En el marco del Día Mundial del Cáncer de Próstata, que se celebra cada 11 de junio, con el objetivo de sensibilizar a la sociedad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda la importancia de los controles preventivos para elevar las tasas de sobrevida.
El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en el hombre en la edad adulta. Es una enfermedad muy heterogénea, yendo desde casos indolentes a casos donde la enfermedad es más agresiva. Esto depende de factores relacionados al paciente y su enfermedad. En la práctica hay herramientas para diferenciar cada caso y recomendar tratamientos de manera individualizada.
“Si bien en la población general se recomienda comenzar con los controles preventivos con PSA (antígeno prostático específico) y tacto rectal a partir de los 50 años, en pacientes con antecedentes familiares es aconsejable comenzar a los 40 años”, explica el doctor Gustavo Villoldo, Sub Jefe del Servicio de Urología del Instituto Alexander Fleming.
“Al tratarse de una patología inicialmente asintomática, el diagnóstico precoz en este tipo de cáncer es de suma importancia ya que permite elevar las tasas de éxito en la remisión y sobrevida del paciente”, explica el doctor Juan Sade, Jefe de la Unidad Genitourinaria del Instituto Alexander Fleming, quien advierte: “nunca se debe esperar a tener síntomas específicos ya cuando esto sucede generalmente conlleva tratamientos más agresivos y disminuyen las chances de curación”.
Los análisis de rutina específicos se basan fundamentalmente en un laboratorio con la medición del PSA, un laboratorio de rutina y el examen físico (tacto rectal) dirigido por parte del médico.
¿Cómo son los pasos a seguir una vez confirmado el diagnóstico?
“Generalmente, el diagnóstico se confirma con una biopsia, una vez confirmado se procede a conocer la situación de la enfermedad, lo que llamamos estadificación. Para ello solicitamos una serie de estudios complementarios por imágenes y laboratorio. Revisar y conocer al paciente y sus deseos es importante para decidir la mejor estrategia de manejo”, detalla Federico Losco, Oncólogo Clínico de la Unidad de Uro Oncología del Instituto Alexander Fleming.
Para su colega Juan Sade, “junto con el diagnóstico se debe buscar la atención de equipos especializados en esta patología, idealmente multidisciplinarios y en centros académicos”. A nivel global, la tasa de remisión es del 80% en aquellos pacientes con tumores localizados. En pacientes con la enfermedad diseminada, luego del tratamiento inicial existen múltiples secuencias de tratamientos para prolongar y mejorar la calidad de vida.
“La mayor parte de los pacientes presentan tumores esporádicos. Hay aproximadamente un 10% de los casos en los que hay una causa hereditaria subyacente, es decir que hay una predisposición genética para generar el tumor. Esto se sospecha en el caso de diagnóstico a edades tempranas, múltiples antecedentes familiares de cáncer de próstata y otros tumores (inclusive en las mujeres familiares). Hoy contamos con posibilidad de realizar un análisis genético y un asesoramiento dirigido en casos seleccionados”, agrega el doctor Losco.
“En aquellos pacientes que no realizaron los controles preventivos es más frecuente el diagnóstico en etapas avanzadas de la enfermedad. Igualmente la agresividad de la misma va más de la mano de la biología del tumor que de la edad y otros factores”, detalla el oncólogo clínico.
En el caso de tener familiares diagnosticados de cáncer de próstata, cáncer de mama u ovario, es conveniente compartirlo con el médico de cabecera, quien evaluará si es necesario algún seguimiento o estudio en particular. Según el doctor Mauro Orlando, Subjefe del Área de Tumores Ginecológicos del Fleming, “se debe realizar un análisis de la historia familiar, prestando particular atención a casos de cáncer de próstata y mama además de edades tempranas de presentación”.
Avances científicos más relevantes
“En los últimos años han habido grandes avances en materia de diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata. Para los tumores localizados existen nuevas técnicas de radioterapia y de cirugía que logran mayores tasas de curación con menores efectos adversos”, detalla el doctor Losco, quien agrega, “para pacientes con enfermedad avanzada se han desarrollado medicaciones que permiten vivir más y mejor. Hoy contamos con mayores posibilidades de personalizar el tratamiento de acuerdo a las características de la enfermedad, la genética del tumor y las particularidades del paciente. En el país se encuentran en curso numerosos estudios clínicos con nuevas drogas para mejorar el acceso a nuevos tratamientos y avanzar en el conocimiento del manejo de la enfermedad”.
“Los avances en la determinación genética de la enfermedad nos permite identificar aquellos pacientes que pueden ser portadores de un síndrome hereditario y, de esa manera, brindarles un tratamiento dirigido a mutaciones específicas y estudiar a sus familiares sanos para la detección precoz de una eventual futura enfermedad”, agrega el doctor Tomás Soulé, Oncólogo Clínico del área de Tumores Genitourinarios del Instituto Alexander Fleming. Según Sade, “en los últimos 14 años hemos cuadruplicado el tiempo de vida de los pacientes con metástasis”.
