Con la primavera llegan los días más lindos y con más horas de sol, comienzan los planes y las actividades al aire libre. Uno de los órganos que más debemos cuidar es la piel.
El conocido médico y padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, decía que la piel es la expresión del alma, lo que nos pone en la obligación de prestarle la atención que se merece: la piel siente, suda y tiene necesidades propias. Actúa como una barrera activa entre nuestro cuerpo y el medioambiente, nos preserva de la acción de elementos nocivos.
La piel está inervada por casi un millón de fibras que están distribuidas en forma de terminaciones nerviosas, que hacen posible sentir diferentes sensaciones como el picor, el ardor, el frío y el calor.
Con el cambio de estación, dejamos atrás el invierno seco y frío y pasamos a una temperatura más agradable, que va aumentando de manera paulatina junto con la humedad del ambiente.
En primavera comenzamos a usar ropa más liviana y exponemos nuestra piel, que se ve deshidratada. En las personas con piel sensible o que padecen de alergias cutáneas, dermatitis atópicas y rosácea, entre otras alteraciones, el uso obligatorio del tapaboca/tapanariz obligatorio puede causar irritación, por lo que se recomienda evitar que se humedezca.
Otro de los factores que influyen en la salud de nuestra piel es el estrés, que en este contexto de pandemia es muy factor muy importante y que ya es prolongado.
Nuestra piel necesita de cuidados permanentes durante todo el año, pero es en primavera cuando recomendamos afianzar estos cuidados para que la llegada del verano encuentre una piel ya preparada a la exposición más intensa de los rayos solares.
¿Qué podemos hacer para cuidar la piel en esta época?
- Usar protector solar: debemos usar productos con factor 30 ó 50 todos los días del año. Las consecuencias del cambio climático, el aumento de la contaminación ambiental y la radiación ultravioleta agreden nuestra piel de manera constante, y la piel necesita de un equilibrio para cumplir con la función de barrera natural.
- Hidratarnos: es necesario ingerir aproximadamente 2 litros de agua por día, que no debe ser reemplazada por otras bebidas como jugos, infusiones o gaseosas. Sentir sed es el primer indicio de que necesitamos aumentar la ingestión de agua. Ahora que muchos trabajamos en casa, debemos tener una botellita de agua al lado de la computadora, para tener presente la necesidad de tomar agua.
- Comer frutas y verduras: ayudarán también a que la piel luzca de otra manera, son fuente de vitaminas y pueden reemplazar a los snacks innecesarios y no tan sanos.
- Cremas para evitar el resecamiento de las manos: en el contexto de pandemia, con el uso de alcohol y el lavado más frecuente, las manos se resecan. Además del uso de guantes, se recomienda, sobre todo en las personas alérgicas, el uso de cremas. Estas deben ser ligeras, para evitar que la piel se sienta pegajosa, y con efecto emoliente. Su composición hace que tengan efectos de humectación y lubricación: tienen glicerina, vaselina y lanolina, y también aceites vegetales (oliva, coco, almendras), que mejoran el estado nutricional de la piel. Los productos hipoalergénicos también son de gran ayuda, porque acondicionan y protegen la piel sin riesgo de toxicidad.
El cuidado de la piel no solo tiene un fin estético. Su integridad es fundamental para protegernos de infecciones y agentes nocivos que pueden afectar todo nuestro organismo y funcionamiento.
La dra. Stella Maris Cuevas (MN: 81701) es médica otorrinolaringóloga - Experta en olfato – Alergista. Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA)
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