En repetidas ocasiones la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que todavía no hay necesidad de instaurar la aplicación masiva de una tercera dosis de vacuna contra COVID-19. Pero la llegada del otoño y próximamente el invierno en Europa ha impulsado la idea de aplicar una dosis de refuerzo de la vacuna anticovid, sobre todo ante el crecimiento reciente de los casos.
El Reino Unido se encamina a una nueva ola de coronavirus que podría ser tan grave como la última, tras registrarse el lunes casi 50.000 nuevos contagios, la cifra de casos diarios más alta del mundo, advirtieron científicos. El Gobierno admitió además que también están aumentando los ingresos hospitalarios y las muertes, en medio de una ralentización de la campaña de vacunación contra la COVID-19. “Hemos visto que los casos aumentan, hemos empezado a ver algunos indicios de que las hospitalizaciones y las tasas de mortalidad también están aumentando. El mensaje más importante para que el público entienda la importancia del programa de refuerzo y para que los niños que reúnen los requisitos se acerquen y reciban la vacuna “, dijo un vocero del primer ministro Bori Johnson. Neil Ferguson, miembro del Grupo Asesor Científico para Emergencias (SAGE) del Imperial College de Londres, advirtió que las internaciones por el virus se duplican cada cinco semanas a medida que disminuye la inmunidad y atribuyó el aumento en los contagios a que la inmunidad en el Reino Unido no es actualmente tan alta como la de otros países de Europa occidental, así como a medidas de control menos estrictas que cualquier otro país europeo.
Y agregó que las tasas de cobertura general son considerablemente más bajas, por ejemplo, que en España, Portugal y Dinamarca. También afirmó que solo 3,7 millones de los 8,5 millones de personas en riesgo que recibieron su segunda dosis hace al menos seis meses, ahora van por su tercera dosis y afirmó que la brecha está creciendo.
Rumania y Croacia se encuentra en una situación muy comprometida, registrando altas tasas de mortalidad a causa del coronavirus. Los hospitales están trabajando por encima de sus capacidades y las autoridades han anunciado que las camas de las UCI de todo el país están ocupadas. Especialistas atribuyen este escenario a la baja tasa de vacunación entre los rumanos. Mientras que en algunos países europeos se comienza a respirar cierta normalidad, en Letonia y Eslovaquia las autoridades vuelven a imponer fuertes restricciones para frenar la COVID. Particularmente Letonia que ha cerrado escuelas, restaurantes y lugares de ocio durante un mes tras el repunte de los contagios. También se aplicará un toque de queda nocturno hasta el 15 de noviembre.
Negativa a aplicar una tercera dosis
Después de numerosos ensayos clínicos y análisis real sobre la efectividad de las siete vacunas ya aprobadas por la OMS, los datos actuales no muestran la necesidad de dosis de refuerzo, a pesar que el tema es objeto de un debate entre las autoridades sanitarias mundiales.
Entre las siete vacunas contra el COVID-19 aprobadas por la OMS y que ya alcanzaron lo que se denomina el gold standard figuran: Pfizer, Moderna, AstraZeneca y su homóloga producida en India Covishield, Johnson & Johnson/Janssen y las vacunas producidas en China, Sinopharm y Sinovac.
Según los expertos sanitarios de la OMS y la Agencia federal de medicamentos de Estados Unidos (FDA) que escribieron un paper científico el mes pasado, en la población general, el esquema completo de dos dosis tiene la “eficacia frente a formas graves sigue siendo alta. El conjunto de pruebas acumuladas hasta el momento parecen mostrar que no hay necesidad de una tercera dosis en la población general, pues su protección contra la enfermedad grave es aún alta”, explican los autores en el documento publicado para la revista médica The Lancet.
En esa línea, en la Agencia de Medicamentos de Europa (EMA), se ha pronunciado en coincidencia con la OMS en los últimos días y solo se manifestó a favor de aplicar refuerzos a personas inmunosuprimidas o con alguna condición de salud que lo amerite. En tanto, la FDA dijo que las vacunas de Pfizer y Moderna están autorizadas para las personas mayores de 65 años, y para las personas de 18 años o más que estén en riesgo de padecer una enfermedad grave o que vivan o trabajen en una situación que les ponga en mayor riesgo de sufrir complicaciones o enfermedades graves.
Ana-Maria Henao-Restrepo experta en la OMS, autora principal de la investigación, sostuvo que los estudios actualmente disponibles “no proporcionan evidencia creíble de una disminución sustancial de la protección contra enfermedades graves, que es el objetivo principal de la vacunación”. Según explica, “incluso si en última instancia se puede obtener algún beneficio con el refuerzo, no compensará los beneficios de brindar protección inicial a los no vacunados”. En se sentido añade que “si las vacunas se implementan donde serían más beneficiosas, podrían acelerar el final de la pandemia al inhibir la evolución de variantes”, agrega.
Situación en Argentina
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, aseguró que se evalúa dar una tercera dosis “de todas las vacunas” contra la COVID-19, a modo de “refuerzo”, “empezando por los grupos inmunocomprometidos y los que recibieron Sinopharm, mayores de 60″, especificó la semana última.
“Estamos evaluando un refuerzo de todas las vacunas, porque hay personas que a principio del año que viene (2022) van a cumplir un año de la vacunación. Empezando por los grupos inmunocomprometidos y los que recibieron Sinopharm y son mayores de 60, que van a ser considerados en esa evaluación”, detalló Vizzotti el lunes 12 de octubre. La ministra, al referirse a la inoculación de una tercera dosis, subrayó que desde un principio se supo que se iba a necesitar algún refuerzo.
“Su inmunidad no es de por vida, y si nos enfermamos la inmunidad natural tampoco es de por vida”, remarcó. En ese sentido, afirmó que desde la cartera de salud están trabajando “con expertos, las áreas técnicas del ministerio y los ministros” para evaluar “antes de fin de año la necesidad de un refuerzo en función de los riesgos”. Además, adelantó que se pondrá el foco en el personal de salud “que se empezó a vacunar a fines de diciembre” del 2020, ya que en febrero próximo ese grupo poblacional “va a estar completando los 12 meses” de haber recibido la segunda dosis.
En diálogo con Infobae, el infectólogo Eduardo López, director del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y quien fue asesor del gobierno en el manejo de la pandemia, explicó que “en primer lugar para la Argentina el esfuerzo debe orientarse en terminar y completar las segundas dosis. Con respecto a terceras dosis hay distintas estrategias a nivel mundial: como primera estrategia, algunos país han decidido vacunar personal de salud, pacientes con inmunodeficiencias o a quienes cursan algún tratamiento con drogas inmunosupresoras”.
“En algún momento va a ser necesario una tercera dosis y lo recomendable sería empezar por el personal de salud e individuos inmunosuprimidos, pero, antes que nada, es primordial completar las segundas dosis en el caso de Argentina y plantear también la vacunación en pediatría, en los más chicos”, argumentó López y expuso la situación local: “La Argentina en este momento no está en condiciones de avanzar en una tercera dosis, por lo menos en lo inmediato, lo que se debe hacer es el gran esfuerzo de vacunar a la mayor cantidad posible de población”.
Consultado por Infobae, Hugo Pizzi, médico infectólogo, epidemiólogo y profesor de la Universidad Nacional de Córdoba, explicó que “la estrategia de tercera dosis está destinada para lugares determinados y circunstancias precisas como Uruguay y Chile, ya que la vacuna Sinovac mostró una falla notoria al demostrar una eficacia baja cercana al 50/52%. Por estos países consideraron que ese nivel no era una protección adecuada para ese momento epidemiológico y optaron por un refuerzo”.
Pizzi señaló otro caso destacado: “Israel fue el primer país que logró un efecto similar a la inmunidad de rebaño, a una velocidad inusitada, pero al poco tiempo de liberar actividades, ingresaron cinco familias que habían estado de vacaciones, trajeron la variante Delta al sur de Israel, y el gobierno tuvo que volver a limitar y cerrar actividades. Frente a la alta transmisión del variante Delta decidió colocar una tercera dosis en su población”.
En la primera semana de octubre, el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, reconoció por primera vez que habrá que aplicar una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus, probablemente antes de otoño del año que viene. Proyectó además que en ese momento el COVID-19 se transformará “en un virus que circule habitualmente”.
“Cuando logremos tener un grado de vacunación significativo, tal vez antes del otoño, podamos hacer una dosis de refuerzo. Cuando estemos con la gente vacunada con una dosis de refuerzo, probablemente el virus entre en un formato endémico , que no haga picos de muchos casos y se transforme un un virus que circule habitualmente sobre todo por los jóvenes que van naciendo y creciendo que no están vacunados pero con una significación de bajo impacto”, explicó.
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