El grupo farmacéutico anglosueco AstraZeneca anunció hoy muy buenos resultados de un tratamiento contra el COVID-19 que permite reducir de manera importante el riesgo de desarrollar la enfermedad en forma grave.
“Este tratamiento con anticuerpos, cuyo nombre en clave es AZD7442, no había demostrado previamente su eficacia en personas que ya estaban expuestas al virus. Pero al administrarlo antes de estar en contacto con el virus, los resultados fueron muy alentadores ya que reduce el riesgo de desarrollar una forma sintomática en un 77%, según los datos de la fase 3 de ensayos clínicos a gran escala diseñados para medir su seguridad y eficacia”, explicó AstraZeneca en un comunicado.
En estos ensayos, llevados a cabo en España, Francia, Bélgica, Reino Unido y Estados Unidos, participaron 5.197 personas, de las cuales el 75% presentaba comorbilidades. El tratamiento se administró por medio de una inyección vía intramuscular. “Con estos tremendos resultados, AZD7442 podría ser una herramienta importante en nuestro arsenal para ayudar a las personas que pueden necesitar más que una vacuna para recuperar una vida normal”, explicó el doctor Myron Levin, profesor de la Universidad de Colorado en Estados unidos y quien estuvo a cargo de los ensayos.
“Necesitamos otros enfoques para las personas que no están bien protegidas por las vacunas COVID-19”, agregó Mene Pangalos, alto funcionario de AstraZeneca, quien prometió publicar datos adicionales sobre los ensayos a finales de este año. El laboratorio especifica que enviará un expediente a las autoridades de salud (FDA) para obtener un uso de emergencia o una validación en las condiciones del tratamiento, cuyo desarrollo es financiado por el gobierno de Estados Unidos.
AstraZeneca también fue uno de los primeros en validar su vacuna contra COVID-19, que sin embargo planteó dudas debido a los muy raros efectos secundarios, lo que llevó a los países a limitar su uso. Además, un estudio de la Universidad de Oxford presentado el jueves reveló que la vacuna Pfizer/BioNtech es más efectiva para combatir infecciones relacionadas con la variante delta del coronavirus, pero que su efectividad disminuye más rápido que la de la vacuna Oxford/AstraZeneca.
Medicamento prometedor
De ser aprobado por las autoridades regulatorias sanitarias, lo convertiría en el primer fármaco de acción prolongada que no es una vacuna que ha demostrado la prevención de la enfermedad en un ensayo clínico. No hubo casos graves de coronavirus ni muertes en los tratados con el fármaco, mientras que el brazo de placebo acumuló tres casos de enfermedad grave, incluidas dos muertes.
Más de las tres cuartas partes de los 5197 participantes del ensayo en etapa tardía tenían otras afecciones médicas subyacentes, incluidas afecciones que causan una respuesta inmunitaria reducida a la vacunación. De estos, 5.172 no estaban infectados con coronavirus al comienzo del estudio. El medicamento, que podría ser adecuado para pacientes para los que no se recomienda una vacuna, ofrece hasta un año completo de protección contra COVID y fue bien tolerado. El fabricante de medicamentos dijo que los estudios celulares preliminares mostraron que el cóctel neutralizó las variantes virales emergentes, incluida la variante Delta.
Si bien hay varias vacunas seguras y efectivas aprobadas en todo el mundo, incluida una fabricada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, la búsqueda para encontrar tratamientos efectivos, especialmente aquellos que funcionan para prevenir el COVID sintomático, ha tenido menos éxito. La mayoría de los tratamientos se dirigen directamente a la replicación viral o la sobrerreacción inmunitaria del cuerpo en casos graves, pero todos están aprobados para el tratamiento después de la exposición o cuando se confirma la infección, y no antes.
“Actualmente, AstraZeneca está desarrollando una combinación de 2 anticuerpos monoclonales de acción prolongada y se encuentra en fase III del desarrollo, siendo evaluada en estudios clínicos tanto para la prevención como para el tratamiento (pacientes ambulatorios y hospitalizados) de COVID-19. Existe en Argentina, amplia experiencia en la investigación clínica con productos biológicos como los anticuerpos monoclonales, contando nuestro país con centros de investigación altamente calificado”, explicó AstraZeneca en exclusiva para Infobae.
Y completaron: “Esta experiencia ha brindado la base para que Argentina, que ha estado participando en ensayos clínicos de AstraZeneca con anticuerpos monoclonales desde hace más de 10 años en diferentes áreas terapéuticas, sea uno de los 14 países (de Asia, Europa y América) que está actualmente contribuyendo en uno de estos ensayos de fase 3 para tratamiento de COVID. Sólo en este ensayo se han tratado mundialmente más de 800 pacientes, de los cuales más de 50 fueron incluidos en 4 centros de investigación de CABA y Provincia de Buenos Aires”.
Ensayo anterior
Un ensayo para el mismo cóctel de anticuerpos en junio no arrojó resultados prometedores. El mismo se diseñó para estudiar la combinación en pacientes que ya habían estado expuestos al virus. AstraZeneca dijo entonces que tenía la esperanza de que el medicamento pudiera funcionar para prevenir enfermedades si se administraba lo suficientemente temprano. AstraZeneca tiene un acuerdo con los EEUU para suministrar hasta 700.000 dosis del tratamiento por hasta 726 millones de dólares.
Los cócteles de anticuerpos son difíciles de administrar y costosos de preparar, lo que los hace rentables solo si sus efectos son significativos. Se ha demostrado que los enfoques preventivos en las enfermedades infecciosas cambian las reglas del juego, incluso para el VIH, donde los tratamientos existentes y autorizados pueden reducir el riesgo de contraer la infección hasta en un 99%.
En otra noticia alentadora de un tratamiento contra COVID-19, hoy la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) del Reino Unido autorizó el uso del cóctel de anticuerpos Regeneron, para ser utilizado por el Servicio Nacional de Salud (NHS) en las próximas semanas. Los dos potentes anticuerpos neutralizantes de virus (casirivimab e imdevimab) que forman el cóctel, se unen de forma no competitiva al dominio crítico de unión al receptor de la proteína de pico del virus, lo que disminuye la capacidad de los virus mutantes para escapar del tratamiento y protege contra las variantes de pico que han surgido en la población humana, como se detalla en los estudios científicos publicados en las revistas Cell y Science.
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