Los científicos que desarrollaron las distintas vacunas contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 siempre supieron que, por las características propias de este patógeno, eventualmente se necesitarían a futuro dosis de refuerzo para mantener la inmunización correcta.
Por eso, ahora los fabricantes de vacunas ya diseñan el plan estratégico que significarán la dosis de refuerzo en la lucha contra el COVID-19, que sigue sumando miles de contagios y muertos debido también a la aparición de nuevas variantes en distintos puntos del globo.
Si bien los refuerzos no son necesarios ahora, se necesita más información para decidir si las personas podrían eventualmente necesitar dosis de refuerzo de las vacunas de COVID-19. Los miembros del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC) discutieron esta semana cuándo podría ser el momento de que la agencia hiciera recomendaciones para las dosis de refuerzo y coincidieron en su mayoría en que se necesitan más datos sobre los beneficios de los refuerzos pensados.
Una de las particulares situaciones que los expertos de la ACIP podrían evaluar para autorizarla sería la aparición de casos disruptivos como muchos infectados que previamente haya sido vacunados completamente (ya sea con una o dos dosis, según la vacuna aplicada).
“Lo que estamos buscando es una mirada muy cuidadosa a los casos disruptivos y también si actualmente hay un aumento en los ancianos; eso sería bastante claro porque actualmente están muy bien controlados. Sería un error dar dosis de refuerzo sin tener información sobre el número uno: ¿refuerzan? Y un poco de datos de seguridad. De modo que tendríamos una idea de que el refuerzo sería beneficioso antes de que pudiéramos incurrir en un riesgo desconocido”, explicó la doctora Sarah Long, miembro del ACIP y profesora de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Drexel.
Hoy en Estados Unidos hay aprobadas para uso de emergencia tres vacunas contra el coronavirus: la vacuna de Pfizer/BioNTech de dos dosis para personas mayores de 12 años, la vacuna de Moderna de dos dosis y la vacunas de Johnson & Johnson de dosis única para todas las personas mayores de 18 años. Los investigadores y los funcionarios de salud sospechan que la inmunidad contra el covid-19 que estas vacunas provocan en el cuerpo podría disminuir con el tiempo, posiblemente después de un año o más, y podría no proteger tan bien contra las variantes del coronavirus que podrían surgir y evolucionar.
Los expertos analizan que una persona vacunada podría necesitar una dosis de refuerzo de la vacuna para mantenerse protegida contra la cepa original del coronavirus y las variantes emergentes, algo similar a cómo se recomienda un refuerzo contra el tétanos cada 10 años o se recomiendan diferentes vacunas contra la influenza cada año. En el caso de las vacunas contra el COVID-19 se desconoce cuánto tiempo dura la protección inmunológica, pero los desarrolladores de vacunas y los funcionarios de salud saben que puede que no sea para siempre y que las variantes emergentes podrían escapar a la inmunidad.
El periódico inglés The Guardian, publicó que Reino Unido ya llevando adelante un ensayo llamado CoV-Boost (potenciador contra el COVID en miles de voluntarios a los que se les inyectará una tercera dosis para investigar cuáles vacunas podrían usarse como dosis de “refuerzo” para proteger contra nuevas variantes y evitar el colapso del sistema de salud en el invierno inglés (nuestro verano).
Este particular ensayo es el primero en el mundo en proporcionar datos sobre el impacto de una tercera dosis en las respuestas inmunes de los pacientes y estudiará el efecto de una dosis adicional en siete vacunas diferentes, entre 2.886 participantes del Reino Unido. El mismo se hará con las vacunas de AstraZeneca, Pfizer y Moderna.
Además, el Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización (JCVI) analizará los resultados para decidir si es necesaria una dosis de refuerzo y cuál de las vacunas sería la más adecuada para este uso. Los resultados se esperan para fines de agosto, y la JCVI tomará una decisión final en septiembre para comenzar a desarrollar la estrategia vacunatoria hacia fin de año.
La patóloga argentina Marta Cohen, radicada en Inglaterra, explicó en la TV Pública, que “se estima que en ese país se comenzará a aplicar la tercera dosis a todos en el otoño europeo con la vacuna de AstraZeneca”, detalló y transmitió su preocupación por la aparición de la nueva variante Delta que ya configura el 90% de todos los casos nuevos de coronavirus en Reino Unido.
“Con esta nueva variante cambió el paradigma. Una dosis para la variante Delta es muy poca la inmunidad, al punto de considerarla inaceptable ya que la protección que brinda es menor al 50% requerido, habiendo logrado solo un 33% con la vacuna de Oxford/AstraZeneca y Pfizer. En cambio, con dos dosis la inmunidad es del 65% la cual se considera aceptable con AstraZeneca y 84% con Pfizer. Por eso el gobierno aceleró la aplicación de la segunda dosis a toda la población”.
Actualmente “no se ha establecido la necesidad y el momento para las dosis de refuerzo de covid-19. No se recomiendan dosis adicionales en este momento”, señalan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), en su sitio web.
Pero los estadounidenses deben prepararse para recibir una inyección de refuerzo de la vacuna contra el covid-19 dentro de un año, comentó hoy el doctor Vivek Murthy, director general de sanidad de EE.UU. a Wolf Blitzer de CNN.
“Tenemos que ver cuánto tiempo dura la protección. Sabemos que dura al menos seis meses, pero tendremos que ver”, dijo Murthy. “Sin embargo, es muy posible y la gente debe estar preparada para el hecho de que es factible que necesitemos un refuerzo dentro de un año”.
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