Un corredor les dirá que el mejor momento para empezar a correr es ahora. Ya mismo, cuando lean esta nota, por ejemplo. Porque la verdad es que siempre es un momento adecuado para entrar al mundo del running. El tema es que hay situaciones más amables, que hacen que los que empiezan con dudas puedan sentirse más seguros. Es por ese motivo que todos los años, el número de personas que comienzan con la actividad física al aire libre, incluyendo el running, se incrementa durante los meses de la primavera. Hay muchos motivos para que esto ocurra y lo analizaremos a continuación.
En la primavera quedan atrás las temperaturas frías del invierno, el frío es un motivo que suele ahuyentar a muchos corredores. Correr en invierno requiere algunas consideraciones extras, preparar más ropa, tener algunas precauciones para no pasarse de abrigo y no enfriarse tampoco después de entrenar. Los días empiezan a ser más largos en primavera, por lo que la franja para entrenar con luz natural y al sol se amplía, permitiendo a los corredores más tiempo para elegir cuándo entrenar. Eso ya de por sí invita a muchos corredores a salir a las calles y los parques. Es una época más segura, porque correr de día permite ver mejor por donde se corre.
Pero la primavera es también más amable que el verano. Las temperaturas medias permiten entrenar sin sufrir ni el frío ni el calor. El verano es demasiado agobiante para los corredores y, una vez más, se necesitan muchas precauciones para entrenar sin arriesgarse. ¿Pero acaso no se puede entrenar en invierno o verano? ¡Claro que se puede! Pero los novatos se encontrarán con algunos pequeños detalles que requieren experiencia para controlar sin problemas. Cosas muy menores que igualmente logran que los que recién arrancan se sientan menos motivados. Una vez que uno gana experiencia esto deja de ser relevante.
La mayoría de los grandes maratones del mundo se realizan en primavera y otoño, no en verano e invierno. El número de carreras en primavera es mayor porque el clima es el más amable para realizar ejercicios exigentes. También el otoño, por supuesto, que cumple con muchas de las características de la primavera, aunque no todas. La paradoja es que para correr maratones en otoño y primavera hay que entrenar en verano o invierno. Pero quien prepare un maratón ya no es un novato, eso debe quedar bien establecido.
La primavera es muy motivadora porque todos los indicadores de los ciclos naturales invitan a salir. Los días son más largos y las temperaturas menos frías. Se abren las ventanas y el sol pasa más tiempo sobre nosotros. Florecen las plantas, comienzan los deshielos en las zonas más frías, los animales despiertan de su hibernación, como las personas que dejan de pasar el día dentro de sus casas. Y también vuelven las especies migratorias.
Es significativo lo de la migración, ya que a los corredores que aparecen en primavera pero abandonan en las otras estaciones se los llama corredores golondrina. De hecho hay personas que solo corren tres o cuatro meses al año y luego dejan hasta la primavera siguiente. Es cuestión de no bajar los brazos, de disfrutar esos meses iniciales y enamorarse del running, a la vez que se van aprendiendo trucos para enfrentarse a los climas menos amables.
Muchos eligen otoño porque viene después de las vacaciones y es un buen momento para volver a ponerse en forma. Pero no hay que entender el running como una obligación sino como un placer. Sí, se mejora muchísimo la salud y alejarse del sedentarismo ayuda a tener un peso más cercano al ideal. Pero la clave está en disfrutarlo, en sentir alegría al salir a correr. Para eso también puede ser más fácil salir a correr en primavera.
Cuánto mejor corramos en esta estación, más armados llegaremos a la siguiente. La temperatura va subiendo de a poco y también el corredor novato va aprendiendo a hidratarse correctamente. Los días se irán extendiendo y también el runner sabrá ajustar sus horarios para que al llegar el verano no se entrene en las horas pico de altas temperaturas. Con el otoño y el invierno, lo mismo. Quién arranque en otoño se irá adaptando lentamente al frío. Quién llegue a una nueva primavera habiendo corrido todo un año ya tiene todas las victorias juntas.
Correr es un paso a la vez, algunos son más seguros que otros, muchos consiguen encontrar el ritmo y la estabilidad muy rápidamente, otros no tanto. Con las estaciones del año pasa algo semejante. Se van acumulando y para cuando un corredor se da cuenta ya son lo más natural del mundo. Un paso a la vez, una estación a la vez. Disfrutar y seguir corriendo, siempre.
*Santiago García es maratonista, autor del libro “Correr para vivir, vivir para correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre
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