La peligrosa inequidad que hoy existe en el mundo en el acceso, distribución y aplicación de las vacunas contra el COVID-19 avizora el riesgo de tener una pandemia interminable a raíz del peligro por el surgimiento de nuevas variantes en aquellas personas todavía no protegidas.
Pese a los insuficientes esfuerzos de varios gobiernos de países pobres o en vías de desarrollo y del clamor de varias ONG´s, entidades sanitarias y hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS), que no pude hacer funcionar como debiera el mecanismo COVAX para el acceso equitativo y justo de las dosis, los países productores de vacunas siguen adelante en su cerrada meta de vender más vacunas, no liberar patentes y retrasar las donaciones prometidas a las naciones más necesitadas. Muchos, incluso, anunciaron la implementación de vacunas de refuerzo o terceras dosis (segundas del esquema completo de una aplicación), para su población de cara a un posible aumento de contagios debido a la llegada del invierno y ante la preocupación que genera la nueva variante Delta, hasta un 80% más contagiosa que el virus original.
Los expertos sanitarios en todo el mundo advierten que esta estrategia podría retrasar los esfuerzos para poner fin a la pandemia. Cada dosis de refuerzo, dicen, representa una dosis de vacuna que, en cambio, podría ir a países de ingresos bajos y medianos, donde la mayoría de los ciudadanos no tienen protección en absoluto y donde podrían surgir variantes peligrosas del coronavirus a medida que aumenten los casos. También coinciden en que los actuales datos de protección de las vacunas aún no muestran que se necesiten dosis adicionales para salvar vidas, excepto quizás para las personas con sistemas inmunológicos comprometidos, que podrían no generar gran parte de una respuesta de anticuerpos a las inyecciones iniciales contra COVID-19.
Un análisis interno de la OMS estima que si los 11 países ricos productores de vacunas aplicaran dosis de refuerzo a mayores de 50 años, consumirían 440 millones de dosis que podrían ir directamente a los brazos de quienes no recibieron todavía ni una sola en países atrasados en sus esquemas vacunatorios contra el coronavirus. Y si todas las naciones de ingresos altos y medianos altos hicieran lo mismo, la estimación se duplica. Así de sombrío es el actual panorama mundial que parece, una vez más, no encontrar un equilibrio sostenido para terminar con una pandemia que afecta a todos los países y que amenaza con perpetuarse a medida que pase el tiempo y surjan nuevas variantes del virus más contagiosas en aquellos organismos no protegidos.
La OMS sostiene que estas vacunas serían más útiles para frenar la pandemia si se enviaran a países de ingresos bajos y medianos bajos, donde más del 85% de las personas, unos 3.500 millones, no han recibido una sola dosis. “La prioridad ahora debe ser vacunar a quienes no han recibido ninguna dosis”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una sesión informativa reciente.
“Demorar los refuerzos anunciados al menos hasta finales de septiembre permitiría reducir la desigualdad en la distribución de dosis de vacunas entre países ricos y pobres y ayudaría a combatir la pandemia que se ha cobrado ya 4,2 millones de muertos en el mundo. No podemos aceptar que países que ya utilizaron la mayor parte del suministro mundial de vacunas utilicen aún más, mientras que las personas más vulnerables del mundo siguen sin protección”, expresó enfático Ghebreyesus.
Pero Washington rechazó la idea. “Sentimos que es una elección falsa y que podemos hacer ambas cosas”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki. Agregó que Estados Unidos ha donado más dosis que ningún otro país. “Tenemos suficiente suministro para que, si la FDA decide que los refuerzos son recomendables para una parte de la población, podamos proveerlos”, precisó.
Las donaciones anunciadas por EEUU no son suficientes. Sólo han donado 110 millones a 60 países, de las 11.000 millones necesarias para los países más vulnerables. Y aunque la UE ha hecho promesas ambiciosas sobre las donaciones de vacunas, el bloque y sus países continúan atrás de Estados Unidos, según funcionarios, informes y datos disponibles públicamente. Josep Borrell, vicepresidente de la Comisión Europea, dijo que la Unión Europea (UE) se encuentra muy por debajo de los 200 millones de dosis que prometió que donaría antes de fin de año. Según las cifras de la UE del lunes, el bloque ha donado 7,1 millones de dosis a otros países, incluidos casi 1,59 millones a través de Covax.
La OMS considera que esta moratoria de aplicación de una tercera dosis permitiría llegar a la vacunación de 10% de la población mundial a fines de septiembre. Al menos 4.270 millones de dosis se han inoculado en todo el mundo hasta ahora. En países considerados de altos ingresos por el Banco Mundial, 101 dosis cada 100 personas han sido inyectadas. Pero en los 20 países de ingresos más bajos, la cantidad cae a 1,7 cada 100 personas. La jefa de vacunas de la OMS, Kate O’Brien, dijo que no hay pruebas convincentes sobre la necesidad de una tercera dosis.
Todas las vacunas COVID-19 autorizadas por la mayoría de los países de ingresos altos reducen el riesgo de hospitalización y muerte de una persona en más del 90%. Los científicos aún no saben cuánto más un refuerzo, por lo general una inyección adicional de una vacuna basada en ARNm además de las dosis estándar, protegería a la persona promedio, aunque los datos están comenzando a llegar. Los efectos de no recibir ninguna vacuna están más seguros. En el continente africano, donde solo el 2% de las personas han sido vacunadas, las tasas de COVID-19 están aumentando, con tasas de mortalidad más altas que el promedio mundial.
Sin vacunas, dicen los investigadores, las mejores herramientas para frenar la propagación de infecciones son intervenciones gubernamentales como el cierre de empresas y escuelas, que pueden tener consecuencias económicas devastadoras. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que 95 millones de personas fueron empujadas a la pobreza extrema durante la pandemia el año pasado, y las cifras están aumentando. El 27 de julio, la organización informó sobre una brecha de riqueza cada vez mayor entre los países ricos y el resto del mundo.
Además, los biólogos evolutivos dicen que los países con baja cobertura de vacunación están listos para la aparición de más variantes peligrosas del coronavirus SARS-CoV-2. “En este momento, nuestro destino depende de la distribución de vacunas para que no se produzca una transmisión continua. No queremos perseguir nuestra cola en términos de nuevas variantes”, alertó el doctor Nahid Bhadelia, director del Centro de Políticas e Investigación de Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Boston en Massachusetts.
Paul Bieniasz, un virólogo de la Universidad Rockefeller (Estados Unidos) afirmó que “permitir que el virus circule de manera descontrolada, acumulando diversidad genética, y luego proteger de manera incompleta a la población con las vacunas es lo que uno haría para generar mutantes resistentes a las vacunas”.
Anuncios de vacunas de refuerzo
A medida que el coronavirus continúa infectando y matando a tasas alarmantes en todo hemisferio Sur con América latina y África a la cabeza, donde los niveles de vacunación siguen siendo catastróficamente bajos, la decisión de los países ricos de dar inyecciones de refuerzo a su propia gente en lugar de donar esas dosis a las naciones más pobres es profundamente controvertida, llevando a defensores y expertos, incluida la Organización Mundial de la Salud, de calificar la medida de inmoral.
Estados Unidos se uniría a Alemania, Francia e Israel al dar inyecciones de refuerzo, ignorando una petición de la OMS de esperar hasta que más personas en todo el mundo puedan recibir su primera vacuna. Los reguladores en el país deben aprobar completamente las vacunas contra el COVID-19 o modificar sus autorizaciones de uso de emergencia antes de que los funcionarios puedan recomendar inyecciones adicionales, pero los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) trabajan para que las terceras dosis estén disponibles antes en ciertas circunstancias, según funcionarios del gobierno.
“Es extremadamente importante para nosotros avanzar para darles a esos individuos sus refuerzos y ahora estamos trabajando en eso”, dijo esta semana el principal experto en enfermedades infecciosas del país, Anthony Fauci. Es que Fauci, como otros expertos infectólogos piensan que el aumento de casos en Estados Unidos como resultado de la propagación de la contagiosa variante Delta se puede revertir con vacunas adicionales.
El Gobierno ha estado impaciente por frenar la oposición de algunos estadounidenses por vacunarse mientras la variante Delta arrasa el país. Siete estados con las tasas de vacunación más bajas representan la mitad de los nuevos casos y hospitalizaciones del país por COVID-19 en la última semana, dijo el jueves la Casa Blanca. Los casos de COVID aumentaron alrededor de un 43% con frente a la semana previa y las muertes diarias aumentaron más de un 39%, según la directora de los CDC, Rochelle Walensky. Estados Unidos alcanzó un máximo de nuevos casos de COVID en los últimos 6 meses, con más de 120.000 infecciones informadas el viernes.
Siguiendo los pasos de Israel, el lunes Alemania anunció que comenzaría a ofrecer inyecciones de refuerzo en septiembre a los ancianos, los inmunodeprimidos y cualquier persona que haya recibido un régimen completo de las inyecciones de AstraZeneca o Johnson & Johnson, que pueden no ser tan protectoras como las vacunas de ARNm. “Queremos proteger a los grupos particularmente en riesgo lo mejor posible en otoño e invierno. El riesgo de que disminuya la protección contra la vacunación es mayor para esas personas “, dijo el ministro de salud de Alemania, Jens Spahn, en un comunicado.
En Francia, aquellos que fueron los primeros en recibir la vacuna (residentes de hogares de ancianos, mayores de 75 años y personas con problemas de salud graves) serán elegibles para los refuerzos en septiembre, dijo el presidente Emmanuel Macron el mes pasado.
En Gran Bretaña, funcionarios del Departamento de Salud y Asistencia Social dijeron que se están preparando para ofrecer inyecciones de refuerzo en septiembre, pero están esperando orientación y confirmación del panel asesor de expertos del país. El programa de refuerzo garantizaría que “millones” de personas mantengan la protección “antes del invierno y contra nuevas variantes”, dijo un portavoz. Hungría, que ha autorizado una gama más amplia de vacunas contra el coronavirus que sus vecinos, incluidas las formulaciones de Rusia y China, ofrece inyecciones de refuerzo para todos, independientemente de la edad o el estado de salud, y recomienda que las personas esperen al menos cuatro meses después de su segunda dosis. Y altos funcionarios en España e Italia han dicho que es muy probable que los residentes necesiten un refuerzo.
Las decisiones sobre los refuerzos también podrían verse influenciadas por el aumento de la variante Delta en muchas partes del mundo y la posibilidad de que las personas vacunadas puedan transmitirla a otras personas si se infectan. En teoría, reducir aún más el riesgo de infección para las personas vacunadas disminuye la posibilidad de propagación de Delta. La variante se informó por primera vez en India a fines de 2020, pero siguió siendo relativamente rara hasta marzo, cuando se produjo un aumento. Pocas personas en el país habían sido vacunadas en ese momento, lo que permitió que el virus se propagara en la India y más allá.
Un escenario similar podría ocurrir nuevamente en un área con baja cobertura de vacunación y mucho COVID-19, como ocurre en varios países del mundo hoy, ya que en los lugares donde ocurren más infecciones, hay más virus replicando y, por lo tanto, más oportunidades para que evolucionen nuevas variantes.
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