Diagnóstico en pandemia y los factores de cuidado preventivo
Según los expertos, la pandemia de COVID-19 y el retraso de los diagnósticos se complejizaron en gran medida a partir de las restricciones de circulación y acceso a las prácticas médicas. “Efectivamente, los pacientes retrasaron los controles de rutina lo que implica demorar el inicio de los tratamientos”, alerta Villoldo.
Los especialistas del IAF coinciden en la importancia de retomar los controles para no posponer el diagnóstico y poder tratar la enfermedad a tiempo, con un buen pronóstico por delante.
Si bien el cáncer de próstata no presenta factores de riesgo relacionales a la aparición del tumor, sí hay algunos factores de cuidado a tener en cuenta: “Algunos estudios indican que el sobrepeso puede ser un factor de riesgo de incidencia y agresividad. Por lo cual, mantener un peso saludable y realizar regularmente actividad física aeróbica y anaeróbica disminuyen levemente el riesgo de cáncer de próstata, además de mejorar el pronóstico significativamente una vez establecido”, precisó Sade.
Pocos controles en mayores
En los últimos días, se publicaron los resultados de una encuesta que indagó sobre la salud prostática de la población, que llevó adelante la Consultora CIO, y arrojó datos entre los que se destaca que 7 de cada 10 mayores de 50 años no se realizan controles anuales de próstata. El relevamiento, denominado ‘Salud e Información en 2020’, incluyó 1405 participantes (de los cuales 358 eran hombres mayores de 50). Preocupada por estos resultados, la Fundación ACIAPO hace un llamado a tomar conciencia, porque -detectado en estadios tempranos- este tipo de cáncer es sumamente tratable con buen pronóstico, no así cuando se detecta tarde.
“Este hallazgo de la enorme cantidad de hombres que no controlan su próstata es alarmante, sobre todo porque no es una conducta exclusiva de situación de pandemia, sino que representa el compartimiento habitual de las conductas de los varones y está en línea con lo que se ve a diario en la práctica médica”, expresó Sade.
“Ciertamente, no es un control de rutina que el hombre haya incorporado, a pesar de que es vital para detectar a tiempo enfermedades como el cáncer. Si como sociedad no tomamos medidas para revertir esta situación, lamentablemente seguiremos viendo en los próximos años miles de casos de cáncer de próstata diagnosticados en estadios avanzados, etapa en la que -como en cualquier otro tipo de cáncer- su abordaje generalmente presenta un peor pronóstico”, agregó el especialista. Entre otros resultados del relevamiento, se encontró que solo 1 de cada 2 hombres mayores de 50 tiene un urólogo de cabecera (por lo que la otra mitad no sabría con quién hacerse controles si lo quisiera). Además, un poco más de la mitad (51%) declara estar muy informado sobre el cáncer de próstata y conocer sus síntomas. Tal como se vio, estar informado incentiva las visitas al urólogo, porque el 48% de los que están muy informados, acuden para un control anual.
“Culturalmente, los hombres van menos al médico que las mujeres y existe cierto miedo o tabú alrededor del chequeo en sí, pero es importante que el paciente vaya el urólogo y conversen para juntos evaluar qué exámenes son necesarios. Más allá de que el tacto rectal, en caso de que sea necesario, aunque mínimamente invasivo, pueda generar una mínima incomodidad, es altamente beneficioso si ayuda a diagnosticar a tiempo un cáncer y, por ende, a salvar la vida de la persona”, explicó Marta Artigas, Presidente de la Fundación Atención Comunitaria Integral para el Paciente Oncológico (ACIAPO).
La encuesta también mostró que, entre los que nunca se hicieron un control, el 75% no planeaba hacerlo, lo que evidenció la necesidad de un cambio cultural para prevenir en salud. “Los números de esta encuesta son tan preocupantes como útiles, porque nos dan la pauta de dónde estamos parados y desde dónde tenemos que construir para lograr una sociedad con menos cáncer y vidas más largas y plenas. El diagnóstico temprano y el cumplimiento del tratamiento indicado son dos pilares en ese camino”, subrayó la Sra. Artigas.
El acceso a la salud siempre es un desafío en nuestro país. La encuesta reveló que no tener cobertura médica (obra social o prepaga) afecta fuertemente a las consultas con un urólogo: sólo el 27% de los que no tienen cobertura declaró contar con un urólogo de referencia.
Para acompañar a las personas en su camino hacia los controles de próstata, la identificación de un especialista en la zona, los hospitales de referencia con Servicio de Urología, ACIAPO lanza www.controlatuprostata.com.ar, una plataforma con información para la comunidad sobre cómo detectar el cáncer de próstata a tiempo, signos y síntomas, cifras de su impacto en nuestro país, además de un cuestionario para responder online y confirmar si uno tiene indicación de realizarse el control prostático. A partir de allí, la asociación se pone en contacto directo y acompañará a la persona con más información, recordatorios, asistencia y seguimiento.
SEGUIR LEYENDO: