El último informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, que consideraron que la variante Delta del coronavirus es tan contagiosa como la varicela sumó más preocupación a la población y obligó a los expertos a redoblar esfuerzos para combatir la actual pandemia que ya dejó casi 200 millones de infectados y más de 4,2 millones de muertos en el mundo.
Ocurre que, según el informe dado a conocer la semana pasada, la variante también tiene más posibilidades de superar las protecciones otorgadas por las vacunas, según el informe, y que la marcha atrás de la agencia el martes sobre las recomendaciones de uso de las máscaras o tapabocas para todas las personas, incluso para los estadounidenses completamente vacunados, se basó en este documento.
A pesar de la falsa sensación de que al estar vacunado ya uno está completamente inmunizado contra el COVID-19, los especialistas y desarrolladores de vacunas advierten que estas no previenen en un 100% la posibilidad de infectarse. Lo que sí hacen es prevenir que la enfermedad se desarrolle en forma grave y la persona termine con asistencia respiratoria mecánica y muchas complicaciones.
La vacunación, al igual que el contagio, inmuniza hasta cierto grado a la persona afectada, que, generalmente, no sufrirá síntomas o estos serán leves en futuras reinfecciones. Pero eso no significa que el virus desaparezca. Incluso puede volver a contagiar. La clave está en la actividad del sistema inmunitario y en la capacidad de proliferación del virus en estas personas. Un sistema inmunitario entrenado elimina el virus antes de que éste pueda causar graves daños en el organismo.
Según datos del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud (SNVS) y los datos del Registro Federal de Vacunación Nominalizado (NomiVac), de Argentina, menos del 0,5% de las personas vacunadas con la primera o segunda dosis tuvieron COVID-19, transcurridos por lo menos 14 días de aplicada la primera dosis. Solo un 0,49% de las personas que recibieron la vacuna Sinopharm se enfermaron con coronavirus dos semanas después de aplicarse la primera dosis, según un informe de porcentaje de contagios en la Argentina posteriores a la inmunización que divulgó el Ministerio de Salud, que ratificó que la inoculación “claramente disminuye la potencial ocurrencia de complicaciones, hospitalizaciones y muerte”.
En tanto, en el caso de la vacuna Sputnik V un 0,27% de los inmunizados contrajeron la enfermedad después de 14 días de la primera dosis. De quienes recibieron la vacuna Covishield (AstraZeneca), solo se enfermó de COVID-19 un 0,46% cumplidas dos semanas de haber sido inoculados.
La eficacia de las vacunas
La Sinopharm tiene una eficacia de 79,34% de acuerdo a los resultados del primer análisis interino de los resultados del ensayo de Fase 3 divulgados en diciembre pasado por la farmacéutica china de propiedad estatal. Ese laboratorio informó, además, que los participantes de las pruebas que recibieron dos dosis produjeron un alto nivel de anticuerpos contra el SARS CoV-2 a una tasa del 99,52%.
En el caso de la Sputnik V, los estudios demostraron reducir la probabilidad de enfermedad sintomática en un 91% y cercana al 100% en formas graves, hospitalización y mortalidad. La eficacia reportada para la vacuna de Covishield indica una reducción de entre el 70 y el 80% de la probabilidad de enfermedad sintomática y cercana al 100% para formas graves, hospitalización y muerte.
El director nacional de Control de Enfermedades Transmisibles, Juan Manuel Castelli, explicó que “la vacuna claramente disminuye la potencial ocurrencia de complicaciones, hospitalizaciones y muerte pero no evita totalmente la enfermedad”. También insistió en que la inmunidad se alcanza recién después de los 21 días de la aplicación y que, aun así, hay que mantener los cuidados.
Según el doctor Bill Moss, pediatra y profesor de epidemiología de enfermedades infecciosas en la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg en Baltimore, “habrá algunas personas que no estarán protegidas, ni siquiera con dos dosis de la vacuna, pero deberían tener una enfermedad más leve”, explicó Moss. “Las vacunas son realmente muy protectoras contra la enfermedad grave, por lo que incluso aquellos que contraen COVID-19 después de dos dosis de la vacuna tienen muchas más probabilidades de tener una enfermedad leve”.
Moss señaló que en este momento, con altas tasas de transmisión y miles de casos de COVID-19 diagnosticados diariamente, la cantidad de virus que circula en el mundo alta, especialmente porque es bastante temprano en el proceso de vacunación. “Una vez que la transmisión comunitaria comience a disminuir, veremos menos casos en general y, como resultado, menos brotes”, sostuvo.
“Puede ocurrir después de la primera dosis o después de la segunda”. De esta manera, se vuelve fundamental el cuidado post vacuna con distancia social y mascarilla”, analizó el médico infectólogo Roberto Debbag.
“La vacuna protege contra las formas graves de la enfermedad. No evita al 100% el contagio. Por eso decimos que la vacuna es un elemento más de la protección contra el virus y debemos seguir cuidándonos”, manifestó consultado por este medio el infectólogo Lautaro de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología.
Para Moss, una vez que la población se haya vacunado por completo, lo que significa que ha recibido ambas dosis de la vacuna y esperado dos semanas después de la segunda dosis, debe tomar las mismas precauciones, como el uso de barbijo y distanciamiento social en público. “No hay nada diferente que la gente debería estar haciendo ahora que nos empezamos a vacunar”, dijo el especialista.
Entonces, si doy positivo después de haber recibido el esquema completo de vacunación, ¿qué debo hacer?
Según los CDC de Estados Unidos, si una persona que se encuentra totalmente vacunada comienza a experimentar síntomas asociados al COVID-19 debe aislarse durante diez días y hay que realizar un rastreo de contactos estrechos.
Si el PCR da positivo, hay que informar al proveedor de atención médica y en el caso de tener que salir del hogar para ir al médico, se debe hacer llevando mascarilla y con distanciamiento social.
¿Y qué ocurre con la gente que vive en tu misma casa?
En lo posible, la persona que dio positivo debe aislarse y estar confinada en una habitación y un baño propio. Si no es posible utilizar baño diferente, desinfectar siempre luego de su uso por parte del paciente. Evitar compartir utensilios como cubiertos, vasos, entre otros. Se debe limpiar y desinfectar a diario las superficies de alto contacto; lavar ropa, sábanas y toallas muy frecuentemente; mantener distancia; y ventilar a menudo las habitaciones.
“Si es posible, mantén una distancia de dos metros entre la persona enferma y los demás miembros de la casa”, constatan los CDC. Esto es especialmente importante porque existe la posibilidad de que la persona contagie a otros, especialmente los que convivan con éste y no se encuentren inmunizados, o personas que no pueden vacunarse por cuestiones específicas.
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