Con el objetivo de que las personas se preocupen por el cuidado de su visión y tomen medidas preventivas para no perderla, hoy se celebra el Día Mundial de la Visión, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB, por sus siglas en inglés).
Este año, bajo la consigna “Ama tu ojos”, se hace especial hincapié en aprender más sobre nuestra propia salud visual. En todo el mundo, según la OMS, por lo menos 2.200 millones de personas padecen deficiencia visual, y de ellas, al menos 1.000 millones tienen una deficiencia visual que podría haberse evitado o que aún no se ha tratado. Es más, según estimaciones del Atlas de la Visión de la IAPB, en el 2020 en Argentina, 2,7 millones de personas tenían pérdida de visión, de las cuales, 100.000 personas eran ciegas.
Desde la Cámara Argentina de Medicina Oftalmológica (CAMEOF) se alienta a la consulta periódica para cuidar la salud ocular. En este marco, los especialistas advierten que un examen oftalmológico completo permite diagnosticar patologías que pueden evolucionar sin síntomas (como el glaucoma o las afecciones retínales), así como descubrir la aparición o el aumento de defectos de refracción u otros problemas visuales. Además, sostienen que cada grupo etario tiene distintas afecciones que el oftalmólogo debe tener en cuenta:
La visión en la infancia: “La visión se desarrolla en los ocho primeros años de vida. Si existen defectos refractivos o patologías oculares que no se diagnostican y tratan durante esta etapa, es muy probable que se conviertan en crónicos e irreversibles, además de incidir en el rendimiento escolar de los niños. Por ello, las revisiones oftalmológicas anuales en esta etapa son muy importantes ya que podemos detectar ambliopías (”ojo perezoso”) o estrabismos latentes (forias)”, indican.
A partir de los 40 años: “En esta etapa comienza la presbicia (o vista cansada) que se produce porque el cristalino, nuestra lente natural, va perdiendo elasticidad y capacidad de enfoque. En esta etapa también pueden empezar a gestarse patologías oculares más graves asociadas a la edad como el glaucoma o presión ocular que de no detectarse a tiempo pueden conducir a pérdidas visuales irreparables” explican.
A partir de los 60 años: “A esta altura se deben aumentar las medidas preventivas para poder realizar un diagnóstico de enfermedades relacionadas con la edad. La patología relacionada con la edad más extendida es la catarata, seguida de la degeneración macular y el glaucoma. Estas dos últimas se encuentran entre las principales causas de pérdida de visión irreversible y las dos avanzan sin síntomas evidentes. Si se tratan a tiempo, es posible detener su evolución”, finalizan.
En el actual contexto sanitario provocado por el COVID-19, en el que se ha observado una gran disminución de las consultas oftalmológicas, el Consejo Argentino de Oftalmología (CAO) -institución nacional que nuclea a todas las sociedades y cátedras de oftalmología del país- destaca que la vida con buena visión es mucho mejor y que para mantenerla hay que conocer cuáles son las revisiones, los cuidados y las medidas de prevención fundamentales. Una tarea en la que el médico oftalmólogo es en el mejor aliado en todas las etapas de la vida.
Consejos para una buena salud ocular
Los médicos oftalmólogos del CAO, recomiendan seguir una serie de hábitos y medidas para mantener la vista saludable a lo largo de los años:
1-Detección temprana: ante cualquier síntoma (como ojos rojos o irritados, dolor ocular, visión borrosa, disminución en la agudeza visual, entre otros) las personas deben acudir al oftalmólogo para una revisión. También los niños deben ser llevados desde temprano a consulta para prevenir enfermedades de la vista.
2-Evitar la fatiga visual: la era digital ha provocado un importante aumento del uso de los dispositivos electrónicos, de modo que se hace aún más importante estar atentos a la aparición de ciertas molestias visuales para consultar a tiempo y evitar problemas mayores a largo plazo. También es importante realizar descansos de la vista, cada media hora, focalizando objetos lejanos y parpadear, para lubricar el ojo.
3-Pasar más tiempo al aire libre: pasear, descansar o realizar actividades al aire libre ayuda a desarrollar habilidades visuales y a potenciar la agudeza visual lejana.
4-Protección: Es importante proteger la vista tanto de la luz solar intensa, como de factores ambientales y de la exposición prolongada a las pantallas digitales en interiores, entre otros riesgos. El uso diario de lentes inteligentes a la luz Transitions, es la medida más sencilla que se puede tomar. Su tecnología fotosensible permite “ver bien” y “verse bien” con un solo par de lentes. En exteriores bloquean 100% los rayos UV al oscurecer en segundos, y en lugares cerrados, donde se está expuesto a la luz artificial y al exceso uso de dispositivos electrónicos, son completamente claros.
5-Llevar una vida saludable: incorporar a la dieta alimentos ricos en vitaminas A, C y E, minerales como el zinc y el selenio o los ácidos Omega 3, que son beneficiosos para la retina y para prevenir el envejecimiento de las estructuras oculares. También es importante realizar ejercicio, reducir el consumo de tabaco y alcohol, mantener un peso saludable y controlar los niveles de azúcar en sangre, presión arterial y colesterol.
6-Historia familiar: estar al tanto si alguien de la familia ha padecido una enfermedad visual es fundamental ya que en la mayoría de los casos suelen ser hereditarias.
7-Prevención: una vez al año se debe realizar una consulta con el médico oftalmólogo, en la que se evaluará la visión de lejos y de cerca, y la necesidad o no de usar anteojos.
8-Adquirir anteojos en ópticas habilitadas: es importante evitar comprar lentes en puestos ambulantes o donde no se asegure su certificación.
En definitiva, es necesario informar y empoderar a las personas, para que conozcan sus necesidades de atención ocular y demanden y busquen los servicios correspondientes en el momento oportuno.
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