Cuatro de los 6 coronavirus con capacidad para infectar a los seres humanos, identificados antes del SARS-CoV-2, causan enfermedad estacional, particularmente enfermedad leve de la vía aérea, y tienen una incidencia elevada a nivel mundial (15-30% de las infecciones del tracto respiratorio superior).
Sobre la base del conocimiento de otros coronavirus, especialmente los que causaron el síndrome respiratorio agudo severo y las epidemias de síndrome respiratorio de Oriente Medio, es de esperar que los casos de enfermedad del Sistema Nervioso Central (SNC) y del sistema nervioso periférico causados por el SARS-CoV-2 sean raros. Pero un número creciente de informes de casos describe una amplia gama de manifestaciones neurológicas en 901 pacientes, en el estudio que encaró un grupo de profesionales del Instituto Nacional de Investigación en Salud Unidad de Investigación de Protección de la Salud en Infecciones Emergentes y Zoonóticas de la Universidad de Liverpool en el Reino Unido.
Estas características parecen ser una combinación de complicaciones inespecíficas de una enfermedad sistémica, los efectos de una infección viral directa o una inflamación del sistema nervioso y la vasculatura, que pueden ser parainfecciosas o posinfecciosas. En esta revisión rápida, consideramos qué manifestaciones neurológicas podrían esperarse del COVID-19, dado lo que se sabe sobre los coronavirus relacionados y los virus respiratorios en general. “Resumimos la evidencia hasta la fecha para COVID-19, examinamos los supuestos mecanismos de la enfermedad y finalmente sugerimos un marco para investigar a los pacientes con sospecha de enfermedad neurológica asociada a COVID-19 para respaldar los estudios clínico-epidemiológicos, del mecanismo de la enfermedad y del tratamiento”, explicaron los científicos a cargo de la investigación.
Aunque las complicaciones neurológicas son raras en el SARS, MERS y COVID-19, la escala de contagios que ha alcanzado la pandemia en la actualidad significa que incluso una pequeña proporción podría acumularse en un gran número de casos. La prevalencia mínima de complicaciones del SNC alcanzó hasta el 4% para el SARS y el 20% para el MERS, y las complicaciones del SNP oscilaron entre el 0,05% para el SARS y el 16% para el MERS, del cual extrapolaron el número de casos con complicaciones neurológicas de COVID-19. Dados los millones de casos de COVID-19 en todo el mundo, estas prevalencias se proyectan a un total de entre una mínima de 1800 y una proyección máxima que llegaría a los 10 mil pacientes con complicaciones del SNC y de 2400 a cerca de 8000 con complicaciones del SNP.
Estos números, que no incluyen los síndromes cada vez más importantes de la infección por COVID-19 asociada al accidente cerebrovascular, aumentarán a medida que continúe la pandemia, según pronósticos del estudio encabezado por el especialista Mark A. Ellul. “También es probable que la enfermedad neurológica se observe cada vez más en pacientes que son positivos para el SARS-CoV-2 pero con pocas o ninguna característica típica de COVID-19, según el conocimiento de otras infecciones virales epidémicas y los casos notificados hasta ahora -explica el profesional-. Se necesitarán estudios de casos y controles para ayudar a establecer si el SARS-CoV-2 es causal o coincidente en estos pacientes. Los estados de hipercoagulabilidad y la enfermedad cerebrovascular, que se han observado raras veces en algunas infecciones virales agudas, son una complicación neurológica importante del COVID-19”.
En general, la proporción de pacientes con manifestaciones neurológicas es pequeña en comparación con la de la enfermedad respiratoria. Sin embargo, la continuación de la pandemia y la expectativa de que entre el 50% y el 80% de la población mundial se infecte antes de que se desarrolle la inmunidad colectiva, sugieren que el número total de pacientes con enfermedades neurológicas podría aumentar. Las complicaciones neurológicas, en particular la encefalitis y los accidentes cerebrovasculares, pueden causar una discapacidad de por vida, con necesidades asociadas de atención a largo plazo y costos sanitarios, sociales y económicos potencialmente elevados. “Los planificadores de la atención de la salud y los encargados de formular políticas deben ser conscientes de la creciente carga”, enfatiza Ellul.
Se necesitan estudios clínicos, diagnósticos y epidemiológicos cuidadosos para ayudar a definir las manifestaciones y la carga de la enfermedad neurológica. “Este trabajo implicará la colaboración de una variedad de experiencia clínica y de investigación, y enfoques armonizados en todas las regiones”, señalan los especialistas en su documento. Las series de casos y los registros más pequeños deben combinarse en metanálisis como el de la Neuro Network COVID-19 que se realiza a través de Brain Infections Global, que también proporciona formularios estandarizados de registros de casos y definiciones de casos.
Del casi millar de casos estudiados en la presente investigación se ha hallado encefalopatía en el 7% de pacientes hospitalizados con COVID-19 en Wuhan, China, y 69% de pacientes en cuidados intensivos con COVID-19 en Francia. Hasta mayo pasado se informaron 8 pacientes con encefalitis, y 19 pacientes con síndrome de Guillain-Barré. Se detectó SARS-CoV-2 en el LCR de algunos pacientes. La anosmia y la ageusia son comunes y pueden ocurrir en ausencia de otras manifestaciones clínicas. Una patología emergente es la enfermedad cerebrovascular aguda, que aparece como una complicación importante (2-6% de pacientes hospitalizados con COVID-19).
Hasta hoy, se han descrito 96 pacientes con ACV asociado a COVID-19. “También es probable que la enfermedad neurológica se observe cada vez más en los pacientes con SARS-CoV-2 positivos, pero con poca o ninguna manifestación de COVID-19”, concluyó Ellul.
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