Todos los corredores que empiezan con el running van mirando de reojo a los que corren maratón. Observan en todos lados que la gente enloquece de alegría al cruzar la meta de la distancia madre del atletismo. Escuchan hablar del maratón de Buenos Aires, de Nueva York, de Londres, de cada ciudad grande del mundo y se preguntan cuándo llegará el momento para estar también en la línea de largada.
Que quede claro: cuando nos referimos a maratón hablamos de 42 kilómetros y 195 metros. No hay otra distancia que pueda ser llamada maratón, no importa lo que algunas carreras con astuto marketing intenten promocionar. Es la distancia de calle más exigente para la resistencia física de un corredor y la que lleva más tiempo de preparación. Sí, todas las carreras tienen sus complejidades, pero un maratón mal preparado y un debut antes de tiempo pueden producir un desastre.
Correr una primera carrera lleva meses si alguien intenta correrla de verdad y no como un trote más lento que un domingo de entrenamiento liviano. Hacerlo bien requiere preparación. Un poco de paciencia y pronto estaremos pasando la primera meta, una experiencia inolvidable que a muchos nos ha cambiado la vida.
Aventurarse en un medio maratón, es decir veintiún kilómetros, requiere ya otra preparación. Alguna experiencia en 10 Km, muchos entrenamientos y fondos de más de quince kilómetros. Una vez alcanzada esa meta, se puede empezar a soñar con un maratón. Si no pudimos correr al menos dos tercios de esos veintiún kilómetros, entonces hay que seguir insistiendo, pero si todo sale bien, adelante.
Correr varias carreras, conocer el cuerpo, entender lo que se va a vivir con esfuerzos prolongados son todos los ingredientes necesarios para lanzarse al plan de los 42 Km. Un maratón no son dos medios maratones, es un esfuerzo que ningún corredor puede entender hasta que lo realiza. Por eso hay que recordar varias cosas antes de dar el gran paso. Un maratón nos va a llevar hasta el límite de nuestra energía, no debe ser tomado a la ligera.
No hay que anotarse en un maratón si uno no está listo para correr esa distancia y sobre todo para prepararla. Aunque la vida siempre tiene cambios inesperados, lo primero que hay que analizar es sí por las fechas del maratón que queremos correr vamos a tener la posibilidad de prepararla correctamente. El entrenamiento de maratón no empieza de cero, pero los tres meses intensos de preparación debe estar correctamente planificados. Si vamos a correr en otoño, entrenaremos en verano, si vamos a correr en primavera, nos tocarán los días invernales para correr. Siendo esas las temporadas altas de carreras, hay que elegir que nos resulta mejor para el debut.
Correr un maratón requiere un gran compromiso físico y mental. Habrá día más difíciles y otros más amables, pero hay que trabajar mucho para llegar bien a la carrera. El primer maratón es el más agobiante para la mente, porque la ansiedad y la carga de kilómetros afectan el humor. Pero haciendo las cosas bien y con sentido común, se puede tener un primer maratón excelente. Hecho de manera ordenada será todo lo fantástico que un corredor puede imaginar. Todo entrenamiento produce sus frutos y la alegría dura para siempre.
*Santiago García es maratonista, autor del libro “Correr para vivir, vivir para correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre
Realización: Thomas Khazki / Edición de video: Carolina Villanueva / Guión: Nicolás Spalek
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