, vivir para correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre
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