El Gobierno de Chile, que ha administrado 3,6 millones de dosis de refuerzo de vacuna contra la COVID-19, publicó uno de los primeros estudios sobre la efectividad de una inyección adicional y apuntó a que reduce hasta en un 96 % el riesgo de hospitalización.
“El estudio midió la efectividad de la dosis de refuerzo y entregó resultados muy promisorios con una alta eficacia para prevenir contagios y hospitalizaciones”, celebró el presidente chileno, Sebastián Piñera sobre los resultados de la investigación, que consideró una muestra total de 11,2 millones de personas y analizó la efectividad de administrar una tercera dosis en 2 millones de personas que habían completado su esquema de inmunización con la china Coronavac, del laboratorio Sinovac.
Según aclaró el doctor Rafael Araos, el académico que lideró el estudio junto a Alejandro Jara, ambos asesores de la Subsecretaría de Salud Pública del Ministerio de Salud de Chile, todas las vacunas analizadas aumentaron “de forma significativa” la efectividad para evitar la enfermedad sintomática con una dosis extra.
La principal conclusión de la investigación arroja que todas las vacunas usadas como dosis de refuerzo, dos semanas después de aplicadas, logran aumentar notablemente los niveles de efectividad para prevenir COVID-19 sintomático. En el caso de CoronaVac, superó largamente las estimaciones con dos dosis, aumentando su efectividad desde 56% a 80.2%. En el caso de Pfizer-BioNTech se eleva de 56% a 90%, y con AstraZeneca, aumenta de 56% a 93%.
Con respecto a las hospitalizaciones, la tercera dosis de AstraZeneca reduce su probabilidad un 96 %, la de Pfizer un 87 % y la de Sinovac un 88 %, frente al 84 % de protección de los que no la recibieron. Chile es pionero en la región en la administración de dosis de refuerzo, con más de 3,6 millones administradas a los mayores de 55 años y otros grupos que se vacunaron primero, de una población de 18 millones. “La evidencia científica muestra que la protección de las vacunas empieza a disminuir con el tiempo. Esta constatación, junto a la amenaza de la variante delta, nos llevó a iniciar este proceso masivo de vacunación de refuerzo”, agregó el mandatario. Mientras que la OMS se opone a esta medida y sostiene que pone en riesgo la distribución equitativa de vacunas en el mundo, las autoridades farmacológicas de Estados Unidos la recomiendan para grupos de riesgo y la Agencia Europea de Medicamentos sostiene que es segura y eficaz para los mayores de 18 años.
“Estos antecedentes nos permiten concluir que la decisión de administrar esta vacuna adicional al esquema fue adecuada y eficiente, ya que nos ha permitido extender en el tiempo los anticuerpos y alargar la protección en la población más vulnerable”, dijo la subsecretaria de Salud, Paula Daza. El análisis se hizo en personas mayores de 16 años que recibieron CoronaVac en el esquema de dos dosis, lo que incluía a 4,79 millones de personas. De esas, 1,5 millones recibieron un refuerzo de AstraZeneca, 371.592 Pfizer y 140.132 la misma de Sinovac.
En tanto, para prevenir la hospitalización por COVID-19, en Sinovac subió de 84% a 88%, a 87% con Pfizer y 96% con AstraZeneca, agregó el experto. Chile se unió a países como Estados Unidos, Alemania, Francia e Israel en dar inyecciones de refuerzo, pese al pedido de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de esperar hasta que más personas en todo el mundo recibieran su vacunación inicial. Hasta el momento, 13,5 de los 19 millones de habitantes del país sudamericano han completado el esquema de vacunación inicial (casi el 89 % de la población susceptible a vacunarse) y más de 3,5 millones han recibido el refuerzo.
También ha logrado inocular a 4 de cada 10 niños de entre 6 y 11 años con Sinovac o con Pfizer. Daza anunció además que desde la próxima semana se iniciará la campaña de dosis de refuerzo a quienes completaron el esquema inicial con Pfizer, AstraZeneca y Cansino, participantes de ensayos clínicos y personas que han homologado vacunas recibidas en el extranjero.
El ministro de Salud, Enrique Paris, resaltó las tempranas negociaciones del Gobierno chileno para acceder a vacunas de diferentes laboratorios y destacó la relevancia de este tipo de estudios que permiten contar con evidencia respecto de los beneficios de la campaña de vacunación. “La importancia de estos estudios realizados en Chile radica en poder contar con información local acerca de la efectividad de las vacunas para apoyar la toma de decisiones, y gracias al amplio número de personas vacunadas y a la disponibilidad de fuentes de información que tiene el país y también a nuestro registro nacional de inmunizaciones, pudimos realizar cruce de datos y análisis avanzados acerca del rendimiento de las vacunas aplicadas en Chile a nuestros conciudadanos”, recalcó.
El país trasandino lleva más de dos meses con la pandemia bajo control, con una tasa de positividad en las pruebas PCR en torno al 1 % y con más libertades que nunca desde la llegada del virus, sin cuarentenas ni toque de queda y con bares, restaurantes y centros deportivos abiertos. En la última semana, el país, que alcanza los 1,61 millones de contagios totales y 37.500 muertes, ha registrado un leve aumento de los contagios, que en las últimas 24 horas llegaron a 981.
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