Una buena alimentación protege. Para hacer frente a amenazas como bacterias, virus, hongos o parásitos, el sistema inmunológico ha evolucionado para incluir una gran variedad de tipos de células especializadas, moléculas comunicantes y respuestas funcionales. Este sistema está siempre activo, realizando vigilancia, pero su actividad aumenta si un individuo se infecta. Esta mayor actividad requiere fuentes de energía, sustratos para la biosíntesis y moléculas reguladoras, que en última instancia se derivan de la dieta.
“Se ha demostrado que varias vitaminas (A, B6, B12, ácido fólico, C, D y E) y oligoelementos (zinc, cobre, selenio, hierro) desempeñan un papel clave en el apoyo al sistema inmunológico humano y en la reducción del riesgo de infecciones”, señala el doctor Philip C Calder en un paper publicado en Nutrition, Prevention & Health del British Medical Journal.
En su trabajo sobre el rol del sistema inmune y la importancia de la nutrición para protegerse contra el COVID-19, el científico de la Universidad de Southampton, Reino Unido, asegura que “también son importantes otros nutrientes esenciales, incluidas otras vitaminas y oligoelementos, aminoácidos y ácidos grasos”.
Cada uno de los nutrientes mencionados anteriormente tiene funciones de apoyo a la defensa antibacteriana y antiviral, pero el zinc y el selenio parecen ser particularmente importantes para este último: “Parece prudente que las personas consuman cantidades suficientes de nutrientes esenciales para apoyar su sistema inmunológico y ayudarlos a lidiar con los patógenos en caso de que se infecten”.
“La microbiota intestinal juega un papel en la educación y la regulación del sistema inmunológico. La disbiosis intestinal es una característica de la enfermedad que incluye muchas enfermedades infecciosas y se ha descrito en COVID-19”, aclaró.
“Mientras que una dieta saludable puede hacer muchas cosas, no puede prevenir que un patógeno como el coronavirus entre en su cuerpo”, aclaran las dietistas Natalie Castro y Lucette Talamas en un artículo publicado en el Baptist Health South Florida. “Usted puede prevenir las infecciones siguiendo las recomendaciones de los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. (CDC por sus siglas en inglés), incluyendo el uso de una mascarilla facial cuando esté fuera de su casa, el distanciamiento social y el lavado adecuado y frecuente de las manos”.
Sin embargo, refuerzan, una dieta saludable proporciona nutrientes esenciales para fortalecer la respuesta de su sistema inmunológico para combatir los patógenos. Los alimentos altos en vitamina A (o betacaroteno), vitamina C, vitamina E, vitamina D, antioxidantes y otros nutrientes mantienen su sistema inmunológico funcionando de manera óptima”.
De esta manera, recomiendan una serie de alimentos y nutrientes para incorporar en nuestra alimentación:
Alimentos naranjas
“La calabaza, el calabacín, la batata, las zanahorias y los mangos son todos ricos en betacaroteno, el cual se ha demostrado que ofrece protección para los pulmones y ayuda con la inmunidad. Las naranjas, la espinaca, los tomates y el brócoli también son buenas fuentes de betacaroteno”, describieron.
Vitamina D
Se encuentra en aceites de hígado de pescado, pescados grasos (salmón, arenque, bacalao, sardinas), lácteos enteros o descremados fortificados con vitamina D, yema de huevo y vísceras. “La exposición a la luz solar aporta aproximadamente el 90% de la vitamina D necesaria”, cuenta el doctor Alberto Cormillot en diálogo con Infobae.
Vitamina C
Se halla en altas concentraciones en frutas cítricas, frutilla, kiwi, melón, frutas tropicales (guayaba, mango, papaya), tomate, ají, crucíferas (brócoli, coliflor, repollitos de Bruselas), berro, espinaca, acelga. Conviene ingerir estos vegetales en cantidades generosas para asegurar la cobertura del requerimiento diario y evitar los catarros tan típicos de estas épocas. Para ayudar a la economía se puede elegir los vegetales de estación. Conviene exprimir las frutas cítricas (naranja, pomelo, mandarina, limón, kinoto, bergamota) inmediatamente antes de tomar el jugo para aprovechar toda la vitamina C, que se va perdiendo al contacto con la luz y el aire. También es mejor cocinar los vegetales al vapor, con la menor cantidad de agua y durante el menor tiempo posible: esto reduce la pérdida de vitamina C que se produce durante la cocción. Se recomienda comer por lo menos tres frutas al día, una de ellas, cítrica.
Zinc
Se halla en huevos, cereales integrales, germen de trigo, levadura de cerveza, mariscos, pescados, carnes rojas y de ave, hígado y frutas secas. “El zinc no solamente ayuda al sistema inmunológico a combatir las bacterias y los virus invasores, pero también ayuda a sanar las heridas y es importante para mantener los sentidos del gusto y el olfato”, aseguran las expertas.
Probióticos
Son microorganismos vivos (bifidobacterias y lactobacilos) que generan anticuerpos en el intestino y mejoran el estado inmunológico del sistema digestivo, la mucosa de los bronquios y las glándulas mamarias. Los probióticos más comunes se ingieren en productos lácteos fermentados como los yogures.
Prebióticos
Los prebióticos son fibras vegetales especializadas. Actúan como fertilizantes que estimulan el crecimiento de bacterias sanas en el intestino. Se encuentran en el trigo, el ajo, la cebolla, los espárragos, el puerro y la remolacha.
En tiempos de pandemia y de vacunación, además, “contar con un sistema inmune que trabaja adecuadamente ayuda también a sacar el máximo provecho de las vacunas”. Así lo explicó el médico especialista en Nutrición, Silvio Schraier (MN 57.648), para quien “en contextos como el de la actual pandemia de COVID-19, conocer de qué manera es posible fortalecer el sistema inmunológico cobra más relevancia que nunca”.
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