Una avalancha de publicidades invitan a realizar los más variados tratamientos para mantener la piel saludable y también para embellecerla. Años atrás, los tratamientos de belleza eran solicitados sólo por quienes podían pagarlos sin mayor dificultad. Hoy, personas de diferentes géneros, edades y niveles adquisitivos realizan esfuerzos titánicos para a acceder a fórmulas y tratamientos que las ayuden a cumplir sus objetivos estéticos. Expertos de Colombia y Argentina dieron sus consejos para mantener una piel saludable.
Pero lo que pocos conocen es que, si bien el envejecimiento se ve influenciado por factores genéticos, los hábitos y estilo de vida son los que mayor impacto generan en la piel. Sin hábitos saludables, no hay tratamiento estético que pueda resultar suficiente.
Según la Organización Mundial de la Salud, el 40% de la población mundial sufre algún desorden de sueño. Además, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, publicada en 2019, la prevalencia de actividad física había bajado significativamente respecto de la edición anterior y alcanzaba solo a 6 de cada 10 individuos. En lo que se refiere a la alimentación, la misma encuesta determinó que hubo una reducción de consumo de frutas de un 41% en los últimos 20 años.
“Todos nuestros hábitos influyen en la piel: comer saludable; madrugar, hacer ejercicio, dormir bien en tiempo y profundidad”, introduce el dermatólogo colombiano John Harvey Gaviria, especialista en rejuvenecimiento. Además, asegura que incluso tiene repercusión “sentirse bien, amar y ser amado”.
“Hoy en la consulta hacemos una investigación extensa de la vida del paciente desde el vientre de su madre y, al entender cómo ha sido su vida, podemos entonces dar herramientas apropiadas para cada caso, y para cada piel. Desde adentro y por fuera también. Esa es la clave ir más allá y esa es la forma de realmente mirar en forma integral”.
¿Por qué es necesario mirar de forma integral a una persona para poder mejorar las características de la piel?
El dermatólogo argentino Lucas Ponti, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), explica que “antes se concebía a la información genética como la herencia determinante e inmodificable” pero que, gracias a los avances científicos, hoy se sabe que “los genes solo definen el 30% de nuestra vida” mientras que el 70% restante depende de factores externos. “Éstos son los que realmente definen el envejecimiento y nuestras enfermedades”.
En la misma línea, Gaviria señala: “Muchas de las cosas que vemos en nuestra piel realmente no están en nuestra piel y la piel es solamente el reflector que nos avisa que algo no está bien. La clave en la consulta es saber escuchar al paciente. para entender el origen de eso que se manifiesta en la piel, la causa. Si estamos con cansancio crónico todo el tiempo eso se traduce en nuestra piel. Nuestra piel se verá envejecida, estresada”.
Recomendaciones para mejorar la salud y apariencia de la piel
1. Actividad física, uno de los tres pilares para mejorar el estado dermatológico
La actividad física tiene un impacto directo en la circulación sanguínea. Gracias a esto, mejora la llegada de nutrientes a las células y la eliminación de toxinas, con grandes beneficios para la piel. Se recomienda realizar actividad física durante el día y tratar de mantenerse “activo”, sin la necesidad de convertirse en atletas.
Según la OMS, “Una persona activa es aquella que logra alcanzar los minutos de actividad física que establecen las recomendaciones para cada edad; es decir 60 minutos diarios para los niños y adolescentes y 150 minutos a la semana para los mayores de 18 años”.
2. Dormir bien para mantenerse saludable
Un buen descanso puede ayudar a reparar y tonificar la piel, debido a que cuando dormimos se producen procesos y mecanismos de reparación celular. Se eliminan toxinas y se intensifica la regeneración de la piel.
Para lograr dormir bien, se recomienda cenar comida liviana y equilibrada, dormir por la noche, desde temprano y al menos 8 horas. Además, se sugiere no beber exceso de líquido por la noche, para no despertarse para ir al baño por la madrugada, y especialmente no tomar bebidas con cafeína por la noche.
Asimismo, es muy importante evitar las pantallas a la hora de ir a la cama, para lograr un mejor descanso.
3. Alimentación saludable, fundamental para todas las funciones del cuerpo
La alimentación resulta vital para el organismo en general y también para la piel. Según el doctor Harvey Gaviria, “es de gran ayuda tener una alimentación rica en frutas y verduras, que constituyen la mayor fuente de combustible para tener una buena salud dermatológica. Hay que comer de todas las frutas posibles, porque cada proteína y vitamina que traen, construyen el andamio global que soporta esa matriz de la piel”.
Por su lado, El doctor Ponti expresa: “La piel alimentada con ultra procesados, fast food, harinas y grasas más allá del peso genera el endurecimiento de articulaciones, del endotelio aterosclerosis una piel más dura, envejecida, amarillenta, aumento de arrugas. Miremos cuánto me cocino y cuánto pido”,
4. Desde adentro hacia afuera
El ejercicio físico, el sueño, la alimentación tienen gran incidencia en el organismo en la calidad de vida, pero así también cómo nos sentimos emocionalmente. Y eso se puede reflejar de modo directo en la piel.
Ponti enfatiza que, aunque las cremas puedan ser beneficiosas para la piel, es primordial hacer foco en los hábitos, rutinas y modos en que vivimos. “Se trata de mirar más allá de la piel. Si nosotros entendemos que nuestra piel es un límite geográfico, que tenemos una parte que recibe información de afuera mientras que otra parte recibe información de adentro. En definitiva la clave será cómo vivimos”.
“La rutina de skin care empieza con lo que comés, con las horas que dormís, con el ejercicio que hacés y con lo feliz que te sentís”, aseguran los especialistas.
